Pasiones

Promediaba el segundo tiempo entre Racing y Boca y había corner a favor de los dirigidos por Almirón. El encargado de ejecutarlo era Pol Fernández, que comenzó a acomodar la pelota en el cuarto de círculo junto al banderín. En ese momento, el juez de línea dejó su posición y retiró un objeto que podría interferir en el juego. ¿Qué era? ¡Una zapatilla!
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEs decir, alguien –un hincha de Racing, porque no había público visitante- se enojó de tal manera con algún rival, con uno de los jueces o con uno de los propios y le revoleó lo más contundente que llevaba encima.
Bien vale preguntarse qué se le cruzó por la cabeza a ese tipo a la hora del ataque de furia. Y la respuesta puede ser una: nada. O sea, no pensó, lo único que tenía era bronca. Porque un mínimo ensayo de pensamiento lo hubiera llevado a concluir que media hora más tarde se iba a tener que volver a la casa descalzo, al menos de un pie. Capaz que era una zapatilla que ya no daba para más –en la foto se la ve bastante entera-; pero así todo, se volvió en pata.