La prórroga de la Emergencia Sanitaria disparó un áspero debate sobre la administración de la pandemia
El Frente de Todos, que no acompañó la extensión, argumentó que no se cumplió la ordenanza aprobada el 17 de marzo y le facturó al Ejecutivo la inconsulta salida del sistema de fases. Iparraguirre lamentó que “tiraron por la borda” la confianza que había depositado en el Intendente para la administración en la pandemia. La oficialista Maridé Condino acusó al bloque del Frente de Todos de no dialogar, “como sí lo ha hecho el Gobernador” y anticipó que se irá “a un sistema de fases con colores”.

El Concejo Deliberante debatió ayer, en una maratónica sesión, la prorrogación hasta el 31 de diciembre de la Emergencia Sanitaria en el partido de Tandil, sancionada en la Ordenanza 16.866 en el marco de la pandemia de Covid-19. Con fuertes críticas fundadas en el incumplimiento de la norma consensuada el 17 de marzo pasado, el Frente de Todos no acompañó y le facturó al Intendente el haber salido del sistema provincial de fases sin haber consultado a la oposición.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn principio, la radical María Haydée Condino dio los argumentos del oficialismo para extender la emergencia que venció el viernes de la semana pasada. “La situación en Tandil está más complicada, como así también a nivel nacional”, señaló.
En segundo lugar, manifestó que el Ejecutivo necesita de una herramienta para “poder liberar fondos” tanto de libre disponibilidad como el cambio de partidas del presupuesto aprobado en diciembre de 2019 y la desafectación de recursos afectados, a partir de las “prioridades” que generó la pandemia.
Además, resaltó que medidas que se tomaron en beneficio de vecinos, a partir de ordenanzas posteriores que están atadas a la emergencia, se caerán. Por caso, citó la condonación de tasas prediales y las modificaciones en el servicio de transporte público.
En cuanto a los costos ocasionados por el Covid-19, repasó que el primer informe elevado al Legislativo contempló 32 millones de pesos, 21 millones el segundo y casi 15 millones el tercero, que se presentó este miércoles “con más nivel de detalle a pedido de la oposición”.
La concejal oficialista anticipó que “a corto plazo el Ejecutivo tiene que encarar nuevos gastos” y mencionó la adenda al convenio con la Unicen por los tests de Covid-19 que realiza el Laboratorio de Virología, que insumirá una inversión de 416 mil pesos para afrontar la compra de los reactivos.
El “papelito” y la salida de las fases
En una larga exposición, Rogelio Iparraguirre analizó los motivos por los cuales la sintonía con el Intendente que su bloque demostró hace poco más de seis meses se diluyó al ritmo de la extensión de la cuarentena y del incremento de los contagios.
El presidente del bloque del Frente de Todos atacó el incumplimiento de la norma consensuada en marzo, cuando la oposición logró incorporar varios aspectos a la emergencia, como la obligatoriedad de elevar informes bimestrales para informarse sobre el redireccionamiento de recursos afectados.
A la postre, desde el bloque cuestionaron que esos informes consistieron en “papelitos”, sin fecha, ni firma responsable, ni demasiados detalles. Sumado a eso, la Secretaría de Economía debía elevar una rendición dentro de los 30 días de vencida la emergencia, por lo cual ameritaba elevarla antes de la sesión, en la pretensión de construir los consensos para extender la medida.
En resumen, Iparraguirre consideró que en Tandil no se cumplieron los objetivos de la emergencia ni en lo sanitario, ni en lo económico, ni en lo social, y abundó en los argumentos de la postura de su bancada.
En segundo lugar, expuso que “la propia ordenanza que se busca prorrogar en esta sesión no fue cumplida” y mencionó que el artículo 6 que establecía el funcionamiento de un Comité Municipal de Seguimiento y Gestión de Riesgo nunca se conformó. En tanto, infirió que si en seis meses no se respetó, por qué deberían tener confianza en que se va a cumplir durante la prórroga.
