Tiene 90 años y es instructora de fitness. Una historia de superación

La mayoría de las personas de 90 años apenas pueden caminar, y mucho menos hacer ejercicio, pero Takishima Mika, también conocida como Takimika, no solo lleva a cabo secuencias de fitness diarias religiosamente, sino que trabaja como instructora en un gimnasio.
La alegre jubilada (que cumplió 90 años el 15 de enero), es más activa que varios de los jóvenes de 20 años, y probablemente también esté en mejor forma. Es la instructora de fitness más antigua de Japón, y se ha convertido en una celebridad en el país asiático, tanto por su excelente forma física como por su actitud positiva y sonrisa contagiosa. Pero Takimika no siempre fue así. De hecho, su transformación comenzó tarde en la vida, cuando ya tenía 60 años.
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Hubo un tiempo en que la mujer se mostraba con sobrepeso y sin ningún tipo de interés en el ejercicio físico, pero un comentario al azar de su esposo sobre su cuerpo (cuando tenía 65 años) lo cambió todo. Takimika, ama de casa a tiempo completo, ni siquiera había considerado ir a un gimnasio, y debido a aquellas palabras de su pareja, hubo un click en su cabeza que la llevo a introducirse en el mundo del fitness y a enamorarse al instante de ese estilo de vida.
Aunque logró su objetivo inicial de perder 15 kilogramos después de unos cinco años, Takimika continuaba entrenando, ya que su nuevo amor por el ejercicio la ayudó a plantearse nuevos desafíos.

Takimika se convirtió en instructora de fitness a los 87 años, después de que su propio entrenador la obligara a hacerlo. Al ver su actitud positiva en el gimnasio y su pasión por el ejercicio, Nakasawa Tomoharu, el entrenador de Takishima y propietario del gimnasio Power Aging, no podía dejar pasar la oportunidad. Se había inscrito en el gimnasio a los 79 años y se había convertido en una atleta completa en los ocho años transcurridos desde entonces.
La mujer de 90 años generalmente se acuesta alrededor de las 11 pm y se despierta a las 3 am, requiriendo solo cuatro horas de sueño. Luego da una caminata de 4 kilómetros, seguida de un trote de 3 kilómetros y una caminata de 1 kilómetro hacia atrás. Más tarde toma un desayuno abundante y equilibrado, hace algunas tareas domésticas y estiramientos ligeros, y tal vez mira televisión, sin olvidar mantener la espalda totalmente recta y el abdomen contraído.

La nonagenaria siempre come un almuerzo ligero, ya que tiende a tener sueño si lo hace en exceso, seguido de una intensa sesión de entrenamiento. Por la noche, tiene una cena abundante, acompañada de una copa de vino. Hasta la hora de acostarse, Takimika practica los ejercicios físicos asignados por su propio instructor, trabaja con la computadora, y perfecciona sus habilidades en inglés.
La historia de Takishima Mika ha conmovido a muchas personas mayores en Japón, más de 80.000 de las cuales son centenarias, y algunas se han inspirado para ponerse en forma y mejorar su salud y bienestar general. La instructora de fitness más antigua de Japón se ha fijado dos nuevos objetivos: poner a todos en forma y estar sanos, y seguir siendo instructora de fitness cuando tenga cien años.