René Lavand, el hombre detrás de la baraja
Cautivó al mundo con su magia. Fue ídolo y referente de grandes artistas y magos. Aunque no nació en Tandil, desde un primer momento se sintió un tandilense más. Su historia, su accidente y sus primeros pasos en los escenarios.

“Soy un ser humano de carne y hueso, como todos ustedes, que pudo superarse en un determinado momento de la vida, y si hago un balance a los 86 años, alguien que logró lo que jamás soñó: caminar cinco continentes con esos pintados talismanes de cartón, como les decía Jorge Luis Borges a las cartas”. Así se definía a sí mismo el gran ilusionista argentino René Lavand.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailNació en la Ciudad de Buenos Aires el 24 de septiembre de 1928 y al poco tiempo, cuando solo tenía siete años, se mudó junto a su padre –zapatero por oficio- y su madre –maestra de escuela- a Coronel Suárez.
“A raíz de malos negocios de mi padre y en busca de un porvenir, dejamos Buenos Aires y fuimos a vivir a Coronel Suárez en 1937”, recordó el propio Héctor René Lavandera en su libro “Barajando recuerdos: memorias de un ilusionista”.