Arzubialde: “Valoro todo lo que hace este plantel”
El mundo del automovilismo le dio a Oreste Berta el título de “Mago de Alta Gracia”. En esa misma ciudad cordobesa nació Héctor Arzubialde, director técnico de Santamarina, quien sin magia pero con mucha capacidad ayudó al aurinegro a acomodarse en la temporada 2016/17 de la B Nacional.
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A cuatro fechas del final del campeonato, y en la previa al choque de mañana con Estudiantes de San Luis, el entrenador reveló algunas de las claves del trabajo que lleva adelante en Tandil.
-¿Qué balance hace de su gestión en Santamarina hasta acá?
-Dicen que los balances se hacen al final. Pero nuestra situación, cuando llegamos el 18 de noviembre, era con el equipo último y con 12 puntos. Había cierto temor por lo que iba a venir, porque Santamarina tenía cierta tranquilidad con el promedio, pero podía haber problemas si seguían sucediéndose los malos resultados.
Después vinieron los doce partidos consecutivos sin perder, lo cual nos permitió crecer y clasificar a Copa Argentina.
-¿Esa clasificación era algo impensado?
-Parecía una utopía, pero con los dirigentes teníamos que plantearnos un objetivo. Y ese fue clasificar a la Copa Argentina, lo cual se terminó dando.
-¿Ahora cuál es el objetivo?
-Llegar a 60 puntos sería importante para nosotros. Veo equipos de la categoría de los cuales se dice que “no juegan por nada”. Y realmente parece que fuera así, porque dejan pasar oportunidades. Por eso, estoy muy agradecido a los jugadores de Santamarina, porque vienen realizando un gran esfuerzo más allá de las limitaciones que tenemos. Entre ellas, por ejemplo, tener a Martín Michel como único delantero en todo el plantel.
-¿Qué valora de este plantel?
-Muchas cosas, pero el amor propio que tienen es extraordinario. No es fácil verse últimos en la tabla, y estos jugadores tuvieron personalidad para hacer todo lo que está a su alcance. Valoro todo lo que hace este plantel.
-¿En qué momento se dio cuenta de esa virtud? Porque podía suceder que usted llegara y el plantel no se levantara en lo anímico.
-Cuando llegué, encontré un grupo que estaba muy bien desde lo físico. Con gran predisposición para escuchar y captar rápidamente el mensaje. Además, empezamos sumando, y eso facilita las cosas. Pero esto no fue solamente un envión anímico, porque eso hubiera durado tres partidos. Acá, la mejoría se sostuvo en el tiempo. Tuvimos la inteligencia de disimular carencias. En eso fueron importantes todos, los jugadores, cuerpo técnico, cuerpo médico y trabajadores como Bili Erviti, de quien debo decir que nunca había visto un utilero con su dinámica de trabajo.
-¿Qué mérito se adjudica usted en esa mejoría?
-Nosotros como cuerpo técnico siempre dimos armas de trabajo, tratamos de ser sinceros con los jugadores y serios en nuestro trabajo. Cuando uno marca pautas y el jugador ve que eso se sostiene con hechos, logra tener credibilidad. Eso nos permite tener cerca al jugador, con la relación en el día a día.
-¿Eso termina siendo más importante que lo técnico, lo táctico o lo estratégico?
-Hoy en día, el manejo de grupo es muy importante. Cuando vinimos, había que plasmar una idea de juego lo más rápido posible. Y hay momentos difíciles en otro aspecto. Por ejemplo, cuando volvimos en enero, la situación económica era complicada. Ahí hay que saber escuchar, tener sentido común y enfocar donde uno deba ubicar en los momentos justos.
-¿Pero qué solución se le da a un jugador que lleva tres meses sin cobrar el sueldo?
-Es difícil. La contención, el escuchar y el apoyarse en los jugadores de experiencia no son poca cosa. Que ellos sean referentes positivos es muy importante. Todo eso ha pasado y todo eso sigue pasando, en mayor o menor medida.
-¿Siente que el entorno no valora lo hecho por este Santamarina?
-No es fácil estar en la segunda categoría del fútbol argentino. Por ahí algunos no conocen el contexto en el cual está Santamarina y las dificultades que debe sobrellevar. Es como la salud, uno la valora cuando la pierde.
Corto plazo
-¿Los cuatro próximos partidos serán los últimos suyos en Santamarina?
-Mi intención es trabajar para que Santamarina quede lo más arriba posible. Después, me tendré que sentar con los dirigentes y cada uno hará su evaluación.
En cuatro partidos pasan muchas cosas, más en el fútbol argentino. Y yo estoy acostumbrado a mirar en corto plazo.
Sí debo decir que estoy muy cómodo en Tandil y soy muy agradecido con Pablo Bossio y su gente.
-En ese contexto, debe darle una gran importancia al partido con Estudiantes de San Luis.
-Es fundamental para nosotros. Conozco a la mitad de los jugadores de ese equipo, por haberlos dirigido, y sé que tienen un amor propio increíble. En eso nos pueden igualar y debemos estar preparados para superarlos.
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