La temporada de ballenas en Argentina atraviesa un momento de expansión
La población de ballenas francas australes en la Península Valdés llegó a 2.110 ejemplares censados durante el año.

Durante lo que va de 2025, la costa bonaerense fue testigo de apariciones inesperadas de ballenas francas australes en múltiples localidades. Mar del Plata, Necochea, Claromecó y Punta Mogotes fueron algunas de ellas. Pocos meses después, las mismas protagonistas ya se concentran en las aguas de Península Valdés, Chubut, en donde se confirmó un récord histórico. Según reveló el biólogo marino e investigador del Cesimar-Cenpat, Mariano Coscarella, existieron 2.110 ejemplares censados y entre ellos 82 crías.
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Accedé a las últimas noticias desde tu email“La población viene creciendo sostenidamente desde la década de 1980. En los 2000 crecía muy rápido, en la década del 2010 se ralentizó un poco, pero siguió creciendo”, explicó el especialista en diálogo con Radio Rivadavia. "Eso explica por qué cada vez aparecen más ballenas en lugares donde antes no estaban", añadió.
El fenómeno de la presencia de ballenas francas se percibe con claridad en toda la provincia de Buenos Aires. A lo largo de este invierno, gran cantidad de vecinos y turistas se sorprendieron con estos animales marinos a pocos metros de la costa marplatense y también frente a las playas de Necochea. El registro actual en Claromecó reforzó la idea de que la especie amplió su presencia más allá de los sitios tradicionales de Chubut.
Mariano Coscarella destacó que los censos son posibles gracias al aporte de los operadores turísticos de Puerto Pirámides. "Ellos financian todos los años este tipo de relevamientos porque necesitan saber dónde están las ballenas y cuántas hay cada temporada", manifestó.
La temporada de avistajes en Península Valdés se extiende desde el mes de mayo hasta diciembre, con un pico entre agosto y septiembre. En playas como El Doradillo, los animales se acercan a metros de la orilla y también se realizan excursiones embarcadas bajo estrictas pautas de respeto.
El investigador subrayó que los golfos chubutenses ofrecen un hábitat seguro para la reproducción. "Hemos demostrado que las zonas con menor energía de olas son las preferidas. Vienen a reproducirse y parir porque encuentran un hábitat seguro para sus crías", resaltó.
Entre las novedades de este año, cobró relevancia un fenómeno llamativo. "Aproximadamente el 5% de los ballenatos son blancos. Este año contamos alrededor de 15. Con el tiempo su piel se va tornando gris, pero son un atractivo especial para quienes los avistan", contó Coscarella.
Tras la temporada, las ballenas francas australes migran hacia sus áreas de alimentación en el Atlántico sudoccidental. "Tenemos registros de animales que viajan hacia áreas cercanas a Brasil, otras a las Georgias y hasta más al sur. Esto lo sabemos gracias a un proyecto con rastreadores satelitales que desarrollamos desde 2014", concluyó Coscarella.
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