El arte de ignorar
Bueno es preguntarnos en qué momento, bajo qué circunstancias, por imperio de qué condicionamientos hemos perdido la capacidad de decir "no sé". Y digo que es una capacidad perdida, porque entiendo que se nace con ella. Y la perdemos ya a temprana edad.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailA medida que sumamos años, vamos adquiriendo algunos conocimientos. Por ejemplo, los nombres de los colores, el resultado de alguna suma, la capital de tal o cual país, el campeón del último mundial, etc.
Al cabo de toda una vida, habremos de acumular unos cuantos saberes que nos permiten vivir en sociedad: hablar por teléfono, cruzar una calle sin que nos pisen, saber qué colectivo tomar para ir a un barrio y algunas cositas más vinculados a nuestro trabajo o profesión. Sin embargo, atento a todo el universo del conocimiento, nuestra sabiduría es más bien módica. Con lo cual la frase de cabecera que nos guíe por la vida debería ser "no sé".