El Parlamento británico respaldó la posibilidad de pedir retrasar el Brexit
Los diputados británicos aprobaron la propuesta de Theresa May de pedir un aplazamiento de la fecha del Brexit, cuya duración dependerá de si, a la tercera, aprueban el controvertido acuerdo con Bruselas.
Según la moción presentada por el ejecutivo, y aprobada por 412 votos contra 202, el Parlamento “acepta que el gobierno busque un acuerdo con la Unión Europea” para retrasar la fecha en que Reino Unido debía abandonar el bloque, fijada hasta ahora en el 29 de marzo.
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La primera ministra británica, Theresa May, tan terriblemente afónica que no pudo hablar ante la Cámara de los Comunes, había explicado la víspera que dicha prórroga podía ser de dos tipos: corta o larga.
La primera sería de tres meses para ultimar los preparativos de la salida, si los legisladores optan finalmente por aprobar su acuerdo del Brexit en una tercera votación, organizada probablemente el próximo martes, pese a que los anteriores rechazos fueron masivos.
Pero buscando poner entre la espada y la pared a los euroescépticos deseosos de abandonar la UE pero reacios a hacerlo con sus condiciones, May advirtió que la prórroga podría ser “más larga”, si el texto vuelve a ser rechazado como ya ocurrió en enero y esta misma semana.
La ‘premier’ británica no precisó la duración en caso de rechazo pero, si el aplazamiento va más allá del 30 de junio, Reino Unido tendría que participar en las elecciones europeas de mayo y elegir a sus nuevos eurodiputados para la legislatura que comenzará en julio.
Cumbre europea el 21
La Comisión Europea dijo “tomar nota” del resultado de las votaciones de este jueves y recordó que corresponde a sus 27 socios europeos acordar “por unanimidad” el aplazamiento, teniendo en cuenta las “razones” y la “duración” del mismo.
La próxima cumbre europea está prevista el 21 y 22 de marzo en Bruselas. Por ello, la propuesta de la jefa del gobierno británico de que la tercera votación sobre el acuerdo se celebre un día antes no es baladí.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ya advirtió el jueves por la mañana que si Reino Unido quiere una extensión “larga” debe “repensar su estrategia del Brexit” y crear “un consenso en torno a ella”.
Pero la Cámara de los Comunes se ha limitado hasta ahora a votar sobre lo que no quiere y se desconoce si existe alguna mayoría para aprobar propuestas alternativas al acuerdo negociado entre la dirigente conservadora y Bruselas.
Una muestra de esta incertidumbre es, por ejemplo, el rechazo por una aplastaste mayoría de 334 votos contra 85 de una enmienda que pedía la organización de un segundo referéndum.
El resultado era previsible después de que los principales defensores del llamado “voto del pueblo” llamaran a abstenerse por considerarlo precipitado, pero representa un duro revés para los partidarios de permanecer en la UE.
“Nuevo enfoque”
Las votaciones de ayer ponen fin a tres días consecutivos de decisiones cruciales. El martes, los diputados rechazaron ampliamente de nuevo el Tratado de Retirada negociado con la UE y, un día después, la posibilidad de abandonar el bloque de manera abrupta.
Pese a todo, un Brexit sin acuerdo sigue siendo la opción “por defecto”. Si, llegada la fecha fatídica dentro de 15 días, no se ha aprobado una solución alternativa, Reino Unido puede verse involuntariamente abocado a la temida salida abrupta de la UE.
Ante el impacto en negocios y familias de la incertidumbre, el vicedirector general de la gran patronal CBI, Josh Hardie, pidió un “nuevo enfoque”, urgiendo a los diputados a usar “cualquier tiempo adicional para elaborar finalmente una solución que proteja los empleos y a los colectivos en todo Reino Unido”.
La pelota sigue por el momento en Reino Unido. Según la prensa británica, el gobierno mantiene contactos con los principales detractores del acuerdo, sobre todo los rebeldes euroescépticos del gobernante Partido Conservador, en busca de argumentos para que voten a su favor.
Un diputado conservador, George Freeman, apuntó incluso a la posibilidad de que May ofrezca su dimisión a cambio de la ratificación del acuerdo, que, de producirse, representaría el último giro inesperado de una saga que ya le costó el puesto a su predecesor, David Cameron. AFP-NA