“Lo que hizo Lunghi llena de orgullo a todos los bonaerenses del interior”, aseguró un politólogo
El olavarriense Andrés Malamud analizó las repercusiones de la decisión que adoptó el Intendente para gestionar bajo un esquema local la pandemia. Desde Portugal dialogó con El Eco Multimedios y dijo que el jefe comunal tiene “diagnóstico y coraje”. En su lectura política, reclamó por la autonomía de los municipios y disparó que en Buenos Aires gobiernan “porteños de la facultad”.
“Lo que hizo Miguel Lunghi llena de orgullo a todos los bonaerenses del interior”. Así definió el politólogo, oriundo de Olavarría, Andrés Malamud, la decisión que tomó el Intendente de salir del sistema de fases bajo los criterios de la administración bonaerense e implementar uno propio para gestionar el avance de la pandemia en la ciudad.
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Desde Lisboa, Portugal, donde reside desde hace 18 años, el licenciado en Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires (UBA) participó de manera virtual del espacio del desayuno del ciclo televisivo “Tandil despierta”.
Durante su intervención, compartió un análisis respecto al escenario político bonaerense y, en particular, de las tensiones entre los gobiernos. Cuestionó la capacidad de gestión de quienes gobiernan la provincia, a quienes calificó de “porteños de la UBA”, pero también observó que la Constitución provincial “no cumple” con lo que establece la nacional en cuanto a la autonomía de los municipios, un reclamo histórico del radicalismo que llegó a la Legislatura a través de una propuesta impulsada por Lunghi.
“Diagnóstico y coraje”
A propósito de la actualidad política tandilense, y los capítulos de tensión con la administración de Axel Kicillof, Malamud aseguró que al jefe comunal lo caracterizan dos rasgos que se presentan como fundamentales y que “poco” pueden ostentar en el resto de la provincia: “diagnóstico y coraje”.
Desde su perspectiva, elogió la lectura de la situación “para darse cuenta que esto no funciona y que hay una Constitución que ampara la autonomía municipal” y la postura de “decirlo y practicarlo”.
De todos modos, el analista reconoció que no es una tarea simple y que resulta necesario tener un municipio “grande, importante y productivo”, y un intendente con años en la gestión que “se anima a tomar una decisión que le puede traer costos”.
Al observar el esquema planteado en la ciudad, detalló que la cuarentena será “intermitente, siempre habrá retrocesos”. Entonces, “cuando uno va para adelante tiene que saber que va a tener que dar de vez en cuando un paso atrás”.
Malamud reforzó el planteo al exponer que el Gobierno comunal podrá pagar costos políticos, pero “puede ser también que impulse lo que haga falta”, a saber, “la renovación de la Constitución o división de la provincia”. Sin ninguna de ambas, “no hay solución en Buenos Aires”.
-¿Qué costos cree que puede tener un intendente que toma las decisiones que tomó Lunghi?
-Que la Provincia lo tome de rehén y tome represalias. Estamos gobernados por unos burócratas del centro de estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Quien gobierna Buenos Aires tiene legitimidad democrática, pero él y su equipo de gobierno son porteños de la facultad, no conocen la provincia, se adecuan a estructuras burocráticas, son rehenes mentales de La Plata.
“Decisiones burocráticas tomadas en La Plata”
En otro pasaje de la entrevista televisiva, el licenciado en Ciencias Políticas hizo referencia al impacto que tiene el contexto actual de pandemia y la falta de autonomía de los municipios bonaerenses.
Una de las consecuencias es la que “está pagando Tandil” por “decisiones burocráticas tomadas en La Plata”, que se basan en esquemas que consideran medidas iguales para pueblos de dos mil y de dos millones de habitantes.
“Son 135 municipios hiperdiversos”, enfatizó, e insistió con la necesidad de otorgar facultades a los gobiernos locales para que puedan adoptar decisiones según su criterio.
Y ejemplificó que el decreto del 20 de marzo que estableció el aislamiento social preventivo y obligatorio se aplicó en todo el país “cuando había coronavirus en el AMBA”.
En su opinión, el problema fue que “el gobierno de los tres porteños decidía para todos”, mientras que en Buenos Aires la situación “es peor” porque gobierna “un porteño”, fustigó Malamud.
“La provincia es un monstruo”
“La provincia de Buenos Aires es un monstruo”, puntualizó Malamud desde su perspectiva analítica. Y, al ampliar su explicación comparó la extensión territorial con países como Italia o Alemania, aunque con “menos población, pero mal distribuida”.
Y graficó que “dos tercios de los bonaerenses viven en el uno por ciento del territorio”, precisamente en el Conurbano, y a su vez se encuentran “subrepresentados” en el Congreso nacional y en la Legislatura bonaerense.
