Mano a mano con Emilio Juan Pardo
Padre de dos varones, hincha de Santamarina y amante de la música, Emilio Juan Pardo es un cocinero tandilense y responsable de varios proyectos gastronómicos de la ciudad. En esta oportunidad, aceptó el desafío y respondió el cuestionario propuesto por El Eco de Tandil.
Emilio Juan Pardo nació en Tandil y vivió toda su infancia y adolescencia en Villa Cacique, donde fue “muy feliz”, reconoció. Al terminar la escuela secundaria, emigró hacia Mar del Plata donde comenzó a estudiar Gastronomía. Fue allí donde comenzó su carrera de cocinero.
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Trabajó y estudió a la vez, hasta que se mudó a Capital Federal y luego se estableció en la Costa Verde, donde se desempeñó durante varios años en el rubro gastronomía.
En 2001, regresó a su ciudad natal. El primer proyecto se convirtió en el restaurante de la posada La Protegida, que inauguró junto a su mujer, María de la Paz.
Dos años después, volvieron a la Costa, con un proyecto propio que se cristalizó en el restaurante El Faro. Durante los inviernos, en temporada baja, se establecían en Tandil, oportunidad en la que se desempeñó en el Instituto de Gastronomía.
Al repasar su historia, el protagonista recordó que en 2004 fueron socios de Hemingway Restaurante, en Valeria del Mar, un año después fundaron Calabaza en Tandil y “nos radicamos definitivamente en la ciudad”.
Los proyectos gastronómicos continuaron y en 2007 inauguraron la primera sucursal de La Muzza y, dos años después, otra sede en 9 de Julio, que “en 2018 mudamos y transformamos en Calabaza centro”.
En 2016, fundó Tandilia Cervecería junto a dos amigos, Matías y Ricardo.
Es papá de Juan Emilio y Francisco, hincha de Santamarina y amante de la música.
En esta oportunidad, el chef tandilense aceptó el desafío y un recorrido por las respuestas permitirá conocer un poco más sobre su perfil e intereses.
1- El mejor café: A las 11, en la vereda con la Flecha Ferrero y los muchachos (2010)
2- El mejor consejo que le han dado: Si no tenés nada para hacer, agarrá la escoba y barré
3- La banda de sonido de una película: La de Rocky I
4- La reunión ideal: Con los Camgros y los Garzón
5- Tiempo perdido: En cualquier cola que tenga que hacer
6- Tiempo valioso: El que paso con mi familia
7- Un actor: Al Pacino
8- Un amigo: Muchos buenos, me cuesta nombrar uno
9- Un amor: María de la Paz
10- Un animal: Elvis, mi perro
11- Un artista plástico: Salvador Dalí
12- Un auto: El que solo tenga que ponerle combustible y sea cómodo
13- Un color: Naranja
14- Un conductor de televisión:
15- Un disco: London Calling, de The Clash
16- Un enemigo: El cigarrillo
17- Un escritor: Eduardo Sacheri
18- Un ideal: Guardar un vino por mucho tiempo y abrirlo un domingo al mediodía
19- Un juego o juguete: La batería
20- Un legado: El único talento que tenés es trabajar mucho
21- Un libro: Confesiones de un chef, de Anthony Bourdain
22- Un lugar: Al que voy a viajar cuando se pueda
23- Un proyecto: El que va a venir, soy el optimista de los emprendedores
24- Un recuerdo: Cuando jugaba al Fútbol Senior
25- Un referente: Francis Mallmann
26- Un sabor: Es como la pregunta del amigo, no puedo nombrar uno solo
27- Un sueño: Que Juan y Fran terminen la universidad
28- Un viaje: A Europa con mi familia, en 2017
29- Una actriz: Mi perra Frida cuando hacía cara que tenía frío
30- Una banda extranjera: The Ramones
31- Una banda nacional: Los Coleguitas
32- Una bebida: Cerveza y vino
33- Una cábala: Todas
34- Una canción: Ivo, de Joystick
35- Una causa: La causa peruana, que me comí en La Mar, en Lima
36- Una cuenta pendiente: La de la luz, en pandemia
37- Una época: Cualquiera que me agarre viajando
38- Una estación: Otoño en el Dique
39- Una fecha: dos, el día que nacieron mis hijos
40- Una flor: Jazmín, mi ahijada
41- Una fragancia: Polo Black
42- Una fruta: Cereza
43- Una obligación: Hacerlo bien
44- Una obra de teatro: La peña, de Marcos Casanova
45- Una película: El Padrino 1, 2 y 3
46- Una posibilidad: Siempre hay
47- Una pregunta: ¿Qué plato del día hay hoy?
48- Una prenda de vestir: Zapatillas
49- Una tradición: Los domingos cenar en Tierra de Azafranes
50- Una utopía: Que no me importe nada