La música volvió a sonar en vivo en Tandil, y artistas, escenarios y público así lo demandaban
Con reconversión conceptual de por medio, Macanudo puso a la música en la primera línea y a la gastronomía como compañía. Dos funciones por noche y el hermoso desafío para las bandas de sonar como la primera vez. Los Toboganes a Marte fueron el perfecto debut. Anteriormente debieron volcarse al delivery, pero faltaba esa magia de las luces y el show.
Con más de cuatro meses de escenarios vacíos y sin recibir gente en el lugar, este fin de semana las propuestas artísticas volvieron a ser protagonistas de la noche tandilense. Con un planteo totalmente renovado y acorde a las medidas sanitarias que decantaron de la pandemia, desde Macanudo volvieron a hacer lo que más les gusta.
Recibí las noticias en tu email
A pesar de la experiencia en la organización de recitales y eventos, el líder del espacio, Beltrán Cesio, manifestó el mismo nerviosismo y adrenalina que las primeras veces. Ese nudo en la panza era también producto de la emoción de volver, con el gran desafío de un planteo distinto.
Fue el 14 de julio al mediodía cuando el subsecretario de Cultura, Alejo Alguacil, anunció la decisión de dar vía a la reactivación de los shows en vivo, haciendo lugar a la solicitud que encabezaron durante los últimos días varios sectores artísticos. Allí precisó que los artistas podrían volver a sonar, pero únicamente en espacios gastronómicos habilitados.
La música es la vedette
En este nuevo regreso, la propuesta de Cesio, que siempre tuvo el arte como punto de encuentro en su bar, se inclinó aún más hacia el protagonismo de la música. Si bien la gastronomía pasó a un segundo plano, como acompañamiento del show, los platos se escogieron detalladamente con un menú de cada uno de los chef referentes de Tandil.
Una carta con sólo cuatro propuestas fue lo que consideraron ideal para este nuevo ciclo que se inició el viernes. Y para empezar con los espectáculos, contaron con la presentación de una banda de rock más que consagrada en la ciudad, Toboganes a Marte. “Podríamos haber empezado antes, pero queríamos dar una patada al aire con ellos que sabemos que son bien recibidos por todos”, había adelantado Cesio.
El líder del grupo, Federico Islas, también llevaba consigo esa vibración de volver a tocar en vivo después de tanto tiempo. Una alegría notable. Además, con un desafío que realmente era nuevo para todo el grupo: tocar dos veces en el mismo lugar, pero ante público distinto.
Es que ante la reducción de público para mantener el debido distanciamiento tuvieron una idea ingeniosa para el regreso, hacer tanto dos turnos tanto de show como de cena. La capacidad actual permite a unas 35 personas en el interior, que con entrada anticipada y muchas ganas de volver a escuchar músicos en vivo enseguida coparon las localidades, tanto que debieron agregar una nueva fecha con los Toboganes para anoche.
Cabe destacar que el sábado fue el momento de Riki Viñas “Jazz Gang”, un trío imperdible, también con doble función, una a las 18.30 y otra a las 21.45. Tal como los describieron desde el espacio que se transformó en sala de espectáculos, son “la topetitud máxima del jazz”.
Las sonrisas y gestos de disfrute del público terminaron siendo lo mejor de la noche del viernes. Además, pudieron apreciar allí mismo la muestra artística de Galería Malas Artes, con la obra de Mecha Videla Dorna que quedará expuesta por un mes, todos los días de 18 a 19.
Faltaba la magia
“En los últimos dos meses trabajamos con delivery y el salón estaba apagado, esa magia que caracterizaba al lugar ya no estaba”, indicó Bletrán Cesio, que junto a su compañera de vida, Silvana Zámolo, atravesaron esta emoción de volver.
