El Opus Dei bajo la lupa: fe, poder y denuncias dentro de una institución reservada e influyente
Fundado en 1928, el Opus Dei se convirtió en una de las organizaciones más influyentes y herméticas de la Iglesia católica. Con una estructura única, fuerte presencia laica y una visión de la santidad anclada en la vida cotidiana, su historia combina religión, poder e intriga. En Tandil su presencia es discreta y no posee instituciones ni establecimientos. Actualmente, la Obra enfrenta denuncias judiciales por reducción a la servidumbre y trata de personas, acusaciones que rechazaron.

En su casi un siglo de vida, el Opus Dei se convirtió en una de las organizaciones más polémicas de la Iglesia católica, cuyo hermetismo ha alimentado también todo un imaginario alrededor salpicado por el poder, el dinero, la religión, los castigos físicos autoimpuestos y la discreción absoluta.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa institución fue fundada por San Josemaría Escrivá de Balaguer en 1928, en la España de entreguerras, y en 1982 el papa Juan Pablo II la erigió como una Prelatura personal, la única existente de la Iglesia católica. Su propósito, según expresan, es difundir la llamada universal a la santidad, animando a las personas a encontrar a Dios en su vida cotidiana y en su trabajo. En Argentina y América del Sur, la Obra, como la llaman sus miembros, tiene presencia desde los años 50’ y su entramado se ha expandido a 68 países. En Tandil, si bien no tiene instituciones propias, hay presencia de familias que forman parte del Opus y participan en diferentes ámbitos de la vida pública.
Por otro lado, cabe reseñar que en 2024 cuatro exautoridades del Opus Dei fueron acusadas de los delitos de reducción a la servidumbre contra al menos 44 mujeres -la mayoría de ellas niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad al momento de su ingreso a la institución-, y de trata de personas en cuatro de esos casos. Los hechos denunciados ocurrieron entre 1972 y 2015. La denuncia surgió de una investigación publicada por el diario La Nación en 2021 -firmada por Paula Bistagnino y Nicolás Cassese- e incluye a los vicarios generales de la institución. Mientras la causa sigue su curso en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°3, a cargo de Daniel Rafecas, la institución ha negado categóricamente las acusaciones.
Seguidamente, tras tomar estado público estas denuncias, el papa Francisco limitó los privilegios de la Obra, relegándola a la categoría de asociación clerical pública con facultad para incardinar clérigos. De este modo, modificó el marco legal que regula las prelaturas personales, que son las instituciones de la Iglesia que llevan a cabo obras pastorales o misionales en favor de diferentes regiones o de varios grupos sociales, por lo que no están definidas por un territorio geográfico determinado, como las diócesis, sino por la figura que está al frente de ella. En tanto, hace apenas dos semanas, el prelado del Opus Dei, monseñor Fernando Ocáriz, presentó la propuesta de nuevos estatutos ante la Santa Sede -Francisco los rechazó en dos ocasiones-y mantuvo una reunión con el sucesor de Francisco, el papa León XIV.
Los interrogantes abundan: ¿Qué es el Opus Dei? ¿Cómo funciona dentro de la Iglesia? ¿Qué vínculos tiene con la sociedad y el poder? ¿Cómo viven su fe sus miembros?