RUTINA: qué hacer con los chicos en verano
Cuando terminan las clases solemos cuestionarnos si dejamos descansar a los más chicos de la casa o le buscamos actividades

Una de esas incertidumbres que nos invaden a los padres un poco antes de terminar las clases es qué hacemos con los muchachitos. Es que las vacaciones de verano, una vez que uno tiene hijos, pasan a ser un asunto a resolver en tiempo y forma, cuando madre y padre trabajan. Y, aunque eso no sucediera, es recomendable superar la incertidumbre de dejar a los chicos sin ningún tipo de horarios ni rutinas, o de llenarlos de tareas y actividades. Para tomar la decisión correcta, o al menos, para asesorarnos al respecto, desde Tatetí hablamos con la médica pediatra, Maite Cabana*. Ella nos brindó su visión del descanso y las rutinas. Lo más importante, primero, es individualizar; cada caso es distinto. En estos tiempos, los chicos tienen mucha carga horaria y actividades extracurriculares, sumados los eventos de fin de año, Es fundamental respetarles el descanso, si ven que los chicos lo necesitan; no armar una rutina que nos venga bien a los adultos. No es saludable para ellos.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailAhora bien, la rutina y el orden externo, acomodan a los chicos, les dan certezas. Hemos visto lo sucedido en pandemia, cuando los chicos tenían incertidumbre plena, y sus hábitos tales como el sueño y la alimentación se vieron desordenados. No había horario para acostarse, ni para levantarse, sumado esto al hastío y al cansancio de estar encerrados. Cabana asegura que las consecuencias del confinamiento, las seguiremos viendo y observando por largo tiempo. Con lo cual, la Doctora insiste en respetar el descanso si vemos que lo necesitan, pero enmarcarlo dentro de un orden, con horarios que no afecten, por ejemplo, a la dinámica familiar. Es decir, que los chicos estén despiertos a la hora de la comida, que hagan actividad física y vida en familia.
Es fundamental que las pantallas, los celulares, las redes sociales, sobre todo en los más grandes, no alteren la rutina del sueño y la alimentación. El sueño, además, debe ser de calidad y, en determinados momentos del día. No importa, dice Maite, si duerme mucho o poco; pero sí que el descanso sea reparador.