Tras ocho años, Civalleri se despidió del Concejo Deliberante
Mario Civalleri concluyó un ciclo de ocho años como concejal el 10 de diciembre. En una entrevista con este Diario, repasó cómo fue la transición del Ejecutivo al Legislativo, la dinámica de sus dos mandatos y los desafíos que impuso la pérdida de la mayoría. Asimismo, compartió su visión sobre el legado de la gestión municipal, el vínculo que tiene y sus planes para el futuro.
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El 10 de diciembre Mario Civalleri dejó su banca en el Concejo Deliberante. Figura clave dentro de la estructura de gobierno, experimentó una transición al Legislativo donde cerrará un ciclo de ocho años como concejal con la satisfacción del deber cumplido, en medio de una dinámica marcada por la pandemia primero y pérdida de la mayoría después, y la necesidad del diálogo político en un contexto desafiante.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailSu paso por el Legislativo, precedido por una intensa labor en la Secretaría de Obras Públicas, le brindó una perspectiva distinta del Gobierno, fue como mirarlo “desde un dron”, definió, a diferencia de un enfoque más acotado que le dio la tarea en el área comunal.
En una entrevista con El Eco de Tandil, trazó un balance de su trayectoria y compartió su visión sobre el legado de la gestión municipal y sus planes para el futuro, reconociendo que no tiene “deudas pendientes” en relación a su deseo para postularse al sillón de Duffau.
El concejal, que presidió el bloque oficialista durante dos períodos consecutivos, debutó en el rol legislativo en 2017, tras acompañar al intendente Miguel Lunghi desde el inicio de su mandato, en 2003.
Transición
La mayor parte de su paso por el Ejecutivo fue como secretario de Obras Públicas, rol que desempeñó durante los tres primeros mandatos del jefe comunal, que “fueron muy potentes”.
Antes de su llegada al Legislativo, entre 2015 y 2017, pasó por la Jefatura de Gabinete, área que le brindó una perspectiva integral del funcionamiento municipal.
En las elecciones de medio término de 2017, encabezó la lista de concejales por el oficialismo en la alianza Juntos por el Cambio, obteniendo una “muy buena elección” que le permitió acceder a una banca en el Concejo.
Ese primer mandato, que se extendió hasta 2021, fue formativo y le sirvió para descubrir una perspectiva diferente. “En el Concejo Deliberante es como mirar el Gobierno desde un dron porque uno tiene una mirada muy 360 de todo”, dijo.
Esta visión abarcadora lo obligó a familiarizarse con temas diversos como salud, economía, presupuesto y obras públicas, una experiencia que definió como “muy diversa, entretenida y desafiante” en comparación con la visión más acotada que se tiene desde un área específica del Ejecutivo.
Durante los ocho años que permaneció en el Legislativo, Civalleri presidió el bloque oficialista. “Más allá de lo que la gente cree o a veces ve que se producen algunos debates virulentos en términos verbales en el Concejo, el trato en general es cordial”, afirmó.
Remarcó que uno de los aprendizajes en este ámbito es que “en las discusiones hay un piso y un techo, nunca se roza ninguna cuestión de tipo personal”. De hecho, aseguró no haber visto “enemigos íntimos” dentro del recinto, sino “diferencias marcadas”.
Dos mandatos, dos contextos
En 2021, Civalleri volvió a encabezar la lista de concejales en el marco de una alianza que integraba diversas fuerzas políticas, además del radicalismo, el MID y el PRO, entre otros sectores. Esta lista permitió el ingreso al Concejo Deliberante de figuras de diferentes trayectorias y partidos que, con el tiempo, derivó en una fragmentación del bloque oficialista (la actual composición cerró con seis espacios políticos).
En términos de comparación entre uno y otro período legislativo, Civalleri enfatizó que “es inevitable pensar la diferencia en los contextos”, entre la post pandemia y la irrupción del gobierno de Javier Milei.
“Después de la pandemia cambiaron muchas cosas, como cambió cada uno de nosotros”, manifestó y vinculó las modificaciones en las rutinas personales con el ocurrido en la gestión pública y legislativa.
El primer mandato fue más “formativo”, mientras que el segundo lo encontró presidiendo el bloque en un escenario de transformaciones profundas.
Los desafíos de gobernar en minoría
“Los concejales que pertenecemos al oficialismo nos toca un rol diferente” al de los concejales de la oposición, ya que obliga a “defender algunas cuestiones” y a asumir la responsabilidad de generar el marco normativo y las aprobaciones necesarias para el buen funcionamiento del Ejecutivo. “Es un desafío mucho más grande y exige esfuerzos mayores”, consideró.
Civalleri, junto con el presidente del Concejo, Juan Pablo Frolik, tiene participación en las reuniones de Gabinete, lo que permitió aportar su voz en los debates preliminares y “trasladar esa información al bloque” para la preparación de temas, especialmente aquellos “delicados o que tienen una entidad fuerte”.
A modo de ejemplo, recordó la venta del predio de Santamarina 450, donde funcionó la Dirección de Servicios, “un tema que era un desafío, que había cosas importantes en juego” y que fue debatido “horizontalmente” para construir el proyecto final que llegó al Legislativo.
Sin embargo, aseguró que el desafío “más grande” llegó con la pérdida de la mayoría legislativa. En 2021 la bancada contaba con diez concejales, que, sumado al voto doble del presidente en caso de empate, permitía resolver la mayoría de las situaciones. Pero en 2023, el bloque oficialista se redujo a siete integrantes. “Hubo que construir acuerdos, mucho de ellos se lograron”, enfatizó.
