El Oído agudo
SIN BARBIJOS
Recibí las noticias en tu email
Cada vez que se publica un artículo en El Eco de Tandil sobre la falta de conciencia generalizada en la comunidad local de los cuidados a tener en cuenta en la prevención por el coronavirus y se replica con cientos de comentarios e interacciones en las redes sociales, el Municipio sale a pedir por mayor grado de responsabilidad.
Esta vez fue el propio intendente Lunghi, que en un enérgico mensaje señaló que “no podemos olvidar ni un instante que tenemos que usar barbijo siempre que salgamos de nuestras casas, que tenemos que mantener la distancia de 2 metros con otras personas, lavarnos las manos, no compartir el mate, no dejar pasar síntomas si se presentan, realizar la rápida consulta y quedarse en casa. No podemos subestimar esta enfermedad ni relajarnos”.
Lo cierto que las últimas escenas que se vieron en los paseos públicos de la ciudad preocuparon al Ejecutivo. Muchas personas paseando sin barbijos, sin distancia social y compartiendo mate.
Pero lo que más preocupa es la misma línea que citó en su último discurso el presidente Alberto Fernández. Son los jóvenes los que menos cumplen las normas y recomendaciones, amparados en el dato estadístico de la supuesta recuperación “sencilla” de ese grupo etáreo ante la eventual aparición del virus.
El pasado viernes, en la zona del Dique, muchos grupos de jóvenes de diferentes edades se dieron cita, como si nada pasara. Quizás el Municipio deba buscar una estrategia más creativa para ese segmento de edad que siempre le fue esquivo.
NO ACLARE QUE OSCURECE
En la conferencia de prensa ofrecida el martes por autoridades municipales para informar sobre la eximición de tasas para sectores afectados, surgieron también otros temas de interés que terminaron acorralando al jefe de Gabinete Oscar Teruggi.
Resulta que el funcionario, ante la consulta periodística, brindó un relato diferente acerca de lo acontecido con la fallida llegada de tenistas de élite a la ciudad que iban a hospedarse en un complejo turístico local. El mismo intendente Lunghi, días atrás, en una rueda de prensa, habló del tema y se refirió al hecho como una “travesura”.
“Venían diez tenistas de primer nivel que iban a estar alojados en una cabaña, solos. Salían a jugar individualmente al tenis y volvían a la cabaña”. Y agregó que “cuando llegaban a Tandil, Usicom los iba a hisopar ; y de nuevo, a los seis días. Se fue todo para atrás y se rompió el contrato. Hubo alguna ‘travesura’ ahí y tuvimos que suspender todo”, aseveró el jefe comunal.
Preguntado acerca de la “travesura”, explicó que “entraron dos personas que no eran tenistas ni trabajadores, que venían con el mismo paquete. Y después, no vinieron los tenistas de primer nivel cuyos nombres nos habían dado con los respectivos números de documento”. Según afirmó el jefe comunal, otras personas -que no eran las avaladas- ingresaron aprovechando esta posibilidad.
Pero Teruggi eligió no ir tan lejos y frente a la pregunta, se limitó a ofrecer una explicación poco convincente en la que se terminó enredando y más de uno de los participantes de la conferencia estuvo tentado de decirle “no aclare que oscurece, ingeniero”.
En efecto, el jefe de Gabinete se focalizó en el contrato firmado con una escuela de tenis para que los jugadores de alto rendimiento vinieran a entrenar a Tandil. Aseveró que no vinieron porque el Gobierno nacional habilitó el entrenamiento de los deportistas de esta categoría y no fue necesario que se trasladaran, por lo que el acuerdo se cayó.
Finalmente, refirió que “no hubo ninguna travesura” y que cualquier cosa se le consultara al Intendente sobre sus dichos. “Pensé que estaban interesados en preguntar sobre el sector turístico”, cerró, entre risas.
COMUNICACIÓN ERRÁTICA
A propósito de claroscuros generados en torno a las habilitaciones, ingresos y egresos a la ciudad, también quedó todo envuelto en un manto de sospechas lo ocurrido con el joven que primero recibió la confirmación de un resultado positivo respecto al Covid-19, y a las pocas horas el nuevo estudio dio negativo.
Más allá del estoico esfuerzo de las autoridades sanitarias para informar sobre éste y otros tantos sucesos que hacen al coronavirus en la ciudad, no pocos ponen en tela de juicio la precariedad comunicacional que promueve a la especulación y zozobra innecesaria, en tiempos de cuidados y tranquilidad. Sobre todo cuando se exponen a las autoridades, mientras que el ejército comunicacional de prensa comunal hace mutis por el foro.
El propio joven protagonista quiso salir en estas páginas a aclarar sobre su situación frente al escrache padecido en las redes sociales, uso y costumbre que lamentablemente se replica en cada caso positivo que se confirma.
Pero más allá de la repudiable escalada de comentarios malintencionados, nada claro igualmente quedó sobre cómo transitó los días el joven en cuestión. Acerca del cuidado que debía tener a la hora de aislarse y cumplir la cuarentena, como así también sobre la prioridad que se le dio para realizarse un hisopado cuando, al decir del propio protagonista, no tenía síntoma alguno.
Más luego, para alimentar más la confusión, se amplió sobre su contacto con su padre, bioquímico que trabaja en el Hospital y que también integra el Comité de Seguimiento, quien en definitiva fue quien autorizó el estudio.
Y si faltara para alimentar más la confusión, incluso se detalló sobre la estadía del joven en el laboratorio, lo que de haber resultado su hisopado positivo habría generado más de un dolor de cabeza en todo el personal del área señalada.
