En pleno centro de Tandil,  Goli’s sandwichería ofrece una propuesta gastronómica que creció rápido gracias a una fórmula simple y honesta: platos caseros, abundantes, frescos y a precios accesibles, pensados para que cualquiera pueda sentarse a la mesa sin preocuparse por la cuenta.

Lo que comenzó hace un año y medio en Actis 1669 —un pequeño salón de 40 cubiertos que se ganó el corazón del barrio— hoy también late en pleno centro, en la esquina de Pinto e Yrigoyen, frente a la plaza Independencia. Allí desembarcó hace unos meses con un espacio más amplio, luminoso y cálido, con capacidad para 75 personas en su interior y un sector al aire libre que, desde la primavera, amplia la propuesta para llegar a 120 comensales.

La cocina de Goli’s tiene su impronta propia y está atravesada por la experiencia y el recorrido de Guillermo Escribano, quien trabajó durante años en reconocidos restaurantes de la ciudad antes de concretar su sueño de tener un proyecto propio, junto a su socio Gastón Maña. Inspirado en modelos de sandwicherías de otras ciudades, pero con un sello bien local, el restaurante apuesta a lo casero, a lo fresco y, sobre todo, a lo accesible.

La gran estrella de la casa son los sándwiches de 45 centímetros, ideales para compartir entre dos. Lomo, vacío desmechado, bondiola ahumada, bondiola a la milanesa, pollo y más. A esa propuesta generosa se suman pizzas caseras, empanadas, rabas, langostinos, pastas, hamburguesas y opciones de cafetería todo el día. Nada sale de la cocina antes de que lo pida el cliente: todo se prepara en el momento así garantizan frescura y calidad.

El corazón de la cocina: Diego y Eugenia

Detrás de los fuegos, el mando lo llevan Diego Martínez y Eugenia Fagnani, los cocineros que imprimen ritmo, sabor y dedicación a cada plato. Diego se especializa en las pastas caseras —ravioles de verdura, sorrentinos, cintas y ñoquis que recuerdan a la cocina de casa— y Eugenia se luce con las carnes, en especial el vacío desmechado de cocción lenta, una preparación de casi cuatro horas en horno que se sirve jugosa y tierna, dentro de un pan enorme para compartir. A ese infaltable se sumó la bondiola desmechada, que también conquistó a quienes llegan con ganas de algo abundante y sabroso.

“Nos complementamos muy bien. Venir a cocinar nos gusta, lo hacemos con ganas. Y siempre está esa cosa linda de compartir lo que uno hace con los demás”, expresaron. La respuesta de la gente, dicen, es una de las mayores recompensas: sugerencias que ayudan a mejorar, elogios que confirman que van por el buen camino, y clientes que vuelven por otro plato de pastas, por un sándwich o simplemente por el ambiente cálido y sencillo que se percibe en el lugar.

Es un espacio pensado para todos: grupos de amigos, familias, parejas, personas que quieren almorzar rápido y quienes buscan quedarse un rato más. Con un ambiente relajado y buena atención, el local ofrece take away y  servicio en salón. 

La cocina permanece abierta de martes a sábados y feriados 9 a 00 y los domingos de 9 a 15:30 hs. Además, para seguir apostando a propuestas accesibles, hay promociones semanales, como el 2x1 en pastas (cintas y ñoquis) los martes y miércoles, pensadas especialmente para quienes buscan una salida económica durante la semana. Goli’s nació con un sueño y creció gracias a la gente. Hoy, con dos locales funcionando a pleno, la propuesta sigue siendo la misma: comer bien, mucho, fresco y sin gastar de más.

“Invitamos a todo el público a venir a conocernos y a probar lo que hacemos”, cerraron Diego y Eugenia, los cocineros que son el alma del lugar. 

Para reservas y encargos: 2494-499601 o directamente acercarse a cualquiera de los dos locales. Ya están tomando reservas para cenas de fin de año. 

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El Eco de Tandil

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