Julián, el andaluz que eligió Tandil para vivir su intercambio
Julián Aguilera es un joven estudiante español de 21 años que vino a cursar un cuatrimestre en la Facultad de Humanas de la Unicen gracias a una beca promovida por su país de origen. Eligió Tandil por su tamaño, su vida universitaria y conexión con la naturaleza. "Siempre me llamó mucho la atención este país, me generaba mucha curiosidad", compartió.

Julián Aguilera tiene 21 años, nació en Granada, España, y estudia Educación Social en la Universidad de Granada (UGR). Cuando en su carrera se abrió la convocatoria para programas de movilidad internacional, Julián no dudó: Argentina fue su primera opción. No porque fuera lo más obvio, sino precisamente porque no lo era. "Siempre me llamó mucho la atención este país, me generaba mucha curiosidad. Y cuando vi que Tandil era una de las opciones, no lo pensé mucho", contó en diálogo con este Diario .
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa Universidad Nacional del Centro le ofrecía un destino que encajaba con lo que buscaba: una ciudad que no fuera enorme, con vida universitaria activa, rodeada de naturaleza y segura. “Yo vengo de una ciudad no tan grande, y una ciudad como Buenos Aires me hubiera desbordado un poco. Tandil parecía tranquila y con todo lo que me gusta. Así que la elegí como mi primer destino, y me aceptaron.”
Pero esa certeza inicial pronto se vio sacudida por las dudas. “Hasta el último momento tuve las dudas si venir o no venir, hasta que pensé que la vida es una. Además yo vengo aquí becado, no tenía que poner nada en mi bolsillo, y acepté. Cuando vine aquí en el trayecto tuve un poco de miedo”, confió. Estaba a 10.000 kilómetros de su casa y su familia, pero decidió apostar igual.
"La UGR ofrece becas Erasmus y becas de intercambio a muchísimos países. Y esta beca la da la Junta de Andalucía, y no necesita ningún requisito especial. El único requisito para obtener esa beca creo que es conseguir nueve créditos si estás un cuatrimestre o dieciocho, si estás el año entero, que sería equivalente a cuatro o cinco asignaturas. Al final había una plaza a millones de sitios y la gente no se va por miedo. O sea, quedaron plazas disponibles en cualquier universidad de Latinoamérica o fuera de Europa. La gente solamente aplica para irse a Europa, esa es su zona de confort. Entonces es simplemente apuntarte, que te cojan, que es muy fácil porque hay muchas plazas. Y también una parte de la beca la gestiona el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación", explicó.
La universidad, otra lógica
Julián cursa en la Facultad de Ciencias Humanas de la Unicen, y aunque estudia Educación Social —una carrera que no existe como tal en Argentina—, encontró materias equivalentes para convalidar en España. “Acá cursé Psicología, Taller de Artes y Ciencias, y Expresión Corporal en Educación Inicial. Otra materia, la de TIC, la dejé porque iba muy avanzada y no tenía los conocimientos necesarios", puntualizó.
El sistema académico argentino también le presentó desafíos: “En España siempre hice exámenes escritos, tipo test o desarrollo. Acá me encontré con exámenes orales, que nunca había hecho. Me costó un montón porque me da vergüenza hablar en público, pero también me ayudó a superar ese miedo”.
Más allá de las diferencias pedagógicas, valoró la experiencia como un ejercicio de flexibilidad y adaptación. “Las materias que cursé no son las mismas, pero me sirvieron para convalidar y crecí mucho aprendiendo desde otro enfoque", observó.

Un comienzo difícil
Llegó a Tandil a comienzos del ciclo lectivo y los primeros días no fueron fáciles: “Al principio lo pasé regular. Me costó mucho adaptarme. Aunque parezca que las culturas son parecidas, hay muchas diferencias. Conseguir una tarjeta de teléfono fue una odisea. Y vivía en una pensión con mucha gente, cuando yo siempre viví solo. Todo era nuevo.”
A pesar del desarraigo inicial, el contacto cotidiano con otras personas en la pensión lo ayudó a abrirse. En abril, ya se sentía adaptado. "Al principio no tenía amigos, pero hablaba con gente todos los días. Les llamaba la atención por ser de España. Y gracias a eso, conocí a un chico que me presentó a otros, y de a poco ese grupo se convirtió en mi círculo más cercano. Con ellos me junto hasta hoy", detalló.

Con el correr de los meses, también aprovechó para conocer el país. Viajó a Iguazú —“las cataratas me impactaron, fue lo más impresionante que vi en mi vida”—, a Mar del Plata, a Olavarría, a Capital Federal varias veces y hasta cruzó la frontera para pasar unos días en Florianópolis, Brasil.
Si algo destacó Julián de su experiencia en Tandil es la forma en que la amistad se vive en Argentina. “Hay una cultura de la amistad muy fuerte. En España tal vez salís a tomar algo o al gimnasio, pero acá los amigos comparten todo: comen juntos, se quedan a dormir en la casa del otro, se acompañan en el día a día. Es otra manera de vincularse, mucho más cercana. Me encanta eso", compartió durante la charla.
Hoy, con su experiencia casi completa, afirma que valió la pena animarse. Y ahora, cuando el cuatrimestre está llegando a su fin, lo resumió sin vueltas: “Estoy muy contento. Ahora no me quiero volver”.
Sobre el autor
Periodista de El Eco Multimedios