“Su voto, aunque mucha gente piense lo contrario, termina valiendo poco, no lo defiende nadie. Entonces, de vez en cuando, se rebelan y voltean un presidente. Y si no, es su policía”, planteó a modo de análisis político.
La provincia “está superrepresentada”, insistió, ya que tiene el 38 por ciento de la población y las otras 23 provincias el 60 por ciento. “Pero de ese 38 por ciento, sólo 27 en la Cámara de Diputados y cuatro por ciento en el Senado”, esquema a partir del cual “todos los presidentes le sacan coparticipación para ganar el apoyo de otros senadores que bancan a otros gobernadores. Buenos Aires está condenada a ser estafada por las demás”.
Desproporción bonaerense
-¿Qué observación hace sobre las diferentes Buenos Aires dentro de un mismo territorio? ¿Y cómo debería hacerse en un futuro?
-La provincia de Buenos Aires es la más grande, la segunda es Córdoba. Pero si la dividimos en cuatro partes iguales, Córdoba quedaría quinta. Esa es la desproporción que existe, en ninguna otra federación del mundo se da esto. San Pablo tiene el doble de Belo Horizonte, California tiene sólo un poco más que Texas o Nueva York. Así que la desproporción bonaerense es gigantesca y además está mal organizada por dentro. Y esto los tandilenses lo conocen y sufren de verdad. Su Constitución es inconstitucional porque la Constitución Nacional establece la autonomía municipal y la provincial la prohíbe, la elimina. Por eso los distritos municipales son esbirros de la administración burocrática provincial que, a través de decretos, se sobrepone a aquellos que fueron votados (los concejales e intendentes). No puede funcionar una provincia así, que viola la Constitución nacional, que está mal encajada en la federación y mal estructurada internamente, con dos tercios de la población en el uno por ciento del territorio.
Respecto a la división, tiene que haber un acuerdo político. Los partidos políticos, radicales, peronistas, el PRO, se deben sentar y llegar a una solución que convenga a la gran mayoría de los ciudadanos.
-¿Esto le conviene a los políticos?
-Mi impresión es que los políticos atentan contra sí mismos cuando defienden el statu quo. En cualquier provincia, un intendente quiere ser gobernador y el gobernador se ilusiona con ser presidente. Ese es el camino que hizo Néstor Kirchner. En Buenos Aires, ningún intendente llega a gobernador, pero quieren, y los gobernadores no llegan a presidente. Tiene el 40 por ciento de la población pero el resto del país dice que no quiere gobernantes bonaerenses.
Para mí falta diagnóstico, capacidad de darse cuenta que se están cavando su propia fosa haciendo lo que hacen.
Pos pandemia
Sin abordar la cuestión sanitaria, Malamud aportó su mirada sobre el escenario que vendrá pos pandemia en materia política y económica para el país.
En ese camino, planteó: “Argentina tiene un problema que se llama empate, en la que ninguno de los dos equipos no puede ganar, pero puede evitar que el otro lo haga”.
En términos prácticos, “el peronismo y el no peronismo”, que presentan distintos proyectos “y hace 70 años que ninguno puede imponerle su proyecto al otro, pero que se lo bloquea”.
Entonces, en su explicación, expuso que, “si no hay posibilidad que ninguno gane, la única alternativa que hay es sentarse en la mesa y ponerse de acuerdo en perder los dos un poco ahora para ganar los dos, más adelante”.
“En el corto plazo, la única solución es perder poco para que ganen todos más en el largo plazo”, enfatizó. Sin embargo, con los niveles de pobreza que tiene el país, “hay que contener a la gente que no tiene trabajo, que tenga acceso a la salud y el mismo horizonte de inclusión en el proyecto colectivo”.
-¿Qué consecuencia cree que tendrá el país en el corto plazo?
-Son malas, negativas. No vale la pena engañarnos. Lo que va a pasar en el corto plazo es muy desagradable, con más pobreza y bancarrota. Hay tres maneras de financiar el Estado: con impuestos, créditos o vendiendo stock. De eso, lo único que queda son los impuestos, que no alcanzan. La “maquinita” es el único mecanismo que tiene el Estado para financiarse.
Lo mejor que podemos sacar de la pandemia es aprendizaje y darnos cuenta que no podemos seguir compitiendo entre dos equipos que no se pueden vencer. La única solución es sentarse en una misma mesa y acordar, como lo hicieron los gobernantes de Capital, Provincia y Nación al principio de la pandemia. Hay que hacer lo mismo con la economía y todo el tiempo.