La agricultura digital y la inteligencia artificial revolucionan a la producción
La agricultura no es ajena a la vorágine del cambio tecnológico que redefine industrias a nivel global. El sector avanza a pasos agigantados hacia un modelo integrado, colaborativo y, sobre todo, basado en datos.

La transformación profunda fue uno de los ejes centrales abordados por Ignacio Ciampitti, reconocido profesor de la Universidad de Purdue, Estados Unidos, durante su participación en el reciente Simposio Fertilizar en Rosario.
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Expuso en el panel "BIG data e IA para mejorar la nutrición", donde compartió su visión sobre el presente y futuro ineludible del campo y el posterior diálogo con la prensa dio lugar a un nuevo podcast de El Eco Campo.
Según Ciampitti, la agricultura digital "está acá" y "está para quedarse". No es una tecnología que se espera, sino una realidad que ya envuelve al sector. La verdadera incógnita no es si vendrá, sino "cuán rápido o cuán lento vamos a empezar a movernos dentro de esa era".
Esta evolución, señaló el experto, ha ocurrido de manera tan progresiva que, en muchos casos, "uno está entró y no se dio cuenta". La dirección que toma el sector privado y la propia dinámica de la evolución agrícola confirman que este cambio ya es un hecho
Añadió Las manifestaciones de esta era digital ya son palpables en el campo. La maquinaria agrícola ha dejado de ser meros equipos para transformarse en plataformas inteligentes.
Ciampitti destacó las maquinarias de aplicación selectiva, equipadas con sensores que, en algunos casos, pueden ser "más caros que la máquina". Estos sensores ya no solo operan, sino que "empiezan a tomar decisiones", decidiendo cuándo y dónde aplicar productos al "empezar a ver plantas", seleccionar y decidir "cuándo aplicar y cuándo no aplicar".
Esta capacidad de decisión ya se observa en la aplicación de herbicidas, y "muy próximamente" se espera que ocurra lo mismo en la aplicación de nutrientes.
La inteligencia artificial
Pero la digitalización abarca mucho más: incluye el uso extensivo de aplicaciones en teléfonos móviles, imágenes satelitales y drones.
El punto de inflexión y el "cambio más grande que se va a venir de acá a los próximos años" es, sin dudas, la "agregado de la inteligencia artificial" (IA).
La IA no será una herramienta más, sino un "asistente" fundamental en la "toma de decisiones", tanto para el productor como para el agrónomo. Su poder reside en su capacidad para "agregar toda la información que existe en lo que nosotros llamamos la nube" de manera rapidísima.
Si hoy buscar una respuesta implica "ponerse en la computadora y tratar de buscar", la IA nos la dará "en 5 minutos o menos inmediatamente, al dedo".
Esto significa una "data" disponible al instante, permitiendo decisiones "mucho más informadas" y "basadas en evidencia, basadas en dato".
Ciampitti prevé "muchas más interacciones de ese caso" [i] donde la IA actúa como este asistente rápido y eficiente.
El rol del agrónomo
En este panorama, el "papel del agrónomo" se vuelve central y, a la vez, exige una redefinición.
Ciampitti fue contundente al afirmar: "necesitamos al agrónomo a la persona que entiende la interpretabilidad de las decisiones en el medio".
Para cumplir con este rol protagónico, es imperativo que el agrónomo se "capacite de otra manera", adquiera un "nuevo tipo de capacitación" que incluya "manejo de datos" y la habilidad de "entender un poco más el sistema".
El objetivo claro es que sean los "agrónomos que lideren el cambio" en la agricultura digital, para que ese liderazgo no provenga de "otras disciplinas". La tecnología digital no busca "sacando al agrónomo", sino que le proporciona "asistentes digitales" que le "ayudan a tomar la decisión", resultando en decisiones "mucho más fundadas en lo que es la información que existe alrededor”.
Esta necesidad de capacitación se extiende incluso al "operario que está en el tractor o que está en la cosechadora", quien "va a tener que estar más capacitado también".
Uno de los desafíos clave que mencionó Ciampitti es precisamente cómo repensar esta capacitación para "entrenar gente que tengan un poco más la cabeza más abierta", manteniendo la base fundacional en suelo y cultivos, pero entendiendo que la agricultura es "mucho más que eso hoy en día" y abrazando plenamente la "parte de cambio digital".
En equipo
Además, enfatizó un mensaje crucial de su charla en el Simposio Fertilizar: "necesitamos trabajar más juntos y armar equipos" para abordar esta nueva era.
Consultado sobre la receptividad en Argentina, Ciampitti observó que el agricultor argentino es generalmente "proclive a los cambios". Sin embargo, reconoció que el "costo de adquirir la tecnología es una barrera importante".
A pesar de ello, una vez que la tecnología "demuestra que ahorra tiempo o ahorra plata", comienza a adoptarse.
También explicó la dinámica del mercado tecnológico: "cuando la tecnología se libera tiene un momento que... tiene un costo más caro y a medida que pasan unos años iniciales esa tecnología se vuelve más accesible”. Esto genera un período de adaptación "desde el momento que la tecnología se libera hasta el momento que el productor... empiezan a darse cuenta que es algo que es útil y lo podemos usar".
El ejemplo del monitor de rendimiento es ilustrativo de este proceso [i]. Ciampitti señaló que desde sus inicios, tardó "25 años desde los primeros" en ser masivamente incorporado y utilizado por el productor.
Sin embargo, hoy en día, "casi todas las máquinas las cosechadoras todas tienen monitor de rendimiento", colectando "en muchos casos todo el tiempo la información de rendimiento".
Lo que se viene
Proyectando hacia el futuro, Ciampitti se mostró optimista. Así como los 25 años en los que se masificó el monitor de rendimiento coincidieron con un período donde "la producción creció hasta se duplicó prácticamente", la era actual de la agricultura digital y la IA promete la llegada de "nuevos escalones productivos".
Esta agricultura "basada en datos y evidencia", donde las decisiones son "mucho más fundadas" gracias al acceso y procesamiento rápido de información, permitirá una mayor eficiencia y un incremento significativo en la productividad del campo.
La clave, según Ciampitti, estará en la capacidad del sector para formar equipos interdisciplinarios y capacitar a sus profesionales, especialmente al agrónomo, para liderar esta apasionante revolución digital.