Iparraguirre peleó con Lunghi voto a voto y llamó a conquistar a los que optaron por la “alternancia”
El candidato del Frente de Todos encabezó una fiesta en el PJ. Al cierre de esta edición, empataba con el actual Intendente en cantidad de sufragios. De cara a octubre, pidió a los militantes ser “humildes e inteligentes” para “interpelar a nuestros vecinos”. Resaltó que el 70 por ciento de los tandilenses, sumando los votos de su espacio y los de Nicolini, “expresó que la alternancia es necesaria”. El objetivo será captar a los desencantados del lunghismo.
Fue una noche de festejos genuinos en la sede del Partido Justicialista de Tandil. Con Rogelio Iparraguirre como líder de la unidad, el Frente de Todos se aprestaba a alcanzar el porcentaje máximo de votos obtenido en la última década por el peronismo vernáculo. Incluso, al tener en cuenta los sufragios por candidato, al cierre de esta edición lograba una ventaja mínima sobre el imbatible Miguel Ángel Lunghi. El ahora candidato convocó a la militancia a redoblar los esfuerzos de cara a octubre y, sin decirlo, a ir por los votos de Marcos Nicolini para vencer a Juntos por el Cambio a nivel local.
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La reunión se fue armando de a poco, con la llegada de los fiscales que se acercaban desde las escuelas. En la sede partidaria, algunos dirigentes históricos ya aguardaban los resultados y muchos otros arribaron cuando el número de la victoria provincial y nacional estaba puesto, cuando la diferencia a favor ya era irreversible.
A las 21, con los primeros datos que anunciaba la transmisión de la señal televisiva C5N, se escuchó el canto “vamos a volver”, que se repitió una hora más tarde y luego con intervalos de minutos para convertirse en una arenga constante. Pero poco después de las 22, cuando el presidente Mauricio Macri reconoció que la elección de Juntos por el Cambio no había sido buena, los militantes saltaban de alegría y se abrazaban con rostros felices.
En la casa de Pinto al 800 estuvieron Roberto Mouillerón, Gino Pizzorno –que acompañó a Iparraguirre hasta el final-, el exsindicalista César Trapote, Rubén Sentís, Mario Bracciale, Nacho Fosco, “Cacha” Cena, Corina Alexander y los actuales concejales de Unidad Ciudadana, junto a un importante número de eufóricos militantes.
Por el centro de cómputos, montado en las oficinas del partido, circulaban los hombres de máxima confianza de Iparraguirre, junto a Nicolás Carrillo y Juan Arrizabalaga. Además, luego de fiscalizar en un colegio del centro, también acompañó Marcelo Valle, entre otros militantes massistas.
Media hora después de las 22, cuando los guarismos ya marcaban 47 a 32 por ciento a favor de Alberto Fernández, la algarabía se apoderó del salón principal y también del patio, donde muchos estaban reunidos para comentar los pormenores de la elección y esquivar el calor que se respiraba adentro.
“Nos encamina a octubre”
Con el último hilo de voz y para coronar una jornada extenuante, los militantes entonaron “Rogelio corazón, acá tenés los pibes para la liberación” y “se siente, se siente, Rogelio intendente”. El candidato se mostró contento, parado frente a la ovación y con el último intendente peronista Gino Pizzorno, palmeándole la espalda.
Eran las 23.07 cuando Iparraguirre remarcó “la inmensa alegría que significa saber que los argentinos tenemos conciencia, queremos vivir mejor, que nos merecemos vivir mejor, luego de haber vivido esta experiencia de un gobierno neoliberal que produjo una brutal transferencia de ingresos del conjunto de los asalariados, los jubilados, los sectores más desprotegidos, hasta los más poderosos”. Sin embargo, llamó a ser “cautos”, aunque “todo indica que nos encamina a octubre” para “devolverle a los argentinos un gobierno con cara de pueblo”.
Con pausas para escuchar los fervientes cánticos, resaltó la victoria de Alberto Fernández y Axel Kicillof, al tiempo que sostuvo que el peronismo tiene “a la mejor de nuestro lado, no era en vano” y lanzó “gracias Cristina”. Con esa mención provocó otra reacción contundente.
En el escenario local, puntualizó que “estamos con un empate técnico con el doctor Miguel Ángel Lunghi” y recibió otra ovación como respuesta. Entonces, sostuvo que “lo que menos tiene que suceder ahora es que nos gane el triunfalismo, la soberbia, el creer que hay una tarea concretada ni nada parecido”.
“El poder es una circunstancia”
Iparraguirre definió a las PASO como “el preludio de un trabajo que sabrá cristalizar el 27 de octubre. De acá hasta esa fecha no hay que descansar, pero hay que ser muy inteligentes para poder interpretar e interpelar a nuestros vecinos, a una sociedad de Tandil que se muestra sumamente compleja, donde naturalmente conviven intereses contrapuestos, pero donde hay algo que hoy ha quedado claro y es algo que venimos repitiendo hace tiempo”.
Reiteró que “después de 16 años de gobierno ininterrumpido, se pierde de vista que el poder es apenas una circunstancia” y que el “verdadero poder reside en nuestros vecinos”, al tiempo que marcó el triunfo de su fuerza política en los barrios más postergados de la ciudad como Villa Aguirre, La Movediza, Las Tunitas, Palermo, Villa Italia, y en las comunidades rurales de María Ignacia y Gardey.
“La realidad es la que es; es la que viven nuestros vecinos y no la que se le antoja a aquel que perdió de vista que el poder era una circunstancia. Como decía el general Perón ‘la única verdad es la realidad’”, analizó en relación a la situación socioeconómica.
Puntualizó que “estar cerca de los problemas de la gente es nuestra tarea” y resaltó que “elegimos la política para transformar las injusticias, las desigualdades y las inequidades, y no debemos olvidar nunca eso”.
En ese momento, resaltó que “casi el 70 por ciento de los tandilenses expresó que la alternancia es necesaria en esta ciudad”, en referencia a la suma de los votos de su espacio y los que consiguió Marcos Nicolini en la interna oficialista.
“Estará en nosotros el ser capaces de interpretar y de interpelar a nuestros vecinos. Ahora viene la tarea que más nos gusta: tenemos la pelota nosotros. Hay que saber manejarla bien compañeros, con humildad y con mucha inteligencia. Estoy seguro que así van a ser los sesenta y pico días que restan hasta octubre”, subrayó.
De ese modo, alentó a la militancia a conquistar los sufragios del exjefe de Gabinete lunghista, para capitalizar el apoyo de quienes se manifestaron a favor de un recambio en el Sillón de Duffau.
Por último, reservó como lo “más importante” para un día de elecciones el agradecimiento “especial” y “de corazón” a los fiscales que “supieron custodiar los votos, y a Alberto y a Cristina, a Axel y a Verónica”, y pidió repetir el trabajo en octubre. “Caminemos las calles de esta ciudad con la frente en alto, mirando a los ojos y con una sonrisa de oreja a oreja como la del general Perón, compañeros. Viva la Patria”, cerró entre aplausos y gritos.
Después de las palabras del candidato, la gente permaneció inmóvil, disfrutando de los resultados. Entre los muros del PJ, el contraste era mayúsculo con aquella noche aciaga de 2015, cuando la derrota nacional y provincial le imprimía un sabor más amargo aún a otro contundente triunfo de Miguel Lunghi. Después de la medianoche, la expectativa iba en aumento y crecían los motivos para mantener viva la ilusión de un regreso victorioso tras 28 años en el llano.