En 1888, una gran fiesta en San Ciriaco reunió a 500 personas de la élite y los barrios de Tandil
José Ciriaco brindaba fiestas que se volvieron míticas en la historia de la ciudad, en su estancia.

La ciudad va mutando su composición y todo tiende a transformarse con el paso del tiempo. En un lugar, de más de 200 años de historia, resulta obvio que al tiempo que crece el poblado, las cosas vayan cambiando. También, las personas y sus historias, que quedarán para siempre en las páginas de la construcción social de Tandil.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn las páginas de la historia de la ciudad, se detalla que Ramón Gómez y Pilar López Osorio de Gómez, propietarios de los campos de la provincia de Santa Fe, conocidos por "Cañada de Gómez", tuvieron que huir de allí, a principios del 1800, perseguidos por los indios, que incendiaron y saquearon sus establecimientos. Entonces Gómez-que era un laborioso y activo ganadero- le pidió a su pariente el general Martín Rodríguez -a la sazón gobernador de la provincia de Buenos Aires- tierras donde pudiera desempeñar su actividad. Y el fundador de Tandil le concedió una superficie que abarcaba desde la hoy estación Azucena, hasta la estancia San Simón -que fuera luego de los señores Elissondo-todo lo que había al este del arroyo Chapaleofú, es decir al noroeste, sud y sudoeste del ejido de Tandil. Allí fundó la antigua estancia "San Ciriaco", que fue una verdadera avanzada en el desierto y punto de apoyo de la civilización en la frontera sur.
Allí nació, el 17 de enero de 1838 Sulpicio A. Gómez que, como sus hermanos Ciriaco, Ramón y Tristán, tuvieron larga actuación en la vida tandilense. Sulpicio, además, tuvo una destacada acción en la lucha contra el indio bajo las órdenes del coronel Machado y formó entre los soldados más distinguidos en la batalla de Pavón.