Reclamo estudiantil
Ex alumnos y docentes de la Escuela Ernesto Sábato juntan firmas para preservar "La Casa de Barro"
La construcción fue realizada durante tres años y contó con el aporte de cuatro generaciones de estudiantes. Actualmente, existe un proyecto de ampliación de la institución, en el que corre riesgo de ser demolida.
En el año 2011, estudiantes del taller de problemáticas sociales de la Escuela Nacional Ernesto Sábato, iniciaron, con el aval de las autoridades, la creación de una casa compuesta de barro, como una alternativa sustentable a la problemática habitacional que desde hace años atraviesa a la ciudad. Actualmente, a raíz de un proyecto de expansión institucional que abarca la zona donde está ubicada, se enfrenta a la posibilidad de ser demolida.
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La Casa
La iniciativa tuvo un gran apoyo por parte de los docentes, y rápidamente despertó el interés de los alumnos, quienes se acercaban voluntariamente a colaborar con la construcción desde sus inicios. De todas formas, el proceso fue largo, y varias camadas tuvieron la posibilidad de colaborar, hasta que fue terminada en 2014.
Cada pared del edificio fue construida con una técnica diferente dentro de la permacultura, que cada uno de los participantes debió aprender, y llevar a cabo, tanto en horario escolar, en el marco de talleres relacionados a la temática, como en su tiempo libre, donde varios elegían acercarse para seguir trabajando.
Durante ese tiempo, se realizaron diversas actividades, como clases abiertas, talleres y festivales, que enriquecieron aún más la experiencia educativa de los jóvenes. Pero lo cierto es que luego de que fue terminada, lentamente la construcción fue quedando en el olvido, y hoy en día no se le da ninguna utilidad.
En enero de este año, tras la noticia de que el terreno correspondiente a la ex Colonia Manuel Belgrano, ubicado en la calle Sandino, desde Fernández de la Cruz hasta la avenida López de Osornio, a metros de la casa de barro, había sido cedido finalmente a la UNICEN y que se construiría un nuevo edificio para el funcionamiento de la Escuela, el Director Tomas Landívar, en una reunión con docentes, no fue claro acerca del futuro del habitáculo, considerando que la nueva edificación se haría en la zona donde está ubicada.
El comunicado
A raíz de esta incertidumbre, docentes y ex alumnos que formaron parte del proyecto de permacultura entre 2011 y 2014, redactaron un comunicado, solicitando la conservación del edificio, acompañado por más de cien firmas de la comunidad educativa. El mismo fue enviado al Director de Obras de la UNICEN a principio de febrero, y aún no ha recibido respuesta.
En el documento, se indica que la casa no es simplemente un edificio "anecdótico" en el terreno, y que el propio proceso constructivo fue una experiencia educativa sumamente valiosa, que formó a los alumnos en conceptos y técnicas para materializar hábitats que respeten el medio natural.
“El esfuerzo mancomunado de todos los que participamos en las jornadas voluntarias de trabajo, forjó un fuerte sentido de pertenencia con la "casa de barro" y la propia escuela. La posibilidad de que se demuela este símbolo nos afecta profundamente” relataron en otro de los párrafos.
A su vez exigieron que el espacio se integre al nuevo edificio como un sitio que expresa los fines y objetivos de la escuela, argumentando que “guarda una gran potencialidad pedagógica para el cumplimiento de los nuevos marcos normativos educativos sancionados recientemente, en particular la Ley 27.621 de Educación Ambiental Integral, pudiendo asumirse como recurso pedagógico al ser transversalizado en los diferentes espacios curriculares que conforman el proyecto educativo de la ENES”.
Cabe destacar que en el lugar se filmó un documental, realizado por el área de medios de la UNICEN, donde quedaron plasmados distintos momentos del proceso constructivo.
Agustín Fernández, ex alumno y uno de los impulsores del comunicado, declaró en comunicación con El Eco de Tandil, que al igual que todos los firmantes, se siente muy dolido por la falta de respuestas y la probabilidad de que el edificio se demuela.
“Yo soy padre y cuando por paso por la escuela con mi hija, o con algún conocido, le muestro, y le digo 'Esa casa la hicimos nosotros', y con 16 años, para mí y para muchos es un motivo de orgullo” señaló.
Por otro lado, explicó que luego de ser terminada, no se le dio el valor ni la utilidad que puede llegar a tener para la escuela. “Si cuando la terminamos no tomo más importancia la casa, no fue por culpa nuestra, si no que fue por la falta de interés. En ese espacio se pueden hacer muchas cosas, una radio, la sede del centro de estudiantes, un lugar para proyectar documentales o películas, lo que sea” aseguró.
Ante la posible demolición, Fernández afirmó que solo estaría de acuerdo, “si el proyecto que viene es superador, si se financia un proyecto para hacer construcción natural con los chicos, y se sigue trasmitiendo el conocimiento que pregonó la realización de la casa”. Igualmente, manifestó que lo urgente es que las autoridades de ambas instituciones se presten al dialogo.