Y a más confusiones, la detección de un empleado del restaurante de Yrigoyen y Las Heras que, ante las insistentes denuncias a la policía primero e inspección comunal después, comprobaron que no estaba realizando el aislamiento obligatorio, tras haber viajado al AMBA.
El titular del comercio se encargó rápidamente de aclarar una y otra vez la situación y se refirió a los cuidados que vino imponiendo en su firma en pos de cumplir con los protocolos, pero lo que volvió a llamar la atención fue sobre cómo ese empleado ingresó sin más y qué grado de severidad tienen los seguimientos a la hora de hacer cumplir con la cuarentena de aquellos vecinos que viajan a zonas de riesgo. Evidentemente casi todo, o todo, depende y dependerá de la responsabilidad individual ante el débil brazo del estado y su poder de control.
FUERTE CRUCE EN COMISIÓN
Los proyectos de ordenanza elevados por el Ejecutivo con medidas tributarias para asistir a los sectores que todavía no volvieron a la actividad, generaron un tenso debate en el recinto.
Pero en la previa, y con la celeridad que ameritaba el tema, los concejales dieron tratamiento a las propuestas del gobierno de Miguel Lunghi en comisión, tal cual lo establece la mecánica legislativa.
Así, un día antes de la sesión, los ediles se reunieron en el marco de la Comisión de Economía y Administración que preside Maridé Condino (Juntos por el Cambio) para analizar los alcances de la iniciativa que contemplan beneficios para los sectores que aún no se encuentran habilitados en la Fase 5 del distanciamiento social preventivo y obligatorio por la pandemia de coronavirus, entre los que se encuentran hoteles, alojamientos, camping, turismo aventura, peloteros, jardines maternales, centros de capacitación, institutos de enseñanza, locales bailables y espacios de esparcimiento.
En ese ámbito dos concejales mantuvieron una fuerte discusión, que incluyó acusaciones y reproches mutuos, a la hora de abordar el esquema propuesto. Los protagonistas fueron Bernardo Weber (Juntos por el Cambio) y Juan Arrizabalaga (Frente de Todos).
El intercambio fue anticipo de lo que después sucedió durante el encuentro legislativo que se celebró el jueves, aunque con otro tono, claro.
El pase de factura volvió a poner foco sobre la actitud del oficialismo, que salió a tildar a la oposición de “irresponsable” cuando presentó un proyecto de ordenanza semanas antes de que lo hiciera el Ejecutivo, que incluso toma aspectos como suyos.
El reclamo fue en ascenso, en medio de un fuerte contrapunto que, por suerte, no pasó a mayores.
Como corolario, en la sesión del jueves la concejal del oficialismo hizo referencia al tema desde su banca al dar respuesta a los planteos de la oposición en el recinto: “Bienvenido el tono de Juan Arrizabalaga, con quien dialogamos mucho”, expresó Condino al comparar ambas intervenciones.
Pese al pase de factura y a las chicanas políticas, el Legislativo acompañó por unanimidad las acciones económicas pensadas para aliviar a los sectores que aún no pudieron volver a la actividad.
UNA PAVIMENTACIÓN,
MUCHAS CONJETURAS
Se informó largo y tendido, incluso desde este espacio, acerca del avance y retroceso de la obra de pavimentación en avenida Pedersen, más allá de los Ombúes. Finalmente, el Municipio anunció su culminación, luego de varias idas y vueltas, con una obra paralizada de por medio que generó más de un malestar vecinal.
Como se indicó, se trató de dos cuadras que, al decir de los propios vecinos que ahora utilizan la flamante arteria, no se comprende mucho el porqué del escaso tramo pavimentado, cuando en verdad, para tomar la vía como un asiduo ingreso y egreso de muchos que allí residen, seguirán padeciendo buena parte del tramo de tierra.
La respuesta oficial claramente está vinculada al escueto presupuesto con que se cuenta y en la necesidad de distribuir los pocos recursos para la pavimentación discrecionalmente en calles de distintas barriadas.
En cambio hay otra versión, al decir de la conjetura vecinal. No sin sorna, señalaron que llamativamente se hizo la obra cuando recibieron como nueva vecina de la cuadra (de las pocas casas que hay frente a la cancha de Gimnasia) a la hermana de un funcionario a quien, para su fortuna, no le tocará lidiar con el mal del estado de la calle en tiempos de lluvia, como lo supieron padecer los vecinos de siempre….
ESCALERAS PENDIENTES
Corrían tiempos de campaña electoral, en octubre del año pasado, cuando la comunidad educativa de la Escuela de Cerámica trabajaba en la intervención de las emblemáticas escaleras de Vigil, en Villa Italia. Pasaron diez meses y la obra sigue inconclusa, situación que causó cierta molestia entre algunos vecinos del barrio que se sintieron relegados a partir de esta propuesta artística “a medias”.
Antes de la cuarentena y del ritmo que impuso la pandemia, el subsecretario de Cultura, Alejo Alguacil, le había informado a El Eco que aguardaba la compra del material adecuado para alisar los frentines de los escalones que faltaban revestir con los azulejos intervenidos.
Finalmente, hace unos días se confirmó que el personal del Municipio ya preparó las escaleras para que las alumnas y docentes de cerámica terminen la intervención que había sido pensada para renovar el paso peatonal que permite cruzar Quintana.
Desde la institución aclararon que volverán a trabajar en el espacio público de la República de Villa Italia recién cuando retomen las clases presenciales. Ojalá todo salga bien y los tandilenses que utilizan ese espacio como lugar de encuentro puedan contemplar la obra de arte terminada. En definitiva, se lo merecen.