La Unión Europea rechazó los resultados de las recientes elecciones en Bielorrusia
Los líderes de la UE decidieron no reconocer los resultados de las elecciones presidenciales en Bielorussia y apoyaron una transición democrática “sin injerencias” en el país.
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En tanto, el presidente Alexandr Lukashenko, reelecto en las urnas, ordenó a la policía reprimir las protestas en su contra.
“Las elecciones no fueron justas ni libres y no cumplieron los estándares internacionales. No reconocemos los resultados presentados por las autoridades bielorrusas”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, tras tres horas de cumbre extraordinaria con los dirigentes comunitarios.
La reunión fue convocada por Bruselas para abordar la situación “cada vez más preocupante” de Bielorrusia, donde miles de personas manifiestan a diario desde la jornada electoral del 9 de este mes contra el recuento oficial, que declaró vencedor a Lukashenko para un sexto mandato consecutivo con más del 80 por ciento de los votos, algo que fue tildado de fraudulento por la oposición.
Michel tachó a la represión contra los manifestantes de “impactante e inaceptable” y condenó la “brutalidad” policial, a la vez que pidió una “investigación completa” al respecto.
Para el político belga, el mensaje de los líderes europeos es “claro”: “La UE mantiene su solidaridad con el pueblo de Bielorrusia y no aceptamos la impunidad”, reportó la agencia de noticias EFE.
En línea con lo acordado por el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, el bloque decidió imponer sanciones selectivas “a un número sustancial” de personas consideradas responsables del fraude electoral y de la violencia.
La asistencia internacional
En tanto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que Bruselas redirigirá la ayuda al desarrollo para sortear al Gobierno de Lukashenko y garantizar que llegue a la sociedad civil.
Según detalló, la UE brindará dos millones de euros para “asistir a las víctimas de la represión y la violencia estatal” y un millón para respaldar a la sociedad civil y los medios independientes, mientras que en paralelo destinará 50 millones de euros de apoyo de emergencia por la pandemia de coronavirus.
Von der Leyen aseguró, asimismo, que el bloque europeo está dispuesto a acompañar una transición en el país a través de un diálogo entre autoridades y oposición y, en ese contexto, dijo que apoyan el papel de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
La propuesta de mediación alemana fue, sin embargo, descartada, después de que la canciller Angela Merkel dijera que “Lukashenko se niega a ponerse al teléfono y no es posible mediar si no se habla con todos los implicados”.
Con respecto a la solución del conflicto, Michel expresó que las protestas en la antigua república soviética son “una crisis nacional” sobre “el derecho a elegir libremente a los líderes” y destacó que “el futuro de Bielorrusia tiene que ser decidido por los bielorrusos”.
“Es importante que en ambos lados, Moscú y Bruselas, apoyemos todos los esfuerzos por lograr una solución pacífica”, opinó el diplomático belga, tras hablar ayer al respecto con el presidente ruso Vladimir Putin, quien brindó su respaldo a Lukoshenko el pasado fin de semana.
El Kremlin se dijo listo a intervenir a través de la alianza militar que mantiene con Minsk y otros cinco ex estados soviéticos en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, pero el vocero del Gobierno ruso, Dmitri Peskov, dijo que de momento no hay necesidad de “apoyo ruso”, consignó la agencia de noticias ANSA.
Lukashenko, por su parte, señaló que su país no está debilitado y tiene “alguien” en qué apoyarse, al tiempo que acusó a Occidente de financiar los disturbios e invitó a sus líderes a ocuparse de sus propios problemas en lugar de intentar de “desviar la atención” al hablar de Bielorrusia.
Pese a que en los últimos días la represión contra los manifestantes había cesado, el gobernante ordenó a la policía sofocar las protestas y buscar a los organizadores de las marchas.
También pidió que se endurecieran los controles fronterizos para evitar la afluencia de “combatientes y armas” y solicitó al Ministerio de Defensa seguir los desplazamientos de las tropas de la OTAN en los países vecinos y responder ante maniobras de la Alianza Atlántica.
Mientras tanto, las manifestaciones contra el veterano mandatario, en el poder desde 1994, continuaron por undécimo día consecutivo, con algunos enfrentamientos entre policía y manifestantes en una fábrica de la capital, Minsk, donde fueron arrestadas dos personas.
Las autoridades sanitarias anunciaron ayer la muerte de un tercer manifestante, Gennady Shutov, de 43 años, que falleció tras haber recibido un disparo en la cabeza durante las protestas el pasado 11 de agosto, reportó el portal Tut.by.
De momento, las manifestaciones antigubernamentales, en las que las fuerzas de seguridad admitieron haber usado munición real contra los participantes, se saldaron con al menos tres muertos, cientos de heridos y unos siete mil detenidos. (Télam)