Otra marcha en Hong Kong y nueva represión policial
Miles de ciudadanos de Hong Kong volvieron ayer a enfrentarse con la policía tras haber desafiado a las autoridades, que habían prohibido la protesta, y marchar otra vez para exigir el retiro del cuestionado proyecto de extradición a China continental y rechazar los actos de violencia en las anteriores movilizaciones.
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La policía había prohibido la marcha por considerar que era peligrosa y usó gases lacrimógenos en varios puntos del periférico distrito de Yuen Long, para dispersar a los manifestantes.
En la parada del metro de Yuen Long, el domingo pasado habían sido heridas 45 personas, a manos de un grupo de hombres vestidos de blanco que portaban cañas de bambú y barras metálicas tras otra manifestación a favor de reformas democráticas.
Los manifestantes mostraron su descontento ayer por esa actuación policial, porque apenas dos agentes fueron al lugar de los hechos 40 minutos tarde para marcharse después y dejar a los manifestantes a merced de los supuestos miembros de las tríadas, grupos considerados mafiosos, que manejan negocios como narcotráfico y trata de personas.
Ayer, en cambio, los policías ubicados en la zona llegaban a 3.000. La marcha cubrió un recorrido de 1,6 kilómetros.
En el poblado de Nam Pin Wai, los agentes lanzaron gases lacrimógenos y gas pimienta a quienes cargaban contra los cordones policiales.
Una nueva manifestación
La protesta de ayer fue otra página de la serie de manifestaciones que comenzó a principios de junio en Hong Kong en rechazo a una polémica propuesta de Ley de Extradición, que permitiría entregar a la China continental a todos los acusados o condenados que pasen por el territorio.
El Gobierno de Carrie Lam suspendió el trámite parlamentario pero no retiró el proyecto de ley, por lo que las manifestaciones siguieron y hasta sumaron el reclamo de renuncia de la líder regional por su gestión de la crisis.
Baijing, por su parte, respaldó a Lam y acusó al Reino Unido y Estados Unidos, entre otros países occidentales, de maniobrar a favor de las protestas.
Pese a la presencia policial, ayer muchos manifestantes se vistieron de negro -color identificativo de estas protestas- y de otros colores, por miedo a ser identificados por agresores. También llamó la atención la ausencia de grandes pancartas, reportó la agencia EFE.
Dispersión
Mientras, la Policía emitió varios comunicados a lo largo de la tarde en los que denunció que los “enfrentamientos violentos” se habían saldado con el lanzamiento de “ladrillos y otros objetos duros” contra agentes, y acusó a quienes marchaban de tener “barras de hierro y escudos artesanales”, así como de arrancar vallas para construir barricadas.
“A partir de las 17 (las 4 en Argentina), la Policía llevó a cabo una operación de dispersión en Yuen Long. Para evitar que la situación se deteriore más, la Policía reclama a los ciudadanos que se marchen y que eviten viajar a Yuen Long”, exhortó uno de estos textos.
Según las leyes locales, participar en una manifestación ilegal puede conllevar penas de entre 3 y 5 años de prisión y una multa de 5.000 dólares de Hong Kong (casi 640 dólares).
Quienes cuestionan el proyecto de Ley de Extradición advierten que la iniciativa intimidará y penalizará a críticos y disidentes del régimen chino, mientras que sus defensores aseguran que busca llenar un vacío legal, ya que no existen fórmulas legales de extradición entre Taiwán, Hong Kong y la China continental.
Hong Kong es una excolonia británica que en 1997 pasó a soberanía de China, que, a cambio, se comprometió a mantener el sistema de la ciudad hasta 2047. (Télam)