Gonzalo Santamarina quiere fortalecer el espacio del PRO y aportar a “la transformación de Tandil”
Gonzalo Santamarina camina por la estancia Bella Vista cuando viene a Tandil y cada vez lo hace más seguido. Respira 300 años de historia en la estancia que forjaron sus ancestros, en ese parque donde el tiempo parece haberse detenido y no hay señal para hablar por celular. Con 40 años, es licenciado en ciencias políticas y cumple funciones en el Ministerio de Trabajo que conduce Jorge Triaca. Además, está muy cerca de la gobernadora María Eugenia Vidal, quien le encomendó reimpulsar el PRO, hoy bastante diluido en manos de un radicalismo robustecido por siete triunfos seguidos en las urnas de la mano de Miguel Lunghi.
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“Vengo a Tandil desde que tengo uso de razón, desde que nací”, contó el director regional del Servicio Federal de Empleo para CABA y Buenos Aires del Ministerio de Trabajo de la Nación, que es tataranieto de Ramón y bisnieto del exintendente Antonio Santamarina. Es hijo de Bernardino Santamarina, quien egresó de la Escuela Normal en 1955 y emigró a Buenos Aires para estudiar administración de empresas, donde también formó su familia.
“Tengo 55 primos hermanos y ninguno se dedica a la política. Varios viven en Tandil. Yo soy el que me dediqué a la política a full, desde los 18 y quizás un poco antes”, resaltó en otro tramo de una extensa entrevista.
Su familia destila historia. Y en Bella Vista resguardan muchos documentos de la intendencia de Antonio Santamarina, quien también fue presidente del Partido Conservador, senador y diputado nacional, y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Gonzalo tiene domicilio en Tandil. Es que hace algunos años tomó la decisión de radicarse en la ciudad, aunque demoró su proyecto personal porque trabajó diez años asesorando a legisladores de la Cámara de Diputados. “Nunca me pude terminar de venir”, confió.
Si bien se crió en el seno de una familia antiperonista, optó por militar en el justicialismo. “Quizás porque vengo de un pensamiento socialcristiano, del cual la referencia más clara hoy es Francisco, el papa. Vengo de la militancia social, de la misión, cristiana, católica, y el espacio doctrinario en el que me sentía más cómodo, que estaba en línea con lo que creía que es la vocación política, que es hacia dónde tenía que ir el país, estaba ligada con eso”, explicó. Y enseguida evaluó que “he dado un paso importante sumándome al PRO. Tengo mis razones para hacerlo”.
“Las categorías del peronismo atrasan”
Con respecto a los motivos de su integración al PRO, el director de Empleo remarcó su convicción de que “la Argentina es un país extraordinario y sin embargo viene fracasando sistemáticamente. Los argentinos probamos todo, hasta golpeamos los Cuarteles, y hace 40 años que no damos en la tecla. Probamos el peronismo de derecha, el peronismo de izquierda, el radicalismo más de derecha, el radicalismo más socialdemócrata, y acá estamos, la pobreza se sostiene, no la podemos esconder y no la terminamos de resolver. Entonces, esto también me generaba un movimiento interno de impotencia, pero también un llamado a comprometerme para cambiar las cosas”.
Otra razón que lo empujó a dar el paso hacia el PRO fue que “el peronismo está parado en la historia. Hoy está imposibilitado y no puede dar la discusión hacia el siglo XXI, no la quiere ver. Es responsabilidad de sus dirigentes, es el peso de la historia. No puede salir de las categorías del siglo XX, que para mí ya atrasan y no nos permiten resolver los problemas de la gente”.
En tercer lugar, aclaró que “no milité en el kirchnernismo. No me sentí cómodo. Puedo rescatar alguna bandera puntual, pero mi apreciación personal es que el kirchnerismo finalmente hizo populismo. Siempre pido que me nombren un país populista que haya sacado a su gente de la pobreza profunda y la haya promovido adonde uno quiere realmente, que son niveles de justicia altísimos y libertad, las dos cosas. No hay. Entonces, ya la receta está probada y no sirve”.
