Con “flexibilidades”, Europa mantuvo la propuesta de recorte de emisiones de CO2
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, mantuvo su propuesta de reducir en un 90 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero en el bloque en 2040, pero introdujo cláusulas de flexibilidad para aquellos países más reticentes.

El plan propone que a partir de 2036 los países del bloque puedan incluir en su conteo los créditos de carbono comprados para financiar proyectos fuera de Europa, hasta el tres por ciento de sus recortes totales de emisiones.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn un momento en que Europa literalmente se sofoca ante temperaturas extremas, la UE reafirmó de esa forma sus ambiciones en la lucha contra el calentamiento global.
Sin embargo, consideró que era necesario mostrar “pragmatismo”, ya que la discusión es políticamente “sensible”, admitió el comisario europeo para el Clima, Wopke Hoekstra.
Con relación a las cláusulas de flexibilidad, Hoekstra dijo que “creemos honestamente que son una mejora en el sistema”, según el portal RFI
La meta de 2040 es un paso crucial para Europa, que aspira a alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
La clave para ello son las grandes transformaciones de la industria y de la vida cotidiana de los europeos, como la generalización de los automóviles eléctricos, la eliminación gradual de los combustibles fósiles o la renovación energética de los edificios, indicó el portal DW.
Determinación firme
En la red social X la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, apuntó que la la UE se mantiene “firme” en su determinación de reducir las emisiones.
“En esta jornada demostramos que mantenemos firme nuestro compromiso de descarbonizar la economía europea de aquí a 2050”, señaló Von der Leyen.
Así, la Comisión mantuvo de pie su aspiración a una reducción del 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2040, en comparación con 1990.
Para malestar de las organizaciones ecologistas, sin embargo, se introdujo una flexibilización en el cálculo, con el objetivo de atraer el soporte de los países más renuentes.
A partir de 2036, la Comisión está dispuesta a tener en cuenta la adquisición de créditos internacionales de carbono, hasta un máximo equivalente al tres por ciento del total.
Las ONG se oponen firmemente a esa flexibilidad, y cuestionan el impacto real de dichos créditos en la reducción de las emisiones de CO2.
La meta de 2040 es un paso crucial para Europa, que aspira a alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
La Comisión también propone recompensar mejor a las empresas que capturan y almacenan CO2 y permitir a los Estados compensar los sectores en los que son más contaminantes, teniendo más en cuenta aquellos en los que son muy eficientes. NA