Arrebeef lidera la sostenibilidad ganadera con la transformación de residuos en energía
Durante el reciente el Sunset Ganadero llevado adelante por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina en Pergamino, Mauricio Accietto -gerente de Arrebeef Energía- detalló el innovador proyecto de la compañía que convierte desechos de la faena bovina en electricidad.

El tema, que marca un hito en la industria frigorífica argentina y proyecta un futuro más verde para el sector, es el eje de un nuevo podcast de El Eco Campo.
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El proyecto no solo impulsa la eficiencia, sino que también establece un modelo de economía circular con un impacto ambiental positivo.
El camino de Arrebeef hacia la sostenibilidad comenzó allá 2017-2018, en el marco de la búsqueda constante de eficiencia en sus procesos industriales.
En ese contexto, se presentó una oportunidad clave a través de los programas RenovAr, que buscan fomentar el desarrollo de energías renovables para inyectarlas a la red eléctrica nacional.
Arrebeef capitalizó esta iniciativa mediante la construcción de una planta de biogás, que ofrecía la ventajosa garantía de poder asegurar la provisión de esta energía renovable al Estado por 20 años, brindando previsibilidad ante una inversión de gran magnitud.
Lo que hace a este proyecto particularmente notable es su carácter pionero en la industria de ganado bovino.
Mauricio Accietto destacó que, “tras consultar con diversos tecnólogos, Arrebeef fue la primera planta a nivel país y región en el sector bovino en implementar un biodigestor para el tratamiento de sus propios residuos. Si bien ya existían muchas plantas de biogás en Argentina en 2018 que transformaban residuos en energía eléctrica, estas eran principalmente de otras industrias como la forrajera o porcina”.
El proceso
El sistema implementado por Arrebeef aprovecha de manera integral los desechos generados en la planta.
Se utiliza todo lo que proviene del desagüe industrial, lo que denominan efluente, que incluye las "líneas roja y "verde". Esto significa que se procesa el contenido de sangre, rumen y estiércol que es arrastrado por el agua.
Para ello, se emplean etapas de separación de agua, ya que el agua por sí misma no genera energía, permitiendo así obtener la carga orgánica que es incorporada al biodigestor.
Además de los efluentes, la planta también aprovecha el decomiso posterior al proceso de pasteurización, según lo indicado por Senasa. Este fondo de cocción se convierte en parte fundamental de la dieta de alimentación del biodigestor, incorporándose diariamente. Toda esta materia orgánica tiene un tiempo de retención de casi 30 días en un tanque, durante los cuales pasa por una fase metanogénica que culmina en la producción de biogás.
Impacto y proyección
Los resultados de esta iniciativa son impresionantes en términos de producción energética.
Arrebeef Energía ha logrado operar casi a tope de generación en los últimos días, alcanzando entre 30 y 32 megas diarios. Si bien la producción puede variar en función de la cantidad de cabezas faenadas, lo normal para el dimensionamiento actual de la planta es generar entre 25 y 30 megas por día.
Para poner estas cifras en perspectiva, Accietto explica que esta capacidad de generación equivale al abastecimiento energético de una localidad de entre 5.000 y 6.000 habitantes.
Este cambio hacia una economía circular y el uso del biodigestor no solo benefician al medio ambiente, sino que también otorgan una clara ventaja competitiva.
Si bien es un valor difícil de cuantificar, Mauricio Accietto está "totalmente convencido" de que sirve para ganar nuevos mercados y mejorar la percepción de la carne argentina en el exterior.
La posibilidad de contar a clientes y productores ganaderos que a través del residuo industrial se logra una huella de carbono positiva y se inyecta energía eléctrica renovable a la red es un motivo de orgullo para la compañía. Aunque aún no es un requisito formal, Arrebeef observa que sus clientes "empiezan a mirar y a elegir" a la empresa por este tipo de acciones en materia de sostenibilidad.
Unidad de negocio
El compromiso con este modelo llevó a la creación de Arrebeef Energía, una nueva unidad de negocios independiente del frigorífico. Esta separación responde a lo establecido por el programa RenovAr, que exige que la operación de la planta de energía funcione de manera autónoma.
Pese a ser una sociedad distinta, comparte el mismo directorio y está emplazada en el mismo predio, formando parte integral del grupo Arrebeef.
Además, el proyecto demuestra una notable escalabilidad. Cuando se concibió en 2017-2018, la faena era de aproximadamente 1.100 cabezas; hoy, se acercan a las 1.600.
Accietto confirma que a "mayor cantidad de materia orgánica, mayor retención se necesita y mayor volumen de biodigestores", lo que indica que el sistema puede crecer al ritmo de la producción de la empresa.
En definitiva, Arrebeef no solo se posiciona como un líder en la producción cárnica, sino también como un referente en sostenibilidad y gestión de residuos, sentando un precedente significativo para la industria.
Una rica historia
La historia de ArreBeef comienza en 1921, cuando Don Jaime Borrell y su familia abrieron una carnicería en el interior de Buenos Aires.
A lo largo de las décadas, el emprendimiento creció hasta convertirse en uno de los frigoríficos más importantes del país.
En 1996 adquirieron la planta de Pérez Millán y fundaron ArreBeef como empresa exportadora de carne vacuna.
Desde entonces, la firma ha expandido sus operaciones con una segunda planta en Escobar y ha apostado por la sostenibilidad: en 2017 nació ArreBeef Energía, la primera planta nacional que genera energía renovable a partir de residuos orgánicos del proceso frigorífico.
Hoy, la empresa sigue siendo de capitales 100% argentinos y está dirigida por la familia Borrell.