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ECO SALUD: Traumatología: cómo prevenir las lesiones más comunes
“Cuando uno tiene un dolor que supera las 24 o 48 horas lo ideal es consultar para que no progrese a una lesión mayor y que sea más difícil después el tratamiento”, recomendó un especialista.
Los dolores lumbares por la posición del cuerpo o esfuerzos mal realizados y las tendinitis por acciones repetitivas son los casos más frecuentes que necesitan traumatología, tanto en el ámbito laboral como en la cotidianeidad de la vivienda.
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El paciente que consulta de manera precoz es el que muchas veces tiene mejor tratamiento o sale mucho más rápido de la lesión, explicó el doctor Mariano Parisi, médico traumatólogo en diálogo con Eco Salud de El Eco Multimedios. “Si se deja pasar mucho tiempo ya la lesión es más crónica y cuesta mucho más rehabilitarse”, advirtió el especialista y recomendó que “cuando uno tiene un dolor que supera las 24 o 48 horas lo ideal es consultar para que no progrese a una lesión mayor y que sea más difícil después el tratamiento”.
Las lesiones en los domicilios, que se denominan accidentes, “son cosas que uno no espera, que podría haber prevenido”, indicó Parisi al diferenciar que en un ámbito laboral se cuenta con herramientas de prevención que “en el domicilio no las tengo en cuenta”.
Uno de los ejemplos prevenibles: “me subo a la escalera a destapar una canaleta en un día de lluvia con viento, a las corridas. Los accidentes caseros son los más prevenibles”, describió.
Lumbalgia, una de las lesiones más frecuentes en el ámbito laboral
En lo laboral, una de las patologías más frecuente es la lumbalgia “por sobre carga, lo que ocurre al levantar cosas pesadas. Pero el sedentarismo mismo también puede generar una contractura reflejo y después una lumbalgia ante cualquier movimiento”, detalló el médico traumatólogo.
La lumbalgia es el dolor lumbar que afecta a la zona de la columna baja. “Es una contractura muscular que tiene varias causas, es una patología multifactorial, muchas veces no se encuentra una causa puntual. Son pocos los casos, el 10 o 15 por ciento, en que se puede hallar por un cólico renal que genera un dolor lumbar, puede ser alguna patología de columna como una hernia de disco, pero la mayoría de las veces no. A veces son factoriales por mal esfuerzo o por acción de repetición, que no previenen, por ejemplo, con el uso de un faja”, expresó el especialista y remarcó que “en lo laboral hay lesiones que son por eventos de sobre carga de esfuerzo o por eventos repetitivos o por el mismo sedentarismo”.
Las acciones repetitivas se pueden dar en ámbitos de oficinas, fábricas, sin un descanso adecuado y con mala posición lo que genera que se produzca una inflamación de los tendones, lo que se conoce como tendinitis. “Eso trae acarreado una incapacidad en la misma persona, que luego es un malestar y dolor que le impide realizar el mismo gesto una vez más”, indicó Parisi.
Luego de la recuperación, la mayoría de las veces se vuelve a las mismas tareas salvo que haya una lesión grave o ruptura de un tendón y se deba realizar una cirugía, describió el especialista, aunque remarcó que “generalmente las lesiones repetitivas con tendinopatías o por sobre esfuerzo vuelve un alto porcentaje a la misma actividad”.
Tendinopatías o tendinitis de muñeca, otra de las lesiones que más se registran
La muñeca después de la lumbalgia es el segundo lugar donde suele haber con frecuencia lesiones. “La tendinopatía de muñeca o tendinitis tiene que ver con la inflación de todos los tendones que pasan a nivel de la mano que mueven toda la articulación de los dedos. Ante varios episodios repetitivos hace que se inflame y genere una molestia en la mano”, señaló el médico traumatólogo y apuntó que “se puede prevenir por lo que se recomienda una buena postura de trabajo, por ejemplo, en una oficina que los dedos tengan buena movilidad para evitar el sobre uso o sobre carga en los tendones”.
Una vez instaurada la patología se ve con qué herramientas se trabaja para poder sacar la molestia. “Cuanto más agudo es (el dolor) más chance tengo de poder accionar con medicación o kinesiología para poder sacar esa molestia y luego con ejercicios de fortalecimiento”, describió Parisi. Asimismo agregó que “después de la kinesiología lo que hay que buscar es explicarle al paciente ejercicios de precalentamiento, de elongación, de movilidad, que ayuda a no tener esos problemas de inflamación de los tendones”.
Las pausas activas para evitar lesiones
El médico traumatólogo explicó que “lo que ayuda son las pausas activas. Cuando uno trabaja sentado lo ideal es pararse para que no se generen calambres o contracturas en los miembros inferiores y mejorar la circulación”, y recomendó “cuando uno está haciendo algo lo ideal es frenar un poco. Un albañil que está trabajando con el brazo por encima de los hombros, que genera mucha lesión en el manguito rotador, en ese momento habría que trabajar un rato con los brazos para arriba, otro rato con los brazos por debajo del hombro. Eso va modificando los músculos que se trabajan”.
El abordaje de las lesiones de manera interdisciplinaria
“El médico lo que hace es poner un diagnóstico a la lesión que viene o la dolencia, una vez que tenemos el diagnóstico es ver adonde lo derivamos”, explicó Parisi y remarcó que “generalmente todo tiene rehabilitación, entonces se deriva a kinesiología para que haga la fisioterapia adecuada con el objetivo de fortalecer o mejorar la zona y sacar el dolor, y después si hace falta, porque se encuentra una debilidad muscular, se sugiere alguna actividad física, ir a un gimnasio para acompañar la kinesiología”.
El rol que juega el estrés ante algunas molestias
El estrés es importante para lo que son las contracturas lumbares o cervicales, “todo lo que es columna es muy importante porque mantiene tenso al paciente. Hoy con la vida que llevamos genera estar todo el día en alarma, en tensión y eso genera mucha contractura y la principal zona que se afecta es la cervical y los hombros”. Generalmente se da mucho en pacientes que trabajan en oficinas o administrativos “que están con una mala posición, comienzan a tensionar los músculos por una cuestión de secreción de hormonas y el estrés predispone a una mala hidratación, una mala nutrición y eso genera alteraciones del metabolismo general de los músculos que produce contracturas y calambres y hace hasta que la calidad de los tejidos empiecen a deteriorarse y predispone a lesiones”, indicó Parisi.
Por lo que recomendó que ante esa situación “el mejor cable a tierra es la actividad física, siempre para la prevención de lesiones mantener los músculos activos”.