En terreno serrano
En 2016, Gonzalo Santamarina comenzó a caminar Tandil, en silencio pero a paso firme. Acompañado por los referentes del PRO, entre ellos los concejales Claudio Ersinger y Pablo Díaz Cisneros, se reunió con diversos sectores empresarios -como la Cámara del Polo Informático- como así también con referentes barriales con quienes ya desarrolló proyectos.
Su primera irrupción en la escena pública local fue en enero, cuando desembarcó con el programa Escuelas de Verano Itinerante que depende del gobierno de María Eugenia Vidal. A partir de entonces, gestionó viajes a Buenos Aires para contingentes de chicos de zonas vulnerables, mantuvo contacto con clubes de barrio que recibirán obras de infraestructura a través de un programa de capacitación en oficios, trajo en tráiler de Empleo Joven y el programa 111 Mil para generar recursos humanos en el sector del software.
-Dicen que estás muy cerca de la Gobernadora…
-Con María Eugenia tuve una linda experiencia de trabajar juntos cuatro años, de 1997 a 2000.
-Es decir que la conocés bien.
-La conozco bien. Fui a su casamiento con Ramiro. Nos veíamos diariamente. Estudiamos en la misma universidad. Ella es un poquito más grande que yo, pero nos cruzábamos en los pasillos. Ahora ha crecido de manera impresionante, como persona y como política. Creo que su irrupción es de las cosas más interesantes en años para la política argentina, cuando nadie creía en ella. Está demostrando tener una fuerza, una vitalidad y una tranquilidad, porque no le debe nada a nadie, que le permite ir avanzando y plantarse frente a los intereses creados de hace tanto tiempo que nos quieren llevar a otro lado.
-¿Te encomendó rearmar el PRO en Tandil?
-Me encomendó tanto ella como mi ministro (Jorge Triaca) fortalecer el espacio político del PRO en la ciudad.
-¿Se diluyó a partir de la constitución del frente con un radicalismo que acá es muy fuerte?
-Creo que el último año fue de reacomodamiento y como en 2015 no se pudieron generar espacios en las listas y demás porque se perdió la interna, eso golpeó al espacio local, pero este año tal vez nos fuimos dando cuenta de que somos gobierno nacional y somos gobierno provincial. Eso nos da una herramienta bárbara, y con convicciones muy fuertes que tanto el Presidente como la Gobernadora nos van marcando agenda y eso lo tenemos que aprovechar para el espacio local. Nos fuimos reuniendo, nos fuimos encontrando, y decidimos arremangarnos y ponernos a trabajar de cara a la ciudad para generar nuevas oportunidades. Dentro del marco de Cambiemos, pero fortaleciendo el espacio propio que es el del PRO de Tandil.
-¿Tuviste algún contacto con el intendente Miguel Lunghi?
-Inauguramos algunas iniciativas en conjunto, conversamos en Expotan de algunas cuestiones, de cómo va Tandil. Por supuesto que siempre tenemos que tener el horizonte de que Tandil tiene que mejorar, también tiene que cambiar.
-¿Cuáles son las cuestiones que deberían cambiar o mejorar?
-Tandil tiene algunas oportunidades que no tienen otras ciudades y que hay que saber aprovecharlas. Una de ellas es todo ese Polo Tecnológico que silenciosamente está creciendo y que hay que darle todo el apoyo porque según la última reunión que tuve con los referentes de la Cepit (Cámara de Empresas del Polo Informático de Tandil), van a duplicar la cantidad de empleos en los próximos 2 ó 3 años y hay no tienen la gente preparada para tomarla e incorporarla. Me imagino que Tandil tiene que ser el Silicon Valley de América Latina, tiene que ser un polo tecnológico como el de California y tiene la capacidad para hacerlo.
-¿El Gobierno municipal no empuja?
-No digo que no empuje, pero digo que hay que ser muy consciente de esto y hay que poner todas las herramientas a disposición. Todas. Porque esto es 2 mil empleos nuevos, que para la ciudad no es poco. Entonces creo que hay que llevarlo a un nivel de conciencia todavía mayor. Para eso hay una alianza, donde uno también aporta lo que ve. Uno suma.
-¿Le dan lugar al PRO local en la alianza? Acá el radicalismo ganaba desde mucho antes y luego el PRO vino a integrarse, pero no tiene demasiado poder de decisión, se ve en el Concejo Deliberante.
