La realidad cambiaria anticipa una temporada propicia para el turismo
De acuerdo a estadísticas relevadas por el INDEC, en julio pasado se registraron 234.400 arribos de turistas extranjeros no residente en el país, lo cual generó un crecimiento de casi un 6 %, en comparación a igual período del 2017.
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Este crecimiento se debe, principalmente, a la fuerte devaluación de la moneda nacional que, en un breve lapso de tiempo, captó la atención del turismo internacional no residente. Otro de los factores fundamentales a la hora de analizar este dato es la conectividad aérea, producto de la nueva política de transporte de los últimos años: el ingreso de las low cost a la Argentina incorporó vuelos de cabotaje con costos más competitivos, lo cual genera un impacto positivo en el turismo interno. Si bien aún falta desarrollo en infraestructura, indudablemente es el camino a seguir.
Otro punto a destacar es la diversificación de la oferta, que muestra evidentes signos de calidad turística, aunque la vara es alta si se la compara con otros destinos latinoamericanos, como Chile o Brasil, que presentan índices de arribo de turistas muy superiores a los de la Argentina.
Con un panorama bastante claro en materia de turismo, y en consonancia con un presupuesto económico nacional para el 2019 que proyecta un dólar por encima de los 40 pesos y una inflación controlada en torno al 25 %, muy por debajo de la inflación real de 2018, el sector turístico se torna seductor por donde se lo mire: conectividad; atractivos culturales, naturales y educativos; infraestructura; calidad en sus servicios; amplia oferta gastronómica, y tipo de cambio en alza, invitan a estimar un crecimiento sostenido para el año entrante.
Entre los países que más turismo proveyeron hacia nuestro territorio, Brasil encabeza el ranking, con aproximadamente 93.300 visitantes; desde Chille llegaron unos 28.900 turistas, lo que representa un incremento del 30 % interanual, y de los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá arribaron aproximadamente 22.600 turistas; desde el resto de los países de América fueron 30.500, mientras que de Europa lo hicieron 29.500.
En respuesta a la turbulencia económica local, y con un panorama no muy favorable para los residentes, muchos se inclinan por un turismo interno para los próximos meses, lo cual nos lleva a pensar que la balanza en la materia dejará de ser deficitaria producto del turismo emisivo (importaciones): por estos meses nos encontramos en un cambio de elección de destinos, pasando de vuelos internacionales a los de cabotaje.
Tanto es así que se espera para la próxima estación estival un gran aumento de turismo interno, generando un incremento en los beneficios económicos para los destinos preponderantes del país, así como un crecimiento laboral que ocupa al sector (bienes y servicios).
* Publicado en ADN Digital
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