EL ECO PODCAST
El desafío de desarrollar nuevos materiales para incrementar la producción de granos
La labor de un breeder en un semillero resulta fundamental, ya que es quien realiza el desarrollo de los mejoramientos genéticos que llegan a los campos e incrementan los rindes. Un fitomejorador fue protagonista de un nuevo podcast de El Eco.
La función de un breeder dentro de un semillero fue abordada durante un podcast de El Eco, ya disponible en las redes sociales.
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Los detalles surgieron del diálogo con el ingeniero agrónomo Julio Cerono, del semillero KWS, en el marco de la presentación de un nuevo híbrido de maíz, el pasado jueves en el paraje El Carretero, en la zona de Tres Arroyos.
“Nuestra tarea básicamente es desarrollar productos para el agro, utilizando las herramientas de la genética y su mejoramiento. El mejoramiento genético hoy se entiende como aquellas prácticas tendientes a mejorar a las plantas en beneficio de la humanidad, como concepto general”, planteó inicialmente el profesional.
En tal criterio se incluye “hacerlas más productivas, que utilicen menos fitosanitarios, o que sean más resistentes a plagas y enfermedades. De eso se trata el mejoramiento genético y ese es nuestro trabajo”.
Cerono lleva más de tres décadas en esa función, en diversas empresas, aunque “hace 20 años que me desarrollo en KWS Argentina como breeder, específicamente de maíz”.
La evolución
Al momento de analizar la evolución registrada en el rubro, el profesional dijo que “las empresas dedicadas al mejoramiento en Argentina son realmente líderes a nivel mundial y todas han hecho grandes esfuerzos y excelentes trabajos buscando mejorar el cultivo”.
Destacó que actualmente “se estima que los rendimientos se mejoran aproximadamente entre 150 y 200 kilos por hectárea cada año. Es decir que después de diez años de mejoramiento podemos aceptar que los rindes han aumentado en alrededor de 1.500 a 2.000 kilos. Ese es el concepto que se tiene del avance genético en materia de maíz”.
Las brechas
Al ser consultado acerca de los rindes potenciales de un híbrido y los que se logran realmente, Julio Cerono señaló que se trata de “todo un tema de investigación” y admitió que “siempre van a existir por diferentes motivos. Los rendimientos potenciales son rendimientos, casi teóricos en el sentido de que se utilizan modelos para establecerlos, sin ningún tipo de limitante de fertilización, ni de agua o radiación, y sin plagas ni enfermedades. Los rendimientos logrables son los que tenemos a nivel de productor, donde tenemos restricciones ambientales, plagas, temperatura o nivel de agua que suelen ser una limitante”.
Acotó que “excepto el nivel de radiación solar, las demás restricciones las tenemos y esas brechas van a permanecer en el tiempo. Toda la tarea de los agrónomos y de los especialistas en agronomía es tratar de reducirlas con mejores prácticas”.
Destacó el breeder que “en ese contexto, últimamente el cuidado ambiental tiene mucho que ver con esas prácticas agronómicas. La brecha existe y los rendimientos potenciales en maíz aún a nivel experimental son muy altos. Podemos hablar de 20, 30 ó 35 toneladas por hectárea”.
Enfatizó que “el mejoramiento genético realmente va muy rápido en ese sentido y los rendimientos logrados a nivel productor siempre van más despacio por estas restricciones que acabo de comentar”.
Últimos logros
Al hablar de los últimos logros de su equipo, Cerono destacó el lanzamiento de un híbrido de ciclo corto, al que consideró como “un material muy demandado en las zonas del sudeste y sudoeste de la provincia de Buenos Aires, probablemente en el oeste también, y algo en el Litoral”.
Explicó que se trata de “un material que puede sembrarse relativamente tarde y cosecharse relativamente temprano respecto a los materiales de ciclo completo”.
Añadió que “fuera de este caso específico, el mejoramiento de maíz hoy transita por nuevos rumbos” y especificó que “en primer lugar está la sustentabilidad. Las técnicas moleculares nos han permitido encontrar otras funciones bioquímicas y biológicas dentro de la planta de maíz. Nuevas técnicas, como la selección genómica, ayudan al mejoramiento genético y -obviamente- la edición génica (últimamente muy de moda) es posiblemente la herramienta que a mediano plazo traiga los cambios más importantes que vamos a ver”.
Otra historia
El breeder de KWS recordó que al momento de los inicios de su carrera el trabajo era “muy austero, muy simple y muchas de estas tecnologías no estaban. Las fuimos adquiriendo a medida que estuvieron disponibles, como todo el tema de la digitalización, genética espacial, selección genómica, marcadores moleculares y toda la tecnología de drones que ayuda muchísimo al mejoramiento” dijo, aunque aclaró que “siempre teniendo en cuenta que son herramientas: el mejoramiento genético es otra cosa. Esas son herramientas que nos ayudan a mejorar -en este caso un cultivo como el maíz- pero se aplican a cualquier cultivo (soja, trigo, cebada, etc.)”, indicó.
Cuando se lo consultó acerca de la presión que ejerce la cuestión sanitaria para un mejorador genético, Julio Cerono indicó que “posiblemente junto con el rendimiento es el criterio más importante de selección que todo fitomejorador”.
Ello ocurre “no solo en maíz, sino que los demás cultivos lo tienen también como criterio de selección. Uno de los beneficios del mejoramiento genético es tener cultivos cada vez más sustentables y que utilicen menos fitosanitarios, que el productor pueda sembrar y lo único que tenga que hacer sea prender una vela al santo de la lluvia y nada más. Todo el resto de la cuestión queda en manos del fitomejorador” e incluyó allí cuestiones como resistencias a patógenos, a plagas, al vuelco o al quebrado.
El entrevistado señaló que trabajo del fitomejorador “es hacer el cultivo cada vez más sustentable y más seguro para el productor”.
La chicharrita
Un tema ineludible al hablar con un breeder de maíz es la problemática del cultivo que ha golpeado fuerte esta campaña.
La presencia de Spiroplasma, que es transmitida por la chicharrita y que causa el achaparramiento del cultivo, también fue analizada por Cerono. “La chicharrita ha sido un golpe para todo el país. He recorrido mucho la zona de Córdoba y norte de Santa Fe y lo que se ve en muchos casos es catastrófico, sobre todo para aquel productor que le tocó el problema” planteó inicialmente.
Añadió que “una vez más nos recuerda a los breeders un concepto que se llama diversidad genética. Significa tener germoplasma diverso que contenga todos los genes de resistencia que podamos. No concentrarnos en un germoplasma muy estrecho y que cuando viene una plaga de esta característica no quede nada en pie. Es un recordatorio bastante crudo y duro, pero estamos confiados en que la industria se va a reponer rápidamente”.