La suba en las retenciones cayó “muy mal” y hay expectativas a la decisión de las entidades superiores
El sector productivo local expresó su disconformidad tras el decreto presidencial que anunció la reducción en las retenciones de cebada y trigo, pero el regreso al valor al mes de enero para soja, maíz, girasol y sorgo. Aseguraron que la quita generaría una mayor producción y como consecuencia más divisas genuinas, una necesidad del Gobierno Nacional.

A través de un decreto publicado el pasado viernes, el Gobierno nacional anunció la rebaja temporaria de las retenciones para el trigo y la cebada pero no incluyó a la soja y el maíz por lo que las alícuotas de estos volverán al porcentaje previo al 27 de enero, cuando se dispuso la baja temporal.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn 2024 la alícuota estaba situada en un 33 por ciento para la soja, 31 por ciento derivados de soja, 12 por ciento el Trigo, 12 por ciento el maíz, 12 por ciento la cebada, 12 el sorgo y 7 por ciento el girasol. En enero se bajó hasta julio quedando un 26 por ciento para la soja, 24 los derivados, 9,5 para el trigo, el maíz, cebada y sorgo y el girasol con 5,5. Ahora la soja, derivados, maíz y sorgo vuelven al mismo punto del 2024.
La novedad no fue bien recibida por los sectores productivos. A través de distintos comunicados las entidades expresaron su disconformidad y criticaron la medida informada en el decreto firmado por Javier Milei. La Mesa de Enlace aseguró que ya “no hay margen” para estas decisiones las cuales “asfixian” al sector.
Este Diario se puso en contacto con referentes locales, quienes acompañaron la inconformidad con la medida tomada por el gobierno libertario y se mostraron expectantes de cara a una semana donde puede haber definiciones de parte de las entidades superiores respecto a las medidas a seguir. No obstante, desde algún sector, expresaron una mínima chance que mediante el diálogo haya un paso atrás.
“La noticia nos cae muy mal”
Dardo Alonso, referente de la Federación Agraria, aseguró que se esperaba que a partir de hoy el gobierno suspenda las retenciones pero que “sigue obcecado y el sector productivo está muy disconforme”.
Alonso aseguró que “la noticia nos cae muy mal” y explicó que en algunos lugares todavía no se ha cosechado el maíz y la soja por problemas de piso y que volver al nivel de retenciones que había en enero es una mala noticia para todo el sector productivo. “El ambiente en el campo no está bien, para nada”, señaló.
A las retenciones hay que sumarle que los precios a nivel internacional han tenido una caída abrupta, generando un contexto donde el productor cada vez recibe menos y si quiere cumplir con sus obligaciones en cuanto al pago de impuestos tiene que vender más cereal porque es más barato.
Situándose en Tandil, Alonso contó que la soja subió un 200 por ciento en los últimos dos años y que en ese mismo periodo los impuestos municipales lo hicieron en un 600 por ciento. Además que la cosecha no ha sido de un gran rinde y que el arrendatario tiene que pagar el alquiler, volver a sembrar y encima pagar las retenciones a como estaban en enero. A eso hay que agregarle que a 170 kilómetros del puerto, el 20 por ciento de la venta final se lo lleva el flete.
Como integrante del consejo directivo central de la Federación Agraria contó que el jueves se llevará a cabo una reunión donde se va a tratar este tema y los pasos a seguir para el sector. En ese sentido adelantó que las mayoría de las entidades no están de acuerdo con la medida por lo que hay expectativas respecto a lo que se decida. En esa reunión, adelantó, también se va a sentar posición respecto al futuro del INTA.
Por otra parte, el referente del agro aseguró que la abertura de importaciones no tiene demasiado sentido ya que va en detrimento de los productores locales. Contó que se están importando muchos cereales y producciones hortícolas a cualquier valor y que eso en la realidad no ha tenido un impacto en la baja de los precios en el mostrador.
“Algunos economista piensan que el productor es un hombre que especula y no, realmente vende lo que necesita por mes, cosecha, paga sus impuestos y lo que queda, si le queda, tiene que volver a sembrar. Generamos divisas, estamos viendo una necesidad cada vez mayor en el Gobierno de conseguir dólares para cumplir con los compromisos”, concluyó Alonso.
“Sacando este tipo de cargas, la gente va a producir más”
Al mismo tiempo, desde la Sociedad Rural local, Alcides Fortunato explicó, desde su punto de vista, la importancia que significa sacar las retenciones, cumpliendo la promesa de campaña del Gobierno nacional. También se mostró con una mínima esperanza que a través del diálogo esta medida se revierta.
Fortunato aseguró que conforme a la decisión tomada para inicio de año, con la reducción de retenciones, la idea era que se cumpliera con la quita total de la alícuota. “No es un capricho”, comentó antes de explicar que las retenciones están en la Constitución desde 1853, que se trata de un monto no coparticipable y que representa solamente el 5 por ciento de los ingresos del Estado frente a otros tributos.
El derecho de exportación, como también se lo conoce a las retenciones, solo está presente en 38 países y de esos solamente hay una decena que tiene los índices al nivel que lo tiene Argentina. En ese sentido, contó que se comparte categoría con Camerún, Ecuador, Gambia, Mali, República Dominicana y Turquía, entre otros países que “no son los más exitosos del punto de vista socio económico”.
El presidente de la Sociedad Rural aseguró que la eliminación de las retenciones hizo que países en crisis hayan salido adelante gracias al ingreso de divisas genuinas, produciendo y vendiendo. Y que esta alícuota, en zonas más deprimidas, provoca que gente se caiga del sistema productivo. “Lo que hay que hacer es producir más. Sacando este tipo de cargas, la gente va a producir más, va a vender más y van a ingresar divisas genuinas al país”, señaló.
Por último, consultado sobre el futuro inmediato teniendo en cuenta el impacto que generó este decreto en el sector, Fortunato comentó que hay un momento de quejas pero que no se sabe qué va a pasar en las próximas semanas.
“Las expectativas están siempre, conversando y viendo desde la razonabilidad que permita lo que en todos los órdenes del quehacer productivo del país se pide: previsibilidad para poder planificar con tiempo y no golpes de timón. Ha habido una vuelta parcial al estado anterior pero la esperanza es lo último que se pierde”, cerró.