Es que la opción de reinventarse como proveedores de comida a domicilio no conjugaba con su esencia. Con un concepto renovado, enmarcado más bien en sala de espectáculo, Macanudo se reencontró con su esencia. “La definición es lo que es ahora y también mejoramos muchas cosas”, admitió, asegurando que sin este tiempo en pausa no hubiesen podido hacerlo. Personalmente también sirvió, la vida en familia y disfrutar de los pequeños momentos fueron parte de la gloria.
Como incansable pensador de proyectos en busca de la promoción de la cultura, contó que también estuvieron conversando con otro de los referentes de la movida local, Mauricio Cervone, que está al frente de Brothers, para mantener una línea similar en las propuestas.
Por otro lado, también están avanzando en una especie de convenio con Beirut, de Franco Fernández, para que la gente pueda hacer la llamada “previa” allí y luego acercarse al espacio de Rodríguez 459 para disfrutar de los eventos.
“Nos reacomodamos todos, armamos un gran telar y conversamos, pero cada uno debe mantener su propia identidad”, aclaró.
Si bien esto recién empieza, Cesio contó que ya tienen las fechas cubiertas por dos meses. “Vamos a abrir cuando tengamos que abrir”, indicó, confirmando que viernes y sábados “seguro”, mientras que los otros días irán viendo. Todo se dará de acuerdo a la demanda.
Por otro lado, contó que adaptarse a los protocolos no fue tan difícil, cómodamente pudieron cumplir con los tres metros entre la primera mesa y el escenario, que a su vez la plataforma condicionará la cantidad de músicos a subir, la utilización de las máscaras que fueron recomendadas en vez de los barbijos y el distanciamiento entre el público, que sólo deberá usar obligatoriamente el tapaboca al ir al baño.
Dejarlo todo dos veces
“Lo último que hice fue grabar un disco y ahí llegó la cuarentena”, contó el vocalista de Toboganes, que a partir de marzo vio toda su agenda paralizada, anulada, caída. Si bien el primer mes no estuvo nada mal, después empezó a aparecer la ansiedad, sobre todo por no poder ensayar.
Sin embargo, este tiempo también le sirvió para profesionalizarse aún más, volcarse a otro tipo de actividades vinculadas al mundo virtual que le permitieran acercarse a un público trascendiendo las fronteras de Tandil.
También, reconocieron que a las bandas esto de las dobles funciones las favorecerá en alcanzar aún más profesionalismo, ya que deberán buscar la forma de controlar la energía y distribuirla entre los dos shows, porque aunque será el mismo escenario, el público cambiará. “La gente llegará fresca y hay que tratarlos como si se tocara por primera vez”, dijeron.
Para asegurar esto, que resultó un desafío bien logrado, Fede Islas eligió dos listas de temas diferentes, aunque repitiendo los más aclamados, para ir regulando la intensidad. Los que sonaron en la primera tanda fueron más “tranqui”, mientras que en el turno de las 21.45 ya fueron temas “más arriba”.
“Hay que dejarlo todo dos veces, no podés dejar la mitad en cada función, porque es muy robótico”, dijo el músico.
En otro término, Islas destacó cómo la situación generada a raíz de la cuarentena construyó otro tipo de unión entre los sectores. Eso le gustó. Asimismo, valoró otro de los cambios que se produjo y tiene que ver con que las entradas al show en vivo ahora tienen un precio y la gente claramente estuvo dispuesta a pagarlo.
“La entrada al sobre era lo que usábamos, pero un espectáculo vale lo que trabajamos para eso”, dijo, en cierto modo sorprendido porque los tickets se hayan agotado tan rápido debiendo agregar una tercera función el domingo. “Trescientos pesos no es caro, pero nosotros no estamos acostumbrados a eso”, sostuvo. “Es un gran triunfo”, agregó Cesio.
Con todo esto, vivieron el viernes una noche de revalorización del arte de la música, con los nervios de la primera vez y a salón con capacidad máxima cubierta. Ayer, ya más “cancheros” volvieron a darlo todo, con el debido cuidado para mantener lo que tanto costó volver a conseguir.