Bicentenario
El libro sobre los 200 años de Tandil fue presentado en la Universidad
En el marco de las celebraciones por los 200 años de la ciudad, en el Aula Magna de Rectorado fue presentado en sociedad el libro “Tandil. De aldea a ciudad (1823-2023)", coordinado por los integrantes del Igehcs, Conicet/Uncpba, Lucas Bilbao, Luciano di Salvo, Marcelino Irianni y Florencia Ramón, a través de la Editorial Unicen.
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La obra fue presentada ayer por tres de los investigadores que aparecen con sus artículos, Marcelino Iriani, Hernán Otero y Paola Gallo, en el marco de una actividad encabezada por el intendente Miguel Lunghi y la vicerrectora Alicia Spinello.
Tanto Spinello como Lunghi, valoraron el aporte que en este caso desde la academia y las ciencias sociales se brinda hacia el conocimiento de las cuestiones locales siempre en relación a los procesos sociales e históricos globales que enmarcan estos 200 años de historia de la ciudad, sin dejar de observar sus particularidades.
Representantes de varias instituciones locales recibieron ejemplares de una obra que, se destacó en varios pasajes de las presentaciones, constituye un valor educativo para actuales y presentes generaciones, en cuanto a datos y análisis de los fenómenos que se abordan.
A lo largo de esta obra, se da cuenta de ese Tandil que comenzó como un fuerte militar enclavado en un amplio espacio de convivencia denominado “frontera con el indio”.
Conforme se desplegaron las décadas de nuestra historia, el pueblo serrano atravesó transformaciones profundas al calor de los procesos sociales nacionales, desde su desenvolvimiento demográfico hasta las consolidaciones institucionales, de las actividades mineras hasta el cenit y posterior ocaso de la metalurgia. La dinámica social de las últimas décadas sentó las bases de un Tandil, que exhibe hoy un modelo de ciudad media vinculado al turismo, al agro y al desarrollo científico.
Recuperar doscientos años de historia de una aldea devenida ciudad es una tarea permanente, abierta a la espera de nueva información y enfoques que permitan comprender con mayor claridad su evolución. La historia de todo lugar es una construcción que debe comprender la ocupación y la transformación del escenario, pero también las actitudes de sus socialmente heterogéneos actores.
Doscientos años de historia hilvanados por sucesos trascendentes y modestos, eslabones tan desparejos como indispensables para imaginar el proceso entre aquel cimiento castrense y las paredes levantadas hasta aquí. Un hilo de Ariadna, en definitiva, para salir y entrar de un laberinto sencillo como es el valle tandilense, apenas trabado por sierras milenarias. Pese al esfuerzo de una veintena de colegas, es inevitable que el lector avezado divise huecos temporales, momentos poco estudiados, episodios confusos, silencios que nos recuerdan que falta mucho por hacer.