Se crió en el Circo Servian y eligió Tandil como su lugar en el mundo
La historia de Sandra Iovanovich, parte de la familia Servian y tandilense por adopción.

Es sábado por la mañana y la ciudad del Circo Servian amaneció tranquila. De las más de 100 personas que la habitan, la mayor parte se encuentra descansando o preparándose para la primera función de la tarde. Bajo la carpa, sobre el escenario vacío, espera Sandra. En ese lugar se crió, pero la vida la llevó a elegir Tandil.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu email“Mi abuelo era Miguel Omar Yovanovich. Él fue el que inició todo esto. Mi niñez fue feliz, con toda mi familia. Nos criamos y aprendíamos. Así la recuerdo, en familia y haciendo lo que nos gustaba, y viajando. Después cada uno podía elegir, bajarse, estudiar y reincorporarse otra vez como lo fuimos haciendo, pero siempre llevando esa esencia que es el arte”, relató sentada en una de las butacas que unas horas después recibirá al público que presencie “El Gran Sueño”, el premiado espectáculo que la compañía presenta en su primera visita a la ciudad.
“Lo traigo de chiquita, lo aprendí desde siempre y después elegí otro tipo de vida. No porque no me guste, porque el circo es una pasión y lo sigo llevando. Simplemente porque tomé otro camino. Pero uno siempre está conectado con esa esencia”, contó.