Masajes: el estrés y las tensiones corporales, un problema en aumento
Se advierte sobre los impactos físicos del estrés, las malas posturas y el uso de la tecnología, que derivan en contracturas, mareos, dolores de cabeza e insomnio. El masaje como una herramienta clave para el alivio y la prevención.

En el mundo actual, donde las exigencias laborales, el uso constante de la tecnología y un estilo de vida a menudo sedentario, las tensiones corporales se han convertido en una queja cada vez más común.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailSofía Ballent, masajista profesional, nadadora e instructora de salvamento, con un profundo conocimiento del cuerpo humano, arroja luz sobre las causas, los impactos y las soluciones para estas afecciones, destacando la importancia de la prevención y el cuidado continuo.

En diálogo con Eco Salud de El Eco Multimedios, la profesional, que inicialmente volcó su conocimiento del cuerpo hacia el deporte y el salvamento, se profesionalizó en el masaje deportivo, comprendiendo que un músculo relajado mejora el rendimiento. Sin embargo, su práctica atiende a un público muy amplio, no solo a deportistas.
Las tensiones más comunes y sus orígenes
Ballent destacó que las zonas más frecuentemente afectadas por la tensión son las cervicales, los trapecios (entre las escápulas) y la mandíbula. “Los pacientes suelen manifestar dolor en los hombros y la espalda”, detalló, al tiempo que agregó que “estas tensiones son a menudo resultado de la mala postura, el uso prolongado de dispositivos móviles y la computadora. Incluso, actividades laborales específicas pueden llevar a posturas repetitivas que generan contracturas con el tiempo”.
Asimismo, apuntó que el estrés “hoy se reconoce por sus impactos físicos tangibles. Un músculo en tensión constante desarrolla contracturas porque las fibras se comprimen, impidiendo una adecuada irrigación sanguínea. Esto significa que los tejidos reciben menos oxígeno, lo que provoca dolor y puede dar lugar a adherencias”, explicó.
Las contracturas, especialmente en la zona cervical, “pueden desencadenar mareos, náuseas y dolores de cabeza intensos. Además, la compresión de nervios debido a contracturas puede causar adormecimiento y hormigueo en las extremidades, incluso en los dedos de las manos. La gente está como en una rueda de hámster”, resaltó la profesional refiriéndose a cómo las exigencias de la vida moderna contribuyen a este ciclo de tensión y dolor.

El masaje como recurso terapéutico
Más allá del alivio del dolor, Ballent remarcó que el masaje ofrece beneficios significativos: “Mejora del sueño, ya que eleva los niveles de oxitocina y dopamina en el cuerpo. La oxitocina reduce el cortisol (la hormona del estrés), mientras que la dopamina es la hormona que ayuda a dormir bien. Esto lo convierte en un recurso valioso para personas que padecen insomnio”.
La profesional refirió que prefiere el enfoque manual “para conectar con el cuerpo y sentir claramente las contracturas y tensiones. Al tocar, también se pueden percibir desviaciones posturales como la escoliosis o diferencias en la longitud de las extremidades que contribuyen a problemas posturales”.
En cuanto a la recuperación deportiva, la masajista apuntó que para deportistas, especialmente corredores, “las tensiones se concentran en las piernas, los gemelos, isquiotibiales, cuádriceps, el músculo piramidal (en la cadera) y el cuadrado lumbar (cintura baja)”.
Recomendaciones y cuidado integral
El proceso de alivio no es inmediato, por lo que destacó algunos puntos para tener en cuenta como “la importancia del calor: se recomienda aplicarlo en las zonas tensas antes o durante el masaje, ya que el calor es vasodilatador, relaja y distiende los músculos”.

Asimismo, fundamental la hidratación, ya que “los músculos están compuestos en un 75 por ciento de agua. La hidratación adecuada es crucial para la salud muscular y articular, ayudando a prevenir calambres y fatiga, especialmente en deportistas”, enfatizó.
Ballent describió que durante el masaje, “se invita a los pacientes a acompañar con la respiración profunda para relajarse y permitir que llegue sangre más rica en oxígeno a los músculos”.
Otro punto fundamental es que “no se debe esperar a que el dolor sea insoportable. Una contractura crónica es mucho más difícil de tratar y puede requerir múltiples sesiones para despegar las fibras musculares contraídas”, comparándolas con tallarines pegados.
Crear el hábito
Sofía Ballent apuntó que “lo ideal es tomar el masaje como un hábito, no solo como una solución de emergencia”.
Y destacó que trabaja en conjunto con quiroprácticos, derivando pacientes cuando detecta problemas óseos o nerviosos que exceden su alcance, y recibiendo a su vez pacientes con contracturas musculares.

“Se observa un aumento de tensiones incluso en niños debido al tiempo sedentario y el uso de dispositivos. También se atienden a embarazadas, con un masaje más suave que beneficia tanto a la madre como al bebé”, resaltó.
La masajista anima a las personas a buscar ayuda profesional “antes de que el dolor se convierta en parte de su vida diaria, mejorando así su calidad de vida y bienestar general”.
A Sofía Ballent la pueden encontrar en Intagram como sofia.victoria.masajista o en el 2494 578683.