Un informe revela datos del temporal en Bahía Blanca y sugiere obras de prevención
A un mes de la tragedia, el INTA y la Universidad Nacional del Sur publicaron precisiones de lo sucedido y sugieren la implementación de obras para mitigar las consecuencias.

Hoy 7 de abril se cumple un mes del imponente temporal que azotó a Bahía Blanca y ocasionó una tragedia en la ciudad. Intensas lluvias generaron inéditas inundaciones que destruyeron por completo el lugar, dañando miles de viviendas, comercios, fábricas, infraestructura urbana y vehículos. Si bien los daños materiales fueron significativos, la mayor pérdida fueron las 17 víctimas fallecidas a causa de la catástrofe climática.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailBajo este marco, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Universidad Nacional del Sur publicaron un estudio que revela nuevos datos precisos sobre lo sucedido y sugiere un conjunto de obras a realizar para mitigar las consecuencias si otra situación similar vuelve a ocurrir. “Las proyecciones climáticas anticipan un crecimiento de la precipitación en Bahía Blanca, lo cual aumenta el riesgo de que ocurran eventos extremos”, señalan en las primeras páginas.
A lo largo del estudio se desarrollan múltiples datos vinculados a las inundaciones tales como las causas, los puntos vulnerables de la ciudad y las intervenciones indispensables para mejorar la capacidad de respuesta. La finalidad que persiguen las instituciones que realizaron el análisis es tomar medidas para lograr hacer más lento el movimiento del agua, de manera que llegue a la ciudad en una cantidad para la cual se tenga capacidad para evacuarla y de una manera atenuada.
Según la fuente, la correntada de agua más significativa ingresó cruzando el camino de La Carrindanga, a la altura del cementerio Parque de Paz. Además confirman que ese mismo día se produjeron las mayores lluvias, con un registro de unos 70 milímetros promedio. Durante los días del temporal, la lluvia registrada en 48 horas fue de 395 milímetros. Esto generó una lámina de agua de 39,5 centímetros de espesor, de la cual se estima que el 25% fue absorbido por la tierra mientras que el resto escurrió hacia el partidor.
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Para prevenir que ocurra otra situación de la misma magnitud en el futuro, el INTA y la Universidad Nacional del Sur sugieren la creación de “parques de inundación” y “zonas de amortiguación” que ayudarían a reducir el caudal de las lluvias. Sumado a esto, también exigen la optimización de los desagües pluviales y la ampliación de la capacidad de transporte de agua del Napostá y del Maldonado.
La implementación de estas medidas sería ideal para maximizar la seguridad de la población y fortalecer la resiliencia de Bahía Blanca frente a condiciones climáticas extremas. "Las inversiones en estudios y obras de prevención resultan más económicas que las de afrontar las pérdidas humanas y los costos materiales provocados por una inundación", concluye el estudio realizado.
Aún en la actualidad, en el día a día todavía se perciben las consecuencias que la catástrofe dejó en los habitantes de toda la ciudad. Si bien ha pasado tiempo y las personas recibieron ayuda para salir adelante, a través de donaciones que llegaron desde diferentes partes del país, la reactivación cuesta mucho. Escuelas, clubes, empresas, centros de salud y demás establecimientos luchan por intentar volver a la normalidad en un panorama complejo y lleno de incertidumbre.