“Después de la victoria es cuando conviene resguardarse”

Ieyasu Tokugawa. Militar y político japonés (1543 – 1616)
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailDesde una geografía lejana y una historia poco conocida, Japón ejerce sobre los occidentales una fascinación fruto de mezcla de factores tan disímiles como un ordenamiento y desarrollo económico admirable, tecnologías superiores, misterios provenientes de mitos, religiones y creencias ancestrales y – en gran medida- comportamientos cuya ética suele resultarnos incomprensible, pero que suelen tener origen y explicación en su experiencia histórica.
Desde la antigüedad de cazadores y recolectores hasta su primer y mitológico Emperador Jimmu Tenno, descendiente de Amaterasu, la diosa del sol, Japón fue construyendo una realidad histórico social que sería fuertemente influida por la cultura china, sobre todo en la religión y la escritura.
Las crisis en China y la voluntad de generar su propia cultura favorecieron cierto aislamiento y evolución con características singulares.
El desarrollo del orden feudal y surgimiento de los samuráis (originalmente guerreros que custodiaban a la nobleza), fue construyendo rígidos códigos de conducta y honor marcaron a fuego el espíritu japonés desde antes de los siglos IX y X, y los samuráis se consolidaron como una clase en sí misma, no solo de guerreros sino también de artistas e intelectuales.
Honor, Justicia. Perfección. Lealtad. El significado de estas palabras, asociadas al código de vida de los samuráis – Bushido o Camino del Guerrero -, sigue impregnando hoy la vida de los japoneses.
Un párrafo extraído de un antiguo breviario de los samurais expresa: “El código de los samuráis dicta que la vida sea considerada menos importante que una mota de polvo; en cambio, el aprecio por el propio honor debe ser tenido en más peso que el mayor tesoro del mundo”.
La pérdida del honor conducía inevitablemente al suicidio ritual, hara-kiri o seppuko, que consistía en abrirse el estómago con su propia espada.
La palabra “samurái” significa “el que sirve”, y esto hicieron durante siglos. Durante el Shogunato – régimen de lideres militares que gobernaron Japón relegando al emperador a una figura reverenciada pero casi protocolar - ocuparon altas puestos de gobierno.
El shogunato fue una estructura política que persistió hasta el siglo XIX, con distintos “shogunes” procedentes de distintas familias de samurais, finalizando con la restauración Meiji que devolvería el poder al emperador.
Entre los shogunes más importantes, Tokugawa Ieyasu, fue uno de los que llevaron Japón a la unidad, naturalmente, luego de guerra con otros lideres militares.
Ieyasu era famoso por dar muestras de sabiduría política entre los suyos y se había lanzado al combate en la batalla de Sekigahara sin ponerse su casco.
Habiendo vencido lo busca y se lo pone ante el asombro de sus ayudantes que le señalan la incongruencia pues la batalla ha terminado, pero reciben de él la respuesta:
Después de la victoria es cuando conviene resguardarse . . !
Un razonamiento con implicancias éticas, morales e incluso filosóficas que refleja perspectivas del pensamiento japonés.
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