Una joven embarazada fue víctima de una violación y quedó internada en el Hospital en un delicado estado
Un suceso de extrema violencia con características aberrantes ocurrió en un domicilio de Alem al 100, donde una joven embarazada fue violada, no sin antes ser salvajemente agredida y privada de su libertad por un hombre conocido del entorno de amistades de la víctima.
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El ultraje de la joven de 19 años derivó en la atención en el Hospital Ramón Santamarina, donde se encuentra internada en el área de cirugía, con lesiones delicadas, a partir de los golpes y, principalmente, de los abusos sufridos por Nemesio Alberto Alvarez, alias “El Peco”, de 38 años, quien quedó detenido a disposición de la Justicia, acusado de “Abuso sexual con acceso carnal”.
El imputado, ayer, junto al defensor oficial, prestó declaración en la sede judicial y al tomar conocimiento del delito que se le endilga acusó su inocencia de los sucesos, refiriendo que se habían tratado de relaciones consentidas.
La instrucción penal preparatoria la lleva adelante el fiscal Damián Borean, quien tras tomar declaración al acusado pidió que se dictara la detención del señalado, solicitud que fue aceptada por la jueza de Garantías Stella Maris Aracil.
Los hechos
Por lo que pudieron reconstruir los investigadores a partir de la declaración de la víctima, el caso fue alertado por la propia familia de la joven, quien pudo zafar del lugar donde fue salvajemente ultrajada y una vez arribada a su casa se topó con su hermana quien, al advertir el estado de lesiones que presentaba, se trasladaron de inmediato al Hospital. A partir de allí se tomó intervención a la policía y la Justicia también.
Al decir de lo que consta en el expediente (hasta aquí la declaración de la víctima, los dichos del victimario y los informes médicos), el martes por la noche la joven junto a su hermano y Alvarez fueron al domicilio de este, en un departamento de Alem 129, donde iban a consumir droga y donde, efectivamente, habrían ingerido alcohol como estupefacientes. Primeramente, se toparon con que la luz de la casa estaba cortada, por lo que trataron de restablecer el servicio hasta que lo lograron.
Alrededor de las 22, el hermano se retiró de la finca y la joven se quedó con el que luego sería el agresor, al decir de la denunciante.
Por lo que expuso la joven a los investigadores, al momento en que se quedaron solos, él le aplicó una trompada en el rostro para luego someterla sexualmente, no sin antes amenazarla con un cuchillo en mano, desvestirla y maniatarla de pies y manos. Las muñecas con unos precintos y los tobillos con un cinto.
Según consta en el expediente, el propio agresor le habría sacado las ataduras pero ella siguió durmiendo hasta que alrededor de las 6 se despertó y se fue del lugar, aprovechando que el agresor no estaba.
Con un profuso sangrado, se ató una campera en la cintura y se subió al colectivo de la línea 504 rumbo a su casa, donde fue recibida por su hermana quien la llevó al Hospital y propició la denuncia que motorizó la pesquisa.
Allanamiento
A partir de la declaración de la víctima, se avanzó en la pesquisa y ayer la Justicia ordenó el allanamiento del departamento donde sucedieron los hechos ventilados. Allí la policía procedió al secuestro del colchón, sábanas manchadas con sangre, un palo tipo bate de béisbol y demás elementos de interés para la causa, como así también se procedió a la aprehensión del sindicado.
Sobre el palo secuestrado, las sospechas radican en que podría haber sido utilizado en el abuso sufrido por la mujer, con las lesiones en la zona vaginal, padeciendo un severo desgarro que mereció la intervención quirúrgica de los facultativos del centro asistencial.
La declaración
del acusado
Ya en el día de ayer, en carácter de detenido, Alvarez fue trasladado a la unidad funcional a cargo del fiscal Borean, quien en la audiencia del 308 notificó al apresado junto a su defensor oficial, Diego Araujo, de la imputación y prestó declaración.
Por lo que trascendió de su exposición, dijo que no se trató de relaciones forzadas, que fueron consentidas, y dio detalles sobre cómo fue el acto sexual, distando y mucho frente a las lesiones que presenta la víctima.
Sobre el encuentro en la casa de la familia de la joven y el traslado junto al hermano a su casa hay coincidencias en ambas versiones, incluso en los horarios del encuentro hasta la culminación, pero lo sucedido una vez que el hermano se fue y ellos quedaron solos en el departamento comienza a desvirtuarse.
Al decir del acusado, comenzaron a mantener relaciones sexuales (agregó que no era la primera vez que lo hacían, sino que al menos en tres oportunidades) y en un momento él advierte sobre un profuso sangrado e incluso se desvaneció, cayendo pesadamente al piso, lo que habría provocado las lesiones que evidencia en el rostro.
Al decir de él, logró reincorporarla y ante el estado que presentaba se ofreció a llevarla al Hospital pero ella se negó, prefiriendo quedarse con él a dormir, cosa que hizo hasta las 6.
Siguiendo su versión, al despertarse, él la acompañó hasta la parada de colectivo y le cedió la tarjeta SUMO para que se pudiera trasladar hacia su casa.
Cabe consignar que más allá del derecho que le asiste a declarar como lo hizo, la evidencia que hasta aquí consta en la causa lo deja muy complicado a la hora de poder justificar las lesiones que tiene la joven, incluso los rastros que se detectaron en las muñecas, que dejan margen a certificar que efectivamente la joven fue privada de su libertad, atada como lo dijo ella y no él.
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