Rústico, sin antecedentes, el perfil del homicida de Milagros
El acusado se negó a declarar. Extraoficialmente contó su versión, pero resulta poco creíble. El crimen absurdo.

El crimen que conmueve a Tandil desde el domingo a la mañana tuvo ayer su correlato procesal, en el que además de seguir reuniendo material probatorio para con el apuntado, sigue el interrogante sobre el móvil de semejante agresión letal.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailAyer, el detenido, identificado como Wilson Sánchez (23), fue trasladado a la sede judicial, donde fue notificado del delito que se le endilga y contó con el asesoramiento legal, en este caso de la defensoría oficial 1, a cargo de Diego Araujo.
Como reza el protocolo del proceso, una vez conocida la acusación que pesa sobre él, se le preguntó si estaba en condiciones de prestar declaración y, por consejo del profesional letrado