Para Farah, “el problema es absolutamente político”
El expresidente de Apymet Omar Farah analizó el impacto de la coyuntura en la economía nacional y local.
El empresario Omar Farah analizó la situación económica actual y planteó que el país se encuentra en un estado de “incertidumbre enorme” que afecta directamente las variables financieras.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn diálogo con el ciclo Tandil Despierta (EcoTV y 104.1 Tandil FM), planteó que “estamos parados en ese lugar de incertidumbre”, casi como una condición que “los argentinos no podemos sortear” ante los procesos electorales.
Desde su perspectiva, consideró que “todo esto que está sucediendo no es porque la macroeconomía esté mal o porque las decisiones que el Gobierno adoptó estén fuera de foco”.
Aclaró que “no comparto la política de este Gobierno” al considerar que, con esta economía, “terminábamos con las empresas cerradas y la gente en la calle”, y agregó que “la política liberal a ultranza, sin cambiar muchas de las cosas que están haciendo, termina de esa manera”.
De todos modos, el expresidente de Apymet sostuvo que “esto no tiene nada que ver” y que “el problema es absolutamente político”, y analizó que “si vuelve el kirchenerismo todo lo que se avanzó en derogaciones de leyes, de estructuración del Estado, se vuelve para atrás”, mientras que, “si continúa se profundiza”, aunque dijo desconocer “si es malo que se profundice porque de tantas cosas que tocaron no tenemos la capacidad de advertir cuántas en el fondo nos afectan”.
Y ejemplificó que a casi dos años del decreto 70/2023 “todavía no terminamos de saber todo lo que está afectado; hay cosas que están en proceso y que no se saben”.
Entonces, Farah observó que “estamos en una incertidumbre enorme por cuestiones políticas” y que este escenario afecta el tipo de cambio, las tasas de interés y “todo lo que se va haciendo es reactivo frente a la gran desconfianza”, y “no terminan de resolver las cosas; el mensaje de quien gobierna no es conciliatorio, es cada vez más agresivo, y las consecuencias económicas que sufrimos todos son cada vez más agresivas”.
“Nosotros tenemos que adaptar las empresas a que las tasas de interés son el ciento por ciento anual, a que el dólar una semana se va a 1.500 y a la otra lo tenés a 1.300. Es imposible de atajar”, renegó.
La clave, dijo, es tratar de “mantenerse en el medio de esos disparates” y “no tomar grandes decisiones” en materia de inversiones, de ampliar o reducir la planta de empleados, de extender o reducir la jornada laboral. “No hay grandes decisiones”, afirmó.
Un punto de inflexión
-¿Cómo va encontrando ese equilibrio? En este contexto de incertidumbre política
-Sobre seguro, lo que tenés asegurado. Y hoy las empresas tienen cuatro o cinco meses de proyección. El que tiene más de un año de proyección está viviendo un verano enorme, extensísimo, en el tiempo. Hoy hay que buscar llegar a fin de año de una manera equilibrada e ir viendo cómo se encara el año que viene. El 26 de octubre es un punto de inflexión.
-¿Cuál es el escenario que observa para el 27 de octubre?
-El día posterior a las elecciones va a pasar como el día posterior a las elecciones de 2023. Van a llevar adelante las correcciones que no quieren hacer en este momento. Eso es adecuar el tipo de cambio. La variable que más desactualizada está es la banda que han establecido entre 1.000 y 1.400 pesos el tipo de cambio. En un país donde la incertidumbre es la reina, por qué no tomarse más margen para tener una mayor flexibilidad en esas cosas.
-¿Qué significaría eso?
-Ampliar la banda. Porque si bien la inflación es baja y es una de las grandes soluciones que ha planteado este Gobierno, ya lo tenemos en el bolsillo, ya es un logro. Ahora vamos por otras cosas.
Inseguridad
En otro pasaje de la entrevista, optó con cambiar la palabra “incertidumbre” por “inseguridad” al desarrollar su lectura sobre el escenario actual y remató: “No es seguro nada de lo que están haciendo. Hay un montón de inseguridad por todos lados; nada de lo que se adopta es firme”.
En cuanto a su apreciación en torno a que la profundización de esa línea terminaría en el cierre de empresas, Farah centró su teoría sobre la base de la “política liberal económica versus proteccionismo”.
A más precisiones, explicó que en el mundo “los discursos son de apertura y liberación de la frontera y la realidad es proteccionista. Todos los países protegen su industria a través de barreras arancelarias o paraarancelaria”.
Entonces, “con un dólar barato y sin política de protección para el desarrollo industrial, las empresas no tienen futuro, no pueden funcionar” y alertó que “lo que nos está salvando en alguna medida es la dificultad de importar porque es sumamente dificultoso pagar al exterior lo que estás comprando en determinados rubros. Excepto el rubro alimenticio, el farmacéutico, los demás rubros están pagando a más de 90 días de recibida la mercadería”.
-¿Tandil va a la par del contexto nacional?
-A la larga sí. Antes o después lo equipara porque tiene una actividad económica diversificada, pero a la larga termina complicándose. Tandil está retrasado en cuanto a las crisis y adelantado en cuanto al surgimiento de las crisis, es decir, surge antes y cae después.
Más de 143 años escribiendo la historia de Tandil