En este escenario, “gobernar cuando tenés una minoría en el Legislativo exige esfuerzos mayores”, sentenció Civalleri, que calificó este segundo período como “más complicado”.
Esta dinámica “nos fue obligando a hacer acuerdos cada vez más amplios” y, en algunas ocasiones, los consensos no se lograron y citó algunos ejemplos que no obtuvieron el apoyo suficiente en el recinto, como el proyecto de las fotomultas y la tarifa del transporte público, que requirió un decreto del Intendente ante la imposibilidad de alcanzar acuerdos legislativos.
“Se trata de agotar el diálogo, pero hay veces que las condiciones no se dan para cerrar acuerdos”, justificó el concejal.
Diálogo y consensos
A pesar de pérdida de la mayoría, el concejal valoró el acompañamiento del bloque de Unión por la Patria en determinados temas, como la aprobación del presupuesto y la venta del predio de Santamarina 450, en un contexto marcado por un escenario donde el Gobierno nacional “retira muchos de los apoyos o subsidios” en su política de “ajustar y ajustar y ajustar”.
Apuntó a las consecuencias directas que tuvo para los municipios, que vieron cómo diversas problemáticas recayeron en su órbita, impactando en áreas como la salud pública, el transporte, los comedores y la asistencia alimenticia. “Hubo muchas cuestiones que hubo que reparar en este tramo”, admitió y evaluó que estas condiciones llevaron a que “tuviéramos una mirada bastante común y coincidente con el bloque de Unión por la Patria, que realmente nos dio votos para resolver algunos temas importantes”.
Entonces, argumentó que, “cuando uno ve que el tema no se va a resolver, tenés que terminar pensando en los vecinos que te votaron”, afirmó. En última instancia, se trata de “construir gobernabilidad y gobierno” en el día a día para que “la gente pueda acceder a la mejor calidad de vida, a la solución de sus problemas y demás”, sentenció.
En su balance de estos años en minoría, consideró que “hemos cumplido una tarea razonable” y “hemos llegado a bastante buen puerto, no exentos de dificultades”.
Balance personal y compromiso con los vecinos
En otro pasaje de la entrevista con este Diario, Civalleri realizó un balance positivo de su paso por el Concejo Deliberante, de los aprendizajes y los desafíos que le tocó atravesar.
En lo personal, se mostró orgulloso de haber estado “siempre muy a disposición de la gente”, atendiendo a “cantidad y cantidad de personas” y “a todas traté de acercarles soluciones o respuestas”.
“Me da mucha satisfacción el tema que toda la gente que me viene a ver se va o con un tema resuelto o por lo menos con una respuesta que le da claridad a su enfoque”, confesó y remarcó que esa es la esencia de la tarea del concejal, “ser una partecita del Estado a la cual la gente accede con bastante facilidad”.
En los ocho años y aproximadamente 180 sesiones transcurridas entre ambos períodos, aseguró haber faltado solo a dos encuentros legislativos, además de su compromiso diario permaneciendo “una pila de horas” en el Concejo, “trabajando en comisiones y atendiendo a los vecinos”.
“Es cierto que la tarea del concejal tiene la libertad de estar en la calle, pero hay que estar”, sentenció, en referencia a la importancia de la presencia y el compromiso con la labor pública.
“Necesito una pausa”
Sobre su futuro inmediato, Civalleri anunció que “necesito una pausa” después de 20 años de trabajo ininterrumpido en la función pública, aunque reconoció que este largo proceso le genera una mezcla de “sentimientos y sensaciones”.
“Me siento tan parte del Gobierno”, que su nombre, según dijo, “está asociado a los mejores momentos, pero también a las deudas no cumplidas”.
A pesar de esta decisión de alejarse de la actividad pública, aseguró que no se alejará completamente del espacio político. “Voy a estar cerca de lo que me necesiten”, afirmó, en relación a los aportes que pueda hacer en temas específicos.
“Estoy muy orgulloso de un Gobierno que produjo la transformación que produjo en la ciudad”, y que “será mirado en el tiempo como un Gobierno súper transformador”, defendió el exfuncionario, que si bien reconoció que la última elección no fue favorable, la gestión actual “deja una vara muy alta en muchos aspectos”.
Destacó la “honestidad” de la gestión, la dedicación del intendente Lunghi, que “todos los días de su vida está al pie del cañón”, y aseguró que esto “deja la vara muy alta” para las futuras gestiones.
En su lectura sobre el futuro político, se mostró optimista de cara a 2027, confiando en los “nuevos cuadros que tienen potencialidad” para “renovar, dar vuelta algunas cosas y ser nuevamente competitivos”.
Sin “deudas pendientes”
Finalmente, al ser consultado sobre sus aspiraciones para suceder al intendente Lunghi, Civalleri admitió que “fue una posibilidad bastante concreta o posible”, pero que “las cosas se dieron de otra manera”.
De todos modos, sostuvo que, en última instancia, no dependía de una voluntad individual sino de la decisión del partido. “El tema de las candidaturas no son cuestiones de voluntades individuales”, justificó.
Sin “deudas o saldos pendientes” sobre aquel deseo “porque son las circunstancias a las cuales te somete la política”, agradeció la oportunidad de haber encabezado dos veces la lista de concejales que se impusieron en elecciones legislativas, un recorrido que “me lo llevo en el corazón”.
Se mostró satisfecho con su trayectoria y el afecto recibido de los vecinos: “Creo que la gente tiene respeto por mi persona y tiene aprecio porque he tratado siempre de colaborar”, concluyó.