Facundo Llano lamentó la ausencia de un diagnóstico del sector productivo en el Consejo Económico y Social
Tras la nueva convocatoria, el impulsor del espacio consideró que faltaron voces de la producción y el empleo. Evaluó que esa situación “no nos permite tener un diagnóstico cierto de la realidad de Tandil”. Consideró que los privados “tienen que ir a pelear por sus derechos, por sus objetivos y reclamarle al Estado en qué medida puede intervenir y ayudarlos”. En contraposición, marcó la actitud asumidas las organizaciones sociales.
El primer encuentro del segundo llamado al Consejo Económico y Social no dejó conforme a los referentes de la oposición, que observaron escasa representatividad del sector productivo y del empleo. Las ausencias redundaron en la falta de un diagnóstico certero que, en definitiva, se traduce en una actitud “pasiva” del Ejecutivo a la hora de tomar medidas paliativas ante el recrudecimiento de la crisis. En contraposición, destacaron la actitud de los sectores sociales que plantearon la “cruda” realidad que atraviesan los vecinos de los barrios más vulnerables y los asalariados que no alcanzan a cubrir las necesidades básicas.
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Al evaluar el encuentro del último lunes, en el Museo de Bellas Artes, el concejal justicialista Facundo Llano consideró que “en la instancia de diagnóstico y en la instancia de la acción está faltando un cambio más, tanto en cómo se está viendo la realidad de Tandil como en qué es lo que está haciendo el Ejecutivo por modificar esta realidad”.
El autor de la ordenanza que impulsó ese espacio analizó que “las demandas traídas por el sector privado deberían ser de otra magnitud, de otra escala, con otra participación, y las acciones que toma el Ejecutivo deberían ser con mayor alcance e importancia, tanto para los sectores productivos como para los sectores comerciales y para los sectores sociales”.
En esa línea, observó que “hay algunos sectores que están siendo afectados por la situación económica y social y no están llevando esas demandas al Consejo Económico, como Apymet, como los sindicatos, algunos sectores comerciales que, por ahí, la Cámara Empresaria o los sectores que los representan no están haciendo foco en esas demandas”.
Frente a esa circunstancia, señaló que “el Ejecutivo no lleva un diagnóstico preestablecido de qué cantidad de comercios están cerrando, qué fuentes de empleo perdemos y en qué actividades las perdimos, cómo se está retrayendo la economía municipal y qué medidas tenemos que adoptar para modificar esa situación. Es como que en cierta medida hace la plancha y responde a demandas muy puntuales, muy sectoriales y chiquitas en términos de impacto social y económico”.
El desafío de un ámbito plural
En esa línea, el legislador cuestionó a ambos sectores, atento a la tibieza que mostraron los privados al exponer su situación y la falta de reacción del Municipio, que aprovecha esa postura.
“No nos permite tener un diagnóstico cierto de la realidad de Tandil”, dijo en relación a la asistencia de entidades que nuclean a empresas y marcó que se contrapone con lo que ocurre en el sector social, donde “tenemos a los comedores, a los recuperadores, a la economía popular, a todos los que están trabajando en los barrios, en las zonas más vulnerables, que dicen que la gente no puede pagar las tarifas, que no hay respuestas adecuadas de la Usina y del Municipio, que hay una emergencia alimentaria importante y que no pueden afrontar las necesidades básicas ni siquiera aquellas personas que hoy tienen un trabajo pero con el ingreso no les alcanza para comer. Ese diagnóstico es más que crudo, pero es la realidad”.
Para Llano, lograr un diálogo franco con los representantes de las pymes es el “desafío” del Consejo Económico y Social, “un ámbito plural, de carácter consultivo y de diagnóstico”, al que se debería “llevar a los actores que manifiesten y representen un mapa social y económico de la ciudad y las medidas a adoptar para atemperar, solucionar o dar respuestas”.
Desde ese punto de vista, concluyó que “la impresión que me dejó especialmente el retorno del Consejo fue que al no estar Apymet, al no estar los sindicatos, faltaron voces de lo que se está viviendo en Tandil. Y por supuesto, el Ejecutivo adopta el papel más sencillo que es el pasivo”. Como ejemplo citó la posibilidad de reducir la tasa de bromatología que se cobra a los elaboradores de alimentos que asisten a las ferias y la sugerencia del jefe de Gabinete Julio Elichiribehety de trasladarlo al área, cuando la demanda es que Economía eleve un proyecto para reducir la tasa.
“Se hacen los sordos”
“Me parece que Tandil merece políticas públicas de otra escala, de otra envergadura, de otro compromiso con su comunidad. Hay que ponerlo en agenda. Sí se puso en agenda la actitud que puede tener la Usina con respecto al tema de las tarifas y sin embargo, ese tema no se trata, y es de incumbencia directa del Municipio de Tandil. Entonces hay que tener un sinceramiento en cómo afrontar ese proceso también”, cuestionó.
El legislador hizo hincapié en la incidencia de la tarifa de energía eléctrica en los sectores sociales vulnerables pero también en los productivos, situación que se trató en reuniones de la primera convocatoria y figura en las actas.
“Pedí que de acuerdo a lo que habían manifestado los sectores productivos, se analice una escala de tarifa diferenciada para las pymes, los comercios, para los sectores productivos. Ese tema no lo están tratando, se hacen los sordos y no ofrecen soluciones concretas. Tiene que haber un sinceramiento del sector público y un sinceramiento de los sectores privados, especialmente los productivos”, consideró.
El justicialista recomendó que los privados afectados por la crisis “tienen que ir a pelear por sus derechos, por sus objetivos y reclamarle al Estado en qué medida puede intervenir y ayudarlos”.
Las facturas de luz
En la reunión del lunes, la secretaria de Desarrollo Social Alejandra Marcieri expuso que el Municipio pasó de 160 mil a 300 mil pesos en concepto de subsidios a vecinos con dificultades para saldar las facturas de la Usina. Antes ayudaban a las familias con 300 pesos y ahora lo hacen con 600, para abonar boletas que ascienden a 5 mil pesos.
Llano lamentó que el Municipio no impulse acciones más significativas, “habiendo convenio con la Usina, tarifas de interés social, habiendo un Acuerdo de Accionistas para que la Usina cumpla con ciertas obligaciones, siendo parte propietaria de la Usina, a eso llamo respecto al sinceramiento de los objetivos de para qué nos sentamos y de qué medidas activas queremos”.