El lenguaje corporal, esa información que se transmite sin palabras y completa el reflejo de las personas
El cuerpo fue la primer herramienta de comunicación que encontró el hombre para interactuar con otros, así es que hace más de 300 millones de años evoluciona y complementa las voces. De hecho, la comunicación no verbal puede revelar tanta o más información que las palabras. Permite expresar sentimientos, sensaciones e incluso desmentir lo que se está diciendo. El cuerpo cuenta todo sobre nosotros.
En la vida actual, el ritmo y las actividades diarias nos llevan a situaciones de estrés que se expresan en el cuerpo con tensiones, por ejemplo. Así como la alegría y situaciones de gozo hacen a una respuesta corporal de mayor liviandad.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailSomos seres en movimiento expansivo, tanto de fuera hacia adentro como a la inversa. Todas las acciones, pensamientos y palabras interactúan y afectan al medio externo, y a la vez, van construyendo un mundo interior en quien lo expresa.
La naturaleza biológica y social de cada individuo habla de seres en relación que evolucionan, transforman, crean e interaccionan en y con los otros. Así, los movimientos hacia la vida son una pulsión de expansión, de encuentro, de fusión.
El lenguaje corporal puede revelar tanta o más información que las palabras. La conducta no verbal funciona prácticamente sin darnos cuenta, porque el cuerpo transmite constantemente información sensible sobre las intenciones, los sentimientos, el conocimiento o personalidad, incluso cuando se está quieto o en silencio.
Entonces los gestos, las posturas, las expresiones faciales y la apariencia hablan por nosotros, y pueden resultar muy elocuentes.
Todo lo que el cuerpo dice
Ya es sabido que hablar es mucho más que reunir palabras de forma más o menos organizada; así como escuchar es mucho más que oír. En el mismo sentido, comunicar es mucho más que enviar y recibir paquetes de información.
Comunicar es compartir una información racional y emocional, poniéndola realmente en común, acordando con la otra persona su significado y valoración. Y eso no se consigue plenamente sin la intervención de la conducta no verbal.
Ahí entra en juego el cuerpo, capaz de expresar sentimientos, sensaciones y hasta los gustos, mientras que devela el grado de comprensión sobre la conversación, el nivel de acuerdo, e inclusive puede desmentir lo que se está diciendo en ese momento.
Vale decir que desde una visión evolutiva, el lenguaje corporal fue la primer herramienta comunicativa de la especie humana y está fuertemente vinculado con la parte emocional, intuitiva e instintiva de nuestro cerebro, y se desarrolla principalmente en el plano inconsciente. Se estima que como especie no tenemos más de 200.000 años, pero los estudios hablan de que el origen de nuestro lenguaje corporal se remonta a la aparición de los primeros mamíferos, hace unos 300 millones de años.
Allí se sustenta la idea de que el instinto y las emociones son fieles amigos desde mucho antes de que naciera la razón. Por muy inteligentes y racionales que nos creamos los humanos, lo cierto es que la conducta no verbal, las emociones y el inconsciente manejan a su antojo nuestra forma de comunicarnos, y van por ahí contándolo todo sobre nosotros.
Los canales no verbales para comunicar
La conducta no verbal se expresa principalmente a través de siete canales que, junto al discurso verbal, conforman la comunicación:
Las expresiones faciales, son el indicador emocional más potente. La cara es lo primero que capta nuestra atención al interactuar y en fracciones de segundo el cerebro emocional decide por su cuenta si alguien nos gusta o no, un proceso en el que inicialmente no interviene la razón, y en el que no hay tiempo para pronunciar ni media palabra. En la cara se reflejan de manera innata y universal las siete emociones básicas: alegría, sorpresa, tristeza, miedo, ira, asco y desprecio.
Los gestos, tienen un elevado componente cultural, aunque las últimas líneas de investigación indagan también el origen genético de algunos gestos, como las expresiones de orgullo, triunfo y poder. Los “ilustradores” (acompañan el discurso verbal y preceden en milésimas de segundo a las palabras) tienen una estrecha vinculación con la credibilidad. Otros tipos de gesto son emblemáticos, adaptadores, reguladores y manifestadores de afecto.
Las posturas expresan básicamente el grado de interés y apertura hacia los demás, reflejados en la exposición y orientación del torso. También es un potente indicador del estado emocional y predisposición a la acción: posturas expansivas indican satisfacción y actividad; mientras las posturas de contracción se vinculan a la negatividad y la pasividad. Los últimos descubrimientos revelan que influyen en nuestro estado de ánimo y en la segregación hormonal. Visualmente, la postura tiene también una gran incidencia en nuestra imagen personal, sobre todo para transmitir confianza, estabilidad y seguridad.
La apariencia continúa siendo uno de los canales más influyentes de la comunicación, a pesar de los avances sociales y del esfuerzo normativo en la lucha por la igualdad. El aspecto de una persona nos habla de su edad, sexo, origen, cultura, profesión, o condición social y económica, entre otros muchos datos. Algunos estudios acreditan también la influencia de la apariencia en la persuasión, como el uniforme en las fuerzas de seguridad o la bata blanca en el caso de los médicos.
La háptica define el estudio científico del tacto y su influencia en la forma de relacionarnos. Tocar resulta imprescindible a la hora de establecer intimidad, denota compromiso y revela información muy sensible, como la posición de dominio en la interacción. El contacto físico tiene un marcado componente cultural: en los países latinos y árabes es mucho mayor, por ejemplo, que en Norteamérica o Japón.
La proxémica es el canal más directo del lenguaje corporal a la hora de mostrarnos cercanos o distantes. Nos informa del uso del espacio en la interacción. Cada persona tiene su propio espacio, y además puede variar según su estado de ánimo o las circunstancias ambientales. Lo importante es estar atentos a la forma más sencilla de mostrarnos cercanos es acercarnos físicamente a nuestro interlocutor; y prestar mucha atención a cualquier señal de incomodidad que genere nuestra aproximación.
Paralenguaje, la voz puede decir mucho más que las palabras y el paralenguaje es el indicador emocional más fiable, junto con las expresiones faciales. El volumen, tono o velocidad de nuestra voz revela importante información, especialmente cuando intentamos ocultar nuestras emociones. La voz tiene también una enorme influencia en la credibilidad y la persuasión, pero no hay que olvidar que el silencio también comunica.
Otros canales como la cronémica y la oculésica se especializan en el valor que el tiempo y la mirada tienen en la comunicación no verbal, aunque ambos se caracterizan por su transversalidad y están presentes en la mayor parte de los siete canales principales.