-La voluntad nuestra para que la alianza funcione está. El que hoy gobierna es Miguel Lunghi y él sabrá qué es lo que hace, es responsable, ha gobernado esta ciudad, con lo cual va a saber cómo se planta de cara al nuevo proceso electoral.
-¿Cómo ve María Eugenia Vidal al intendente de Tandil? Sos cercano y ella, en la campaña, sufrió un ninguneo. En el marco de la alianza tal vez no se esperaba ir a la conferencia de prensa de la candidata a gobernadora de Cambiemos a una heladería…
-Quizás no supo reconocerle a la futura gobernadora su capacidad política y el nivel de apuesta que estaba haciendo, el nivel de compromiso que estaba teniendo de cara a animarse a ser la candidata del espacio en la provincia de Buenos Aires. Es una responsabilidad de él. No sé si se subsanó. Sé que la Gobernadora sí le reconoce su trayectoria política al Intendente, su poder electoral, pero desconozco si hay una química especial. Eso no lo sé. Ese gesto seguramente no le habrá gustado a la Gobernadora.
-¿Se ven con una lista propia en la interna o con la posibilidad de ir mezclados con algunos radicales que van mostrando fisuras con el lunghismo?
-Creo que el escenario está abierto.
-¿Tuvieron charlas con dirigentes radicales?
-No. Creo que van a ir sucediendo estas charlas.
-¿Te ilusionás con que se pueda abrir alguna lista?
-La ilusión siempre uno la tiene, porque si realmente somos Cambiemos y Cambiemos es una realidad y es verdad, debiera venir de la mano con la grandeza de abrir las listas. Y si no se hace, barajamos todas las alternativas. El compromiso es hacer crecer el espacio para llegado el caso, plantear una interna y ver qué resulta. En la política no hay que tenerle miedo a las internas, son parte de la política y nos permiten crecer y plantear las cosas que creemos que se pueden hacer mejor. Hay mucho trabajo para hacer en términos de seguridad en Tandil, para seguir mejorando la salud pública.
-¿Serías candidato?
-Me gustaría en tanto y en cuanto la política así lo quiera. Uno no llega de la nada a las posiciones. Tenés que tener apoyo.
-¿Te ves viviendo en Tandil?
-Sí, me veo criando a mis hijos en Tandil, me parece que es la mejor ciudad de la Argentina para criar a los hijos. Y aparte, el desafío de ser uno de los que aporte a la transformación de Tandil, con una mirada sustentable, de desarrollo y de seguir incorporando a los que menos tienen a una condición de vida más digna y demás para que seamos una comunidad armoniosa, por supuesto que me entusiasma. Ahora, no soy yo el que decide. Estoy cumpliendo grandes compromisos que me han pedido, de sumar un granito de arena al espacio PRO en el marco de Cambiemos.
-¿Tuviste alguna charla con Marcos Nicolini?
-Nos hemos encontrado en algún evento y hemos cruzado algunas palabras. Sé que Marcos es un dirigente muy valioso, muy respetado en la ciudad, con una conducta intachable. Ya quedamos en tener alguna conversación, pero no la hemos tenido efectivamente. Más allá de algún intercambio puntual en el que nos dijimos que nos tenemos que sentar a charlar.
Aseguró que “el Gobierno toma el mensaje genuino de los trabajadores”
Como director regional del Servicio Federal de Empleo para CABA y Buenos Aires, área que depende del Ministerio de Trabajo de la Nación, Gonzalo Santamarina vive la gestión de Mauricio Marcri desde adentro. “Cambiar no es sencillo”, reconoció a la hora de evaluar las transformaciones en la forma de administrar el Estado. “Hay que imaginar lo que es proponerse cambiar un Estado, una sociedad, volver a poner nuevos incentivos, también castigos, volver a ordenar. Eso no se hace de la noche a la mañana”, concluyó.
Por otra parte, reconoció algunos problemas del Gobierno nacional en cuanto a que “propuso unas expectativas que por ahí no pudo cumplir, igual tiene la grandeza de reconocerlo, que se ha equivocado en el manejo de las expectativas, pero creo que también lo que está pasando en este año y monedas que estamos transitando es que el sentido de orientación es distinto. Se empiezan a cambiar algunas cuestiones”.
