Esperan el desalojo
"Hay que dejar de ser solidario con lo ajeno", retrucó el dueño del predio usurpado en La Movediza
Nicolás Moauro, propietario junto a su familia de los lotes que fueron ocupados en La Movediza, afirmó que acreditaron la titularidad del dominio y cuestionó los "dilatados" tiempos judiciales para efectivizar el desalojo. Expuso que los protagonistas de la toma robaron los alambres que cercaban el macizo para instalarse allí. Denunció amenazas de un grupo de acampantes y expuso que quienes avalan la usurpación lo hacen a costa de tierras ajenas.
Una semana después del comienzo de la toma de tierras en La Movediza por parte de un grupo de familias –respaldadas por un grupo de vecinos del lugar- en Piccirilli al 1000, entre Misiones y Formosa, el dueño de la propiedad, Nicolás Moauro, habló sobre el tema y expresó su indignación por la situación.
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Si bien la usurpación fue denunciada y el Ministerio Público Fiscal pidió el desalojo, el Juzgado de Garantías 1 todavía no se expidió al respecto porque su titular, el doctor José Alberto Moragas, está de licencia.
Además, en simultáneo intervino la defensoría oficial, a cargo del doctor Diego Araujo, quienes se encargaron de trazar un relevamiento de la toma y sus actores para habilitar una instancia previa a la eventual resolución judicial que lleve a un desalojo por la fuerza, con el riesgo y las consecuencias que ello puede generar. De acuerdo a la información recapitulada, son 58 las familias que se instalaron precariamente en el lugar con la intención de poder levantar sus viviendas.
En comunicación con el programa radial “Cosas que pasan” (104.1 Tandil FM), Moauro respondió las declaraciones de Eduardo Fabián Meza, un vecino que acompaña la toma, y señaló que “uno se pone en el lugar de la gente y entiende su situación, pero hay que dejar de ser solidario con lo ajeno: ese predio tiene dueños, la familia Moauro”.
En tal sentido, esgrimió que todos los papeles que acreditan la titularidad del terreno fueron presentados ante la Justicia, y que no es posible que haya quienes aún manifiesten que “no conocen” a los dueños del lugar o que duden de la veracidad de ello. Por otro lado, informó que inclusive se encuentran en proceso de negociación para vender las tierras.
“Las dos manzanas son de mi propiedad”, ratificó en la entrevista. De este modo, relató que su abuelo paterno adquirió el macizo en 1941 y que su padre es el único heredero legítimo, cuya sucesión está en regla. En concreto, se trata de un predio de seis hectáreas que comprende un vivero –propiedad también de la familia- y las dos manzanas actualmente en disputa.
El derrotero de los dueños
Al respecto, el damnificado sostuvo que las parcelas en litigio se hallaban delimitadas por un perímetro de alambre y que inclusive su hermano había colocado carteles de “propiedad privada” para desalentar malos entendidos en torno al estado dominial. No obstante, aseveró que “lo único que no se pudieron robar son los postes”.
En este marco, contó que el 11 de enero de 2022, por razones desconocidas, el lugar se incendió por completo. Tiempo después volvió a brotar la hierba y la familia Moauro le dio permiso a un particular para que allí pastaran sus caballos.
Según detalló, los animales estuvieron allí hasta la semana pasada. Luego, “misteriosamente” desaparecieron junto a los alambres y aparecieron las primeras carpas. Frente al escenario actual, enfatizó que si los acampantes creen que hay algo que negociar, tendrán que hacerlo “del otro lado de la calle”.
“Todos infringen la ley porque la propiedad es toda mía. El desalojo es inminente”, subrayó. Ofuscado, declaró que él y su familia se sienten “invadidos”, y que sobrellevan la situación con “miedo” e “incertidumbre”.
En paralelo, puntualizó que lo que les sucede refleja “la realidad de todo el país” y cuestionó que un evento de estas características tenga lugar en una ciudad “aparentemente” tranquila. “Vivimos un desastre”, aseguró con contundencia.
Asimismo, Moauro también denunció penalmente las amenazas e intimidaciones recibidas por parte de un sector del acampe localizado sobre la calle Salta, cuando intentaron acercarse para explicarles que eran los dueños.
“Nunca nos había pasado esto. La Justicia digamos que está actuando, pero la espera se hace tan larga que no sabés si hacen algo o no. Vimos la toma, la denunciamos como corresponde, pero cuando terminamos de hacerlo todo estaba tomado", cerró.