El IPAT celebró un nuevo aniversario con un sentido homenaje a Eduardo Rodríguez del Pino
El Instituto del Profesorado de Arte de Tandil cumplió 39 años y en un evento realizado durante la jornada de ayer llevó a cabo un homenaje al escultor Eduardo Rodríguez Del Pino. Hubo muestras estáticas, inmersivas, feria gráfica y un cierre con la presentación del Ballet folklórico del propio instituto.

El IPAT “Escultor Carlos Allende” cumplió un nuevo año de vida pero no fue un aniversario más. Para arrancar tuvo la particularidad de ser el primero que se celebra en el edificio nuevo de Suipacha y Ezeiza. Pero lo más importante es que se realizó un acto homenaje al escultor Eduardo Rodríguez del Pino en reconocimiento a su trayectoria.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl Instituto Nacional del Profesorado de Arte de Tandil (Inpat) tuvo su nacimiento el 16 de mayo de 1986. En sus inicios dependía del Ministerio de Educación de la Nación, de allí surgía su denominación, hasta que en 1994 por la aplicación de la nueva Ley de Educación pasó a depender de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires y, por ende, a denominarse Instituto del Profesorado de Arte de Tandil “Escultor Carlos Allende”.
De cara a la celebración de su 39° aniversario, el Instituto realizó un evento en la jornada de ayer con una muestra colectiva y activa entre estudiantes, docentes y artistas invitados. Las ocho carreras con las que cuenta en la oferta educativa tuvieron su espacio para mostrar los trabajos que se realizan, siempre destacando la importancia de la educación pública, gratuita y de calidad.

Desde las 16, estudiantes, docentes y público interesado ingresó al evento por la entrada de Ezeiza al 100. Desde allí se iniciaba todo un recorrido por la planta baja del edificio, que fue estrenado en el cierre del ciclo lectivo 2024, donde se podían observar fotografías, pinturas, diseños del taller de gráfica y también esculturas.
La jornada tuvo una grilla de actividades, la cual se retrasó por el corte de luz que afectó a una parte de la ciudad. Primero se develó la placa en homenaje a Eduardo Rodríguez del Pino en el aula taller de Escultura y luego tuvo lugar la suelta de grabados, la muestra inmersiva en homenaje a Santiago Vergara, la inauguración de la muestra de fotografías “Desalojados” del artista local Marcelo Papuccio y un cierre con la presentación del Ballet Folklórico del IPAT.
El emotivo homenaje
Alrededor de las 17.30, y a sabiendas que la luz no iba a regresar pronto, se decidió descubrir la placa con la que nombraron al salón de escultura “Eduardo Rodríguez del Pino”. Antes hubo unas sentidas palabras de un emocionado Pedro TIssier, director del IPAT, que reunió a todo el equipo de trabajo detrás de él para realizar el acto.
En diálogo con El Eco de Tandil, Tissier aseguró que el homenajeado hubiera estado presente como un impulsor de la institución que era. “El IPAT se forjó en un momento donde se cruzaron muchas miradas y Eduardo deja plantada esta historia y para nosotros reconocerlo es un homenaje como docente y escultor. Era un hacedor constante y por eso es prioritario que todos los estudiantes sepan de los que estuvieron luchando y dejaron su semilla”, comentó.
El director de la institución remarcó la importancia de la presencia de las hijas de Rodríguez del Pino en el acto homenaje. “Son hacedoras como su padre y a su vez, Paloma, su hija menor, es fotógrafa recibida del IPAT”, indicó y luego agregó que “esto también es una manera de fortalecer lo que hubiera hecho Eduardo”. Las herederas de Rodríguez del Pino se mostraron agradecidas y emocionadas con el reconocimiento.

Además de Tissier, también tomó la palabra Julio Marcelo Ponce, profesor de Escultura y que también fue alumno de Rodríguez del Pino. Uno de los responsables del homenaje contó a este medio que la placa se realizó dentro de la cátedra de talla en piedra con la asistencia de los estudiantes para que puedan hacer la práctica y que lo hagan “con sentido y contenido, lo más importante en todas las artes”.
También destacó que la decisión del homenaje fue algo que se conversó entre varias personas y, producto del sentido común, todos estaban de acuerdo. “Charlábamos con las hijas de Eduardo, con un colega, con el equipo directivo y estaban todos de acuerdo. Era una cuestión de sintonía que estaba latente y había que concretarla”, cerró.
El aniversario en el nuevo edificio
El cumpleaños número 39 del IPAT también tuvo la particularidad de que fue el primero que se celebró en el nuevo edificio ubicado en Suipacha y Ezeiza. Su historia inició en 1986 en Alem al 400, en la primera casa donde también estuvo ubicada la Escuela Polivalente. Luego, en 2018, tuvo una mudanza a dos edificios: la Estación de Tren en Machado al 1100 y en 11 de septiembre de 1461.
“Nos encontramos fortalecidos de que podemos tomar decisiones dentro del espacio. Antes estábamos como corriendo, no había tiempo de pensar desde la mirada artística y no podíamos trabajar con las carreras. Tenemos ocho carreras y unificarlas nos da fortaleza”, comentó Tissier ante la consulta de la importancia de tener a disposición el edificio nuevo.
Andrea Grossi, profesora de Pintura y Jefe de área de artes visuales en el IPAT, desarrolló su visión respecto al tema y aseguró: “Esto forma parte de la apropiación de este espacio nuevo que nos alberga. Durante mucho tiempo fue anhelado y luchado por gente que hoy ya no está en su funciones o directamente no está entre nosotros, como Eduardo, y en ese tratar de apropiarse de los espacios le otorgamos al salón de escultura entregar el nombre de Eduardo Rodríguez del Pino”.