Por otro lado, confió en que tras un proceso de sinceramiento y normalización, el objetivo es “ir hacia un país donde las cosas valgan lo que valen, en un camino lo más gradual que se pueda, y finamente se busca que el nivel de actividad termine de impactar en el bolsillo. Es real, tenemos una inflación inercial grande que hoy se ve que está mermando por suerte y eso tiene un costo en el nivel de actividad, lamentablemente. Pero también para este año va haber recuperación del poder adquisitivo, por una matemática que es que lo que van a aumentar los salarios va a estar arriba de la inflación unos puntitos. Quizás no va a recuperar lo del año pasado, pero ya en la dinámica para adelante sí va a haber recuperación del poder adquisitivo. Creo que eso es un buen signo”.
El empleo
Con respecto al empleo, Santamarina indicó que de acuerdo a los números del SIPA (Sistema Integrado de Previsión Argentino), que mide las altas y bajas en el sector laboral registrado, “el año pasado, en el primer semestre hubo destrucción neta en el orden de los 66 mil empleos sobre un total de 12 millones”.
Analizó que “hubo dos sectores muy golpeados. El primero fue el de la obra pública, porque el gobierno anterior dejó de pagar los compromisos en agosto. Ya estaba jugada la campaña y entonces dejaron de pagar y esperaron a que pague el gobierno que viene. Con lo cual al gobierno nuevo le tomó casi 6 meses volver a mover la maquinaria de la obra pública. Revisar las licitaciones que había comprometidas, en el medio estaban las de Lázaro Báez y compañía, con lo cual había que revisar todo y no se podía hacer automáticamente. La obra pública mermó y por ende, también mermó la construcción, se frenó el Procrear y muchas cosas por la transición”.
El segundo factor que mencionó fue “el rumbo perdido” de Brasil y la dependencia de las exportaciones industriales argentinas con ese mercado, sobre todo de la metalmecánica y los rubros vinculados a las automotrices.
“Ahora, despidos masivos no hubo, ni en el Estado, para los que decían que este Gobierno iba a achicar el Estado y no se achicó. Estamos prácticamente igual, porque hay que dar condiciones de gobernabilidad y el Gobierno quiere cuidar el empleo”, sostuvo.
Por otra parte, afirmó que “la tendencia en el segundo semestre se empezó a revertir. Siguió habiendo despidos, pero empezó a haber más contrataciones y el año 2016, de punta a punta, porque en el segundo semestre se crearon netos 144 mil empleos, nos da 80 mil nuevos empleos. En una economía de 12 millones de empleos registrados no se siente. Y en una economía con un nivel de actividad bajo, como el año pasado, la sensación es que la cosa no termina de arrancar. La oposición hizo una utilización política de esto, generando una sensación de que había masividad en los despidos, cosa que no ocurrió. Sí hay sectores que tenemos que seguir acompañando y el Presidente le pregunta continuamente a mi ministro cómo venimos con el empleo”.
-¿Y el paro?
-Me parece que obedece a marcarle la agenda al Gobierno y a una cuestión absolutamente política porque los sectores que marcharon y lo promovieron en algún momento estaban acostumbrados a otra dinámica, no estaban acostumbrados al cambio, hay muchos intereses creados y están viendo que se quedaron afuera del esquema, que hoy no manejan los recursos que manejaban antes, que no manejan las cajas, y eso les duele y no ven la hora de volver a manejarlas. Entonces tienen que usar todos los medios posibles para tratar de volver. Creo que es esa la dinámica.
Más allá de que el Gobierno toma el mensaje genuino que hay entre todos estos intereses creados de que no podemos desatender el empleo, no podemos desatender el nivel de actividad y tenemos que dar respuestas. En eso estamos. Ahora, Ganancias no se tocaba hace cuántos años y este Gobierno lo tocó dos veces, lo duplicó de 15 mil a 30 mil e hizo una corrección a fin de año. ¿Eso lo reconoce alguien? ¿Lo reconoce el sindicalismo? Hay un sector que no lo reconoce, que creo que es el sector más prebendario, el que tenía más intereses políticos con el gobierno anterior y quiere volver a tenerlos.