Día Nacional del Bioquímico
Los bioquímicos, actores claves de los equipos de salud, celebran su rol social y científico
En homenaje al doctor Juan Antonio Sánchez, quien impulsó la creación de la carrera en el país, se celebra hoy el Día del Bioquímico. En la actualidad, resulta impensable un equipo de atención de la salud sin la presencia de estos profesionales, cuya labor cobró mayor relevancia durante la pandemia para diagnosticar los casos de coronavirus.
El 15 de junio se conmemora en Argentina el Día del Bioquímico porque se recuerda el nacimiento del doctor Juan Antonio Sánchez, quien fue el propulsor de la instauración de una profesión bioquímica con fuertes bases científicas y profesionales. La fecha fue instituida en una asamblea de la Confederación Bioquímica Argentina, en 1961.
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El área de estudio e investigación que hoy se conoce como bioquímica prácticamente no era ni siquiera nombrada en los inicios del siglo XX, porque se consideraba que esta ciencia nació con el descubrimiento de la amilasa -una enzima que ayuda a digerir los carbohidratos- en 1893. De ahí la gran importancia que tuvo la creación en el país del doctorado de Bioquímica y Farmacia en 1919.
Asimismo, suele sostenerse en el campo médico actual que al menos un 70 por ciento de los diagnósticos está basado en algún estudio de laboratorio. Por ello resulta ya impensable imaginar un equipo de atención de la salud sin la presencia del bioquímico. De hecho, durante la pandemia tuvieron un rol crucial en el diagnóstico del Covid-19 y su labor se visibilizó aún más.
El laboratorio, una pieza clave
De este modo, la bioquímica clínica se posiciona como una de las herramientas más precisas que, a través de los análisis clínicos, suministra información para la prevención, diagnóstico, pronóstico y tratamiento de las enfermedades. Lejos de la vetusta imagen del científico ensimismado en su laboratorio, con los tubos de ensayo, las pipetas y las muestras, el rol de estos profesionales es cada vez más activo socialmente.
Como en otras áreas de la ciencia, el avance del conocimiento, la tecnología, la informática y la comunicación ha empoderado a esta profesión, por su contribución en la búsqueda y mejora de diagnósticos, así como en la recopilación de información epidemiológica para que los sistemas de salud puedan interactuar en el cuidado de la población, que la colocan en un lugar insustituible al momento de definir un diagnóstico y tratamiento.
Asimismo, el perfil profesional aplicado a los análisis clínicos es muy amplio y la formación capacita en campos tan variados como genética, microbiología, virología, toxicología, farmacología, inmunología, endocrinología, nanotecnología y bioestadística.
Hoy, el bioquímico es un profesional de consulta permanente por parte del resto de los componentes del equipo de salud y asume una responsabilidad social ante la comunidad.
El origen de la carrera
La cronología marca que el 28 de noviembre de 1919, en una sesión del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos Aires y luego de una extensa exposición realizada por el doctor Juan Antonio Sánchez, se aprobó el proyecto del plan de estudios para la creación de la carrera del doctorado en Bioquímica y Farmacia, como un perfeccionamiento de la carrera de Farmacia.
Así nació la profesión de Bioquímico, siendo los primeros egresados la promoción 1921-22 con el título de doctores en Bioquímica y Farmacia. Luego se extendió por otras universidades argentinas y del exterior, especialmente en diversos países de América Latina.
Lo novedosa propuesta del doctor Sánchez era la concepción de una carrera íntegramente cursada en la Facultad de Ciencias Médicas, que estableciera la estrecha correlación entre los estudios médicos, fisiológicos y químicos biológicos, que no fuera meramente un curso de postgrado para doctores en Farmacia, que no estuviera al alcance de las necesidades de la comunidad ni del avance científico de la medicina, que ya exigía otra profesión.
En la actualidad, la mayoría de las universidades públicas ofrece el dictado de la carrera de grado, que tiene una duración promedio de 6 años. A la pionera Universidad de Buenos Aires se le suman, en la provincia, la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad Nacional de Mar del Plata y la Universidad Nacional del Sur.