Día Mundial de la Prevención de Suicidio
En una fecha dedicada a la concientización, especialistas alertan sobre la crisis de salud pública y destacan la importancia de desterrar mitos y reconocer señales de alerta para ofrecer un apoyo vital a quienes lo necesitan.

Cada 10 de septiembre, el mundo se une en una causa crucial: la prevención del suicidio. Desde 2003, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha impulsado esta jornada para recalcar que, a pesar de su gravedad, el suicidio es un fenómeno prevenible. Bajo el lema para el periodo 2024-2026, “Cambiar la narrativa”, se busca erradicar el estigma y fomentar una cultura de comprensión y apoyo.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailCifras que llaman a la acción
Según la Dra. Linda Cozzarin, psiquiatra de INECO, el suicidio es una crisis de salud pública global. La OMS estima que cada año más de 720.000 personas mueren por esta causa, lo que representa el 1,1% de las muertes mundiales. El problema es especialmente alarmante en países de bajos y medianos ingresos, donde ocurre casi el 75% de los suicidios.
La situación es especialmente crítica en la población joven: el suicidio es la tercera causa de muerte entre personas de 15 a 29 años. En cuanto al género, aunque las mujeres realizan más intentos, los hombres son cuatro veces más propensos a quitarse la vida.
En Argentina, la realidad no es diferente. Un informe del Ministerio de Salud de la Nación reportó 15.807 intentos de suicidio entre abril de 2023 y abril de 2025, lo que equivale a un promedio de 22 intentos por día. Al igual que a nivel global, el grupo más afectado es el de jóvenes y adolescentes de 15 a 24 años.
Factores de riesgo y protección
El suicidio es un fenómeno complejo, resultado de la interacción de múltiples factores. Los factores de riesgo pueden ser de índole psicológica (depresión, ansiedad), social (aislamiento, acoso), ambiental (problemas económicos, acceso a medios letales) o biológica (dolor crónico, historial familiar). Estos elementos rara vez actúan de forma aislada, sino que se acumulan y aumentan la vulnerabilidad de una persona.
Sin embargo, existen factores de protección que actúan como un amortiguador. Entre ellos, se destacan las relaciones interpersonales fuertes, las creencias religiosas o espirituales y el uso de estrategias de afrontamiento positivas. Fomentar estos elementos es fundamental para fortalecer la resiliencia y prevenir la conducta suicida.
Señales de alerta y la importancia de derribar mitos
El comportamiento suicida casi nunca ocurre sin previo aviso. Es crucial estar atento a las señales de alerta, que pueden ser verbales (hablar de querer morir, de sentirse una carga) o conductuales (aislarse, regalar pertenencias, buscar métodos letales). Minimizar estos signos es un grave error, ya que pueden ser una señal desesperada de que se necesita ayuda.
Para un abordaje efectivo, es vital derribar los mitos que rodean al suicidio:
- Mito: “Hablar de suicidio puede incitarlo.”
- Realidad: Hablar abiertamente y con empatía sobre el tema reduce el peligro y puede ser la única oportunidad que una persona en crisis tenga para recibir apoyo.
- Mito: “El suicidio es un acto de cobardía o egoísmo.”
- Realidad: El suicidio es la manifestación de un dolor psíquico insoportable, no un acto de egoísmo.
Dónde buscar ayuda
Si tú o alguien que conoces experimenta ideas suicidas, es fundamental buscar ayuda de inmediato. El suicidio es una emergencia de salud mental.
- Líneas telefónicas de prevención:
- 0800-333-1665 (Salud Mental Responde)
- 135 (línea gratuita desde CABA y GBA)
- (011) 5275-1135 o 0800 345 1435 (desde todo el país)
- Servicios de emergencia: Dirígete a la guardia de Salud Mental del hospital público más cercano o comunícate con el SAME (107).