Indicó que a principios de la pandemia se realizaron sólo dos reuniones virtuales, que no tuvieron el espíritu de debate para la toma de decisiones que planteaba el artículo sexto y lo atribuyó a la ”falta de voluntad política” del Intendente.
“El corolario o la muestra más tajante de este incumplimiento llevada para nosotros al paroxismo fue el modo en que llevó a cabo la decisión el jefe comunal de salirse de la normativa jurídica superior, de orden público, como son los DNU tanto nacionales como provinciales que establecen y brindan los marcos de administración de la pandemia, tomada entre la tarde del sábado y la mañana del domingo del 6 de septiembre, sin pasar no sólo por lo que le ordenaba el artículo 6 de la emergencia sanitaria, sino siquiera informalmente por la consulta y la discusión de la oposición”, cuestionó y recordó que hace “escasos diez meses” el 40 por ciento de los tandilenses los acompañaron con su voto.
También citó que no consultaron a actores protagónicos” como el personal de Salud ni a la Unicen, que es “aliada estratégica” para combatir la pandemia, con aportes en tecnología y en el procesamiento de muestras para diagnosticar la enfermedad.
En tanto, señaló que la “frutilla del postre” fue la reiteración de declaraciones por parte del Intendente acerca de que la decisión fue “tomada con los sectores más representativos de la sociedad de Tandil” y ante la insistencia de los medios, agregó que no consultó a la oposición porque “se le pasó”.
Además de la falta de resultados y de una norma que “fue burlada”, admitió que desde el Ejecutivo “hicieron que cambie” el espíritu que en marzo los llevó a dejar de lado lo partidario para tirar para el mismo lado. Lamentó que el Intendente declame que de esa situación se sale todos juntos, “que está bien y es cierto”, pero le reclamó que “hay que llevarlo a la práctica”.
Por otra parte, subrayó que en materia social, sin los recursos –casi 1700 millones de pesos- volcados por el Estado nacional a los bolsillos de los tandilenses, “esta ciudad estaría, literalmente, prendida fuego”, al tiempo que le achacó al jefe del bloque oficialista Mario Civalleri sus expresiones acerca de que “cansa escuchar todo el tiempo los recursos de la Nación que se volcaron a Tandil, lo cual me parece absolutamente insólito”, al tiempo que le recordó que tiene responsabilidades institucionales.
Para reforzar su postura, aclaró que en los seis meses de pandemia, para afrontar lo sanitario, lo económico y lo social, el Intendente destinó 66 millones de pesos, de acuerdo a los tres informes elevados al Legislativo. Más adelante, también cuestionó que señalaron que la Provincia no envía los fondos coparticipables, cuando la merma fue de un 10 por ciento menos que lo previsto en el presupuesto.
Iparraguirre también cuestionó que pese a haberle garantizado las herramientas, el sistema sanitario, seis meses después de la emergencia, “es la misma” y rezó para que no empeore un poco la situación porque se “produce el colapso famoso” que llevará a recurrir a las derivaciones. En ese punto, aclaró que la Provincia garantiza la atención de los tandilenses, a pesar de las posiciones “mezquinas” que ha tenido el Municipio.
Entre las “sobradas razones” para no acompañar, mencionó que “tiraron por la borda” la confianza que depositó el bloque del Frente de Todos para que el Intendente tuviera las manos libres para manejar la pandemia.
La angustia en Salud
A esos conceptos, se sumaron los cuestionamientos de su compañera de bancada Silvia Nosei, quien transmitió la postura de profesionales de la Salud y planteó la angustia que atraviesan ante la falta de insumos y la situación que generó el incremento de los contagios.
La integrante de la Comisión de Salud hizo un pormenorizado detalle de las carencias de infraestructura –como el agua caliente en el Hospital-, la ausencia de algunos insumos para las salas Covid y la carencia de personal para atender sectores clave como cuidados intensivos.
La concejal lamentó que ante pedidos solidarios para conseguir donaciones de elementos de prevención o crema de manos, hubo amenazas de sanciones para aquellos que se animaron a publicar las demandas de los encargados de velar por la salud de la población.
