Todos estos años de gente
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Por Marisol Córdoba
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailRedactora responsable de “Perspectivas”
Hace un año y medio -llevo muchos más en el diario-me tocó hacerme cargo de una parte del contenido de este querido suplemento que hace 30 años creó Ana Pérez Porcio. Con el editor, decidimos bautizar el espacio como "Perspectivas" y no tener límites a la hora de abordar temas.
Tres o cuatro páginas que son entregadas los viernes para su armado y que salen impresas y en la web el domingo: la historia de un joven tandilense que murió escalando los Andes; los vínculos del Opus Dei con la ciudad; la contaminación del Langueyú; bebés que nacen con síndrome de abstencia neonatal; caída de natalidad; la problemática del tránsito; personajes varios; un hermano desaparecido en el ARA San Juan; vestigios de un nazi en Tandil; hijos de desaparecidos; salud mental; maternidad; patrimonio natural y arquitectónico; un veterano de Malvinas; la religiosa que vivió en Tandil de joven y podría ser declarada santa; la cueva piping más grande del mundo y mucho más.
Entrevistas, coberturas, informes, investigaciones; distintos géneros periodísticos que conforman un aleph propio. De eso se trata esto. De buscar y buscar, de buscar y encontrar. De ciertos lugares comunes del periodismo: de escuchar y saber mirar, de visibilizar, de dar voz a quienes habitualmente no la tienen, de aportar un nuevo enfoque.
“El arma suya como periodistas es la palabra escrita. Mi arma es la palabra hablada. Yo uso 50 frases para redondear una idea y después ustedes tienen que ponerla en una línea. Eso me aterroriza", dijo el DT de fútbol Marcelo Bielsa en una conferencia de prensa hace varios años. Sintetizar en un título una charla, un informe, una investigación es todo un gaje del oficio que debe hacerse con honestidad, lejos del clickbait y de los intereses espurios (¿económicos?) imperantes en estos tiempos.
Además, hay que estar preparados para entender a las audiencias, para conocer los usos y alcances de IA, para repasar temas, para buscar datos y chequear fuentes, para responder a los jefes, para sacar fotos y grabar un video, para saber usar aplicaciones. La pluritarea que nos envuelve como una telaraña viscosa y suave. Resonancias de un modo de comunicar que se resiste a morir y de un nuevo paradigma que emerge como un tajo en la matrix.
Nunca creí en la imparcialidad del periodismo. Todos miramos el mundo desde un lugar. Partiendo de la honestidad intelectual de no manipular la información ni falsear datos, el título, el tono, la selección léxica, las preguntas realizadas, el ritmo, la elección de las fuentes, las imágenes que acompañan una nota son una impronta del periodista. Se puede rastrear allí un estilo, un posicionamiento ante el mundo.
En su libro El grado cero de la escritura, el semiólogo francés Roland Barthes propone un concepto clave. Para él, el grado cero de la escritura define un intento de lograr una escritura neutra y transparente, vacía de la carga ideológica y estilística de la literatura tradicional, buscando una comunicación más honesta y directa con la historia y la realidad contemporánea, casi como un "estilo de la ausencia". Hay algunas noticias que pueden darse así de despojadas, pero el oficio de mirar y preguntar lleva implícita toda la carga subjetiva del periodista. Quiero decir, todos hablamos desde un lugar y cuanto más transparente sea, mejor. Vender sentido común y objetividad por sesgo no es lo que un periodista debería hacer. Hay que cercar al sentido común dominante –entiéndase por esto hegemonía–, darlo vuelta, cuestionarlo, apretarlo. ¿O acaso casi todo no podría ser de otra manera? Mirar lo que nadie más ve, encontrar las palabras, hacer las preguntas y los silencios correctos.
Resulta evidente que aquí la selección de temas, los focos y tonos de la nota tienen un estilo y una mirada del mundo singulares. Provistas de honestidad intelectual, estas páginas también están empapadas de subjetividad. No pretendo ser otra cosa yo, ni que sea otra cosa lo que aquí escribo. Tan solo espero haber tocado alguna fibra en algún lector y haberlo hecho emocionarse, pensar, informarse, sonreír o descubrir algo nuevo. Gracias a todos los que pasaron por estas páginas. Gracias a los que leyeron. Gracias a los que hicieron comentarios constructivos. Gracias a los compañeros que sostuvieron.
Para todos la luz, para todos todo, para nosotros, la alegre rebeldía.
Que 2026 sea para todos una nueva posibilidad.
Periodista de El Eco Multimedios