Este año van a cumplirse dos décadas de la conformación del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), organización que nuclea a los miles de trabajadores de la economía popular, esa que surgió del proceso neoliberal donde las falencias del sistema quedaron expuestas totalmente, apurando la necesidad a la gente de buscarse un sustento para vivir.

En ese trayecto, quienes quedaron fuera de la formalidad han encontrado la manera de “inventar” su propio trabajo y amalgamarse en la organización popular para dignificar sus condiciones de vida.

Fundaron cooperativas y unidades productivas, siempre desde la organización colectiva, y así fueron extendiéndose en diversas áreas. En Tandil, su trabajo se ha visibilizado cuando se inauguró en 2018 el galpón de los Recuperadores Urbanos, logrando con el correr de los años sumar la rama de Trabajadoras Sociocomunitarias, Textil, Rural, Promotoras de la Salud,, Liberados, Construcción, Vientos de Libertad y Espacios Públicos.

Es éste último sector el que ha cobrado relevancia este último tiempo en la ciudad. Cuando la pandemia coartó todo tipo de desempeño por parte de los trabajadores del arte y de la cultura, no tuvieron otra opción que manifestarse en las calles, unirse y pedir una emergencia para su rubro.

El resurgimiento vino después de la crisis y con mucho trabajo colectivo se dio origen al Núcleo de Artistas Callejeros Emergentes –NACE-, un espacio que todavía tiene mucho por delante en materia de lucha para ser reconocidos como trabajadores, pero que empezó un camino de dignificación necesario.

Camila Aguayo es la referente de NACE y Valeska Galaz delegada de la rama de feriantes y trabajadores de la Vía Pública, y quien vincula con la agrupación nacional, ambas relataron cómo fue ese trayecto de unión y crecimiento, que todavía comprende un gran desafío por delante.

La pandemia, un punto de encuentro

Fue en septiembre del 2020 cuando los trabajadores del arte y la cultura se declararon en emergencia y pidieron la creación de un Fondo Municipal, ese reclamo continuó en los meses siguientes con respuestas vagas, insuficientes y la situación se volvía cada vez más apremiante.

Recordaron que en esa seguidilla de reuniones se encontraron con una subsecretaría de Cultura con muy bajo presupuesto y se les hacía muy difícil poder lograr algo. “El Municipio de Tandil no te reconoce como trabajador”, señalaron.

No ha sido sencillo, pero la pasión por el arte y lo justo ha hecho que el incentivo motorice y atraviese todo obstáculo. De todos estos manifestantes que reclamaban la emergencia cultural, gran parte entendió que la salida era colectiva y se unieron en NACE.

Por primera vez la rama de Espacios Públicos del MTE congregaba a trabajadores de la cultura, y esa impronta surgida en Tandil ya se ha replicado en otras tres ciudades. “Esto ha abierto cabezas, llevado los conceptos de la economía popular, que somos diversidad de personas y que se puede tener al arte como herramienta de lucha”, indicaron.

A través de sus palabras, una y otra vez se remarca la importancia de estar organizados. La necesidad en la cuarentena fue un punto de encuentro, pero el trabajo devino luego en saber que colectivamente y mediante la división de tareas, se podía lograr mucho más que individualmente.

Autogestión y grupalidad

NACE surgió en principio con artistas callejeros que en la situación de emergencia de la pandemia no podían salir a trabajar en la calle, y aunque no todos se desempeñaban en la vía pública, sí se sustentaban de un oficio autogestivo.

Artistas de distintas disciplinas se encontraban en la misma situación y esa grupalidad fue creciendo en defensa del espacio público, pero además fueron advirtiendo sobre otras cuestiones que inevitablemente debía ser un derecho a perseguir.

En este sentido, enumeraron el acceso a la formación cultural que les amplíe las posibilidades de desempeño, la vinculación con otras instituciones y espacios para pensar actividades hacia adentro.

“Estamos en un punto de fuga, hemos crecido muchísimo”, celebraron y contaron que en primer lugar se ocuparon de valorizar su trabajo. Formaron un tarifario, basado en su formación, tiempo de gestión del vestuario y demás detalles que no siempre están a la vista o son reconocidos, y así poder presentar un presupuesto acorde.

A raíz de eso, la Secretaría de Extensión de la Facultad de Arte les abrió las puertas y les ayudó a pensar proyectos de financiamiento.

Actualmente están entrenando y ensayando una obra en la Universidad Barrial que se va a estrenar antes de fin de año, y con la que también tiene ganas de salir a viajar. Ir por las escuelas, otros municipios, rodar y retomar el concepto del circo que es visitar distintas comunidades en familia.

Tandil es el punto de anclaje, pero en el futuro no lejano quieren salir organizadamente a mostrar todo lo que están haciendo. ”Queremos que esta organización se replique”, desearon.

Han logrado instalar una serie de festivales artísticos, culturales y feriales en las plazas, donde no solamente entretienen sino que resulta un momento esencial para que diversas unidades productivas puedan expresar y contar lo que hacen dentro del MTE.

“Hoy por hoy tenemos la proyección y el deseo de poder tener nuestro propio espacio donde poder dar talleres de circo, música, y otros con una perspectiva popular”, revelaron.

Un espacio para NACE

Los artistas que conforman NACE están buscando activamente un lugar donde poder compartir el arte, repartir sus conocimientos y hacer crecer la cultura social de Tandil.

La intención es que el lugar se encuentre dentro del campo urbano, o estratégicamente cerca del mismo, así que a través de sus redes están divulgando este requerimiento esperando que la comunidad local aporte con información al respecto. “Si sabes o tenes contacto directo con dueños, agradecemos”, publicaron.

Al caso, las referentes explicaron que están indagando en el circo social, en la música popular, en otras formas de enseñar y comprender a quien quiere tomar un taller. Como hay quienes quieren profundizar sus técnicas o quienes buscan formar un grupo de pertenencia, o disfrutar del arte, es que necesitan un lugar donde poder cubrir esa demanda.

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