También objetó el “conteo” de las camas de terapia intensiva, que son ocho en el Hospital Ramón Santamarina y otro tanto en Cardiología. “Para esas dieciséis camas hay un terapista cada 24 horas, que además tiene que estar en la guardia cuando así se lo requiere”, advirtió y agregó que se trata de pacientes ventilados que no sólo llegan por Covid.
La férrea defensa
Tras más de una hora de escuchar a la oposición, Condino expresó que “no vale todo en la política; no es lo mismo decir una mentira que decir una verdad, total la digo y la gente que me votó me cree a mí, entonces digo cualquier cosa”.
Sostuvo que no le mintieron a la ciudadanía, que nadie tiene “el diario escrito” y recordó que “en marzo todos estábamos asustadísimos y todos nos fuimos a nuestras casas”, lo que fue cambiando con el correr de los meses al no haber antecedentes de pandemias mundiales.
Anticipó “el sistema del semáforo con números o las fases con colores, como probablemente termine siendo luego de que se pongan de acuerdo o dialoguen, cosa que este bloque opositor no ha hecho como sí lo ha hecho el Gobernador y sí lo ha hecho el jefe de Gabinete de la Provincia de Buenos Aires” para alcanzar un acuerdo.
Por otro lado, señaló que “por decreto” la Provincia declaró una prórroga de la emergencia el 3 de septiembre y “la hizo por 180 días”. En esa línea, sostuvo que “la entiende todo el mundo menos el bloque opositor, el bloque kirchnerista de la ciudad de Tandil”, en relación a las herramientas para administrar los recursos en pandemia.
En uno de los tramos más duros, indicó que “todos los datos que tiran sabemos que tienen una intencionalidad política, poner a la gente en contra del Intendente” y cuestionó las publicaciones en redes sociales, las reuniones y los Zoom para desacreditar las medidas del Municipio.
Derivó en datos sobre los gastos en seguridad que asume el Municipio y los incumplimientos de los convenios que no cumple la Provincia, como los sueldos de los trabajadores comprendidos en la Ley Paisaje Protegido, la deuda de IOMA con el Hospital, como así también en la cobertura de pacientes oncológicos y dializados, los fondos de la terapia intensiva pediátrica. “Digan todos los números, digan todo lo que el Municipio hace”, reclamó.
“Es fácil pedir plata cuando la plata la imprime uno”, disparó en relación a la asistencia para los emprendimientos que cierran, como hoteles, cabañas o jardines maternales. “Es de un atrevimiento enorme hacerle creer a la gente que es culpa de un intendente que haya negocios que cierren en el momento de crisis más importante de la Argentina de los últimos 30 años”, consideró y aseguró que lo que quieren los comercios es que no les cobren el IVA de la factura de luz y gas.
Pidió tener en claro que esto no termina ahora, por lo cual llamó a “bajar los decibeles” y trabajar en conjunto, porque hasta que no esté la vacuna no se va a acabar. “Rememos para el mismo lado. Dejemos de tirarle palas de tierra al Intendente por cada contagiado que hay en Tandil”, exigió y afirmó que el Ejecutivo siempre advirtió que iban a aparecer los casos.
Además, pidió que “dejen de poner en duda al comité sanitario” y planteó que “si los deslegitimamos, quién va a tener razón”, al tiempo que se enfocó en las redes sociales.
En horas de debate, también hablaron Juan Manuel Carri, Juan Arrizabalaga y Ariel Risso, quienes agregaron argumentos a la posición del Frente de Todos, y Luciano Grasso, Bernardo Weber, Mario Civalleri y Marina Santos por el oficialismo, con voces más o menos enfervorizadas pero ya con posturas irreconciliables. Es que estos seis meses intensos venía dejando varios combates en el tintero, sin que apareciera el expediente que motivara la batalla en el recinto, ese espacio donde, en definitiva, se replican las mismas tensiones que conviven en las calles de la ciudad.