Es el oficial principal Diego Ibáñez
Emotivo recibimiento al bombero de Tandil que estuvo combatiendo los incendios en Corrientes
“El recibimiento fue una sorpresa, no me lo esperaba y estoy muy agradecido”, expresó el oficial principal Diego Ibáñez. Aseguró que el trabajo que hicieron fue muy arduo pero manifestó la satisfacción de que se haya logrado finalmente extinguir el fuego.
Luego de varias jornadas de estar combatiendo el fuego en Corrientes, el oficial principal Diego Martín Ibáñez regresó a Tandil el domingo y tuvo un emotivo recibimiento de sus compañeros en el Cuartel Central de Bomberos.
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En diálogo con El Eco de Tandil, Germán Espíndola, oficial principal del Cuartel Central, explicó que Diego Ibáñez llegó el domingo a las 13 al regresar del incendio forestal de Corrientes, donde intervino, y estuvieron presentes sus compañeros y familiares en un emotivo recibimiento con toque de sirenas y aplausos que se llevó adelante en la sede de Alem 439.
Ibánez, oriundo de Rauch pero que vive hace 16 años en Tandil, viajó a Corrientes el 18 de febrero, donde permaneció hasta el sábado cuando “la lluvia ayudó para que se extinguiera del todo el fuego”.
“Somos tres de la Brigada de Incendios Forestales pero como la capacidad operativa del cuartel no tiene muchos efectivos, entonces se lo derivó a él a esa tarea. Fue solo de Tandil con la brigada de Mar del Plata. Le hicimos un recibimiento con los compañeros con toque de sirenas y aplausos, ya que estuvo en uno de los eventos históricos que quedarán en Argentina en lo que son incendios forestales”, remarcó.
Y expresó que fue un “orgullo, tanto para la familia como para nosotros como institución, ya que nos ubica para que nos tengan en cuenta para desarrollar esos incendios de magnitud y más allá de lo que es Diego como persona, es destacable lo que es como profesional. Él además de bombero es abogado, es muy buen compañero y excelente profesional”.
“Se trabajó a destajo”
En diálogo con El Eco de Tandil, Diego Ibáñez contó que el martes 15 de febrero “me avisaron que me ponga en apresto para ir a Corrientes y el miércoles 16 me avisan que tenemos que viajar, ya tenía todo preparado. A las 14 salí para Mar del Plata, porque es la brigada en la que estoy incluido y llegamos el jueves 17 al regimiento de Monte Caseros”.
“Ahí solamente pasamos para higienizarnos y almorzamos, y salimos directamente para Alvear. Después se trabajó a destajo hasta que llegó la lluvia, el jueves a las 17, que empezó a llover, hasta el viernes y cayeron como 50 ó 60 milímetros”, señaló.
Así fue que explicó que “el viernes se recorrió toda la zona, el sábado también, tanto con camionetas, porque había mucho barro, como con el avión y el sábado al mediodía emprendimos el regreso. Tuvimos un agasajo con un asado y ya a las 15 empezamos el regreso con los camiones”.
“Fue una buena experiencia para nosotros que da satisfacción combatir incendios forestales, pero obviamente horrible en el sentido de que se quemaron muchas hectáreas, muchos animales mucha fauna y flora perjudicada. El trabajo fue a destajo”, enfatizó.
Y recalcó que “el comportamiento del incendio fue muy extremo, mucho viento, mucha temperatura, hubo días en los que el termómetro de la camioneta nos marcaba 50 grados, afuera hacía 45 grados de térmica. El laburo fue grande, se dormía poco también, pero son así estos incendios de esta magnitud”.
Respecto a si fue el incendio más grave en el cual le tocó participar, afirmó que “yo había viajado al Delta en varias oportunidades en 2008, 2009, y los incendios habían sido un poco más grandes en cantidad de hectáreas quemadas, pero era diferente. La topografía era similar, pero en estos lugares hay muchos montes de pino y eucaliptus, que hacen que el incendio se comporte tan extremo, porque agarra por ahí copas y viene con mucha energía y mucha temperatura”.
“Obviamente que después de 4 meses que no llovía, era complicadísimo el tema de la seca; no había agua por ningún lado, hasta los brazos del río Uruguay estaban secos, y eso fue lo que más complicó”, sostuvo.
En tanto, explicó que “para el jueves el incendio lo teníamos contenido, sólo quedaba un foco activo, en un monte nativo. Intentamos entrar en tres o cuatro oportunidades y no llegábamos nunca con las líneas del camión, se trabajó con herramientas hasta esos puntos pero iba a ser bravo que se apagara sin el agua de la lluvia, esa agua lo terminó de extinguir”.
“El agua fue un alivio, porque realmente lo que se necesita en la provincia es agua”, resaltó.
Una sorpresa
“El recibimiento en Tandil fue una sorpresa, no me lo esperaba y estoy muy agradecido a mis compañeros”, enfatizó.
Y contó que “llegó mi mujer, mi hermano de Rauch, me habían recibido de la misma manera en Mar del Plata y ni me imaginé que iba a pasar acá. Así que con mucha alegría, muy cansado también, porque me tocó manejar el camión de ida y de vuelta junto con otro compañero y venía destruido, pero llegando al fin a casa”.
“Fue una experiencia muy positiva en cuanto al grupo de trabajo, la organización, se trabajó muy bien con policía de la provincia, y con los bomberos de Brasil, laburan muy bien; también con la policía de Corrientes, bomberos voluntarios de Santo Tomé, Alvear. Por supuesto que por todo lo demás fue negativo, pero positivo en cuanto al equipo de trabajo”, resaltó.
Por último, consideró que “con lo que ha pasado en los últimos tres o cuatro años desde La Pampa en 2018, en Córdoba, creo que nos vamos a tener que acostumbrar a esta clase de incendios de magnitud debido al cambio climático. Es lamentable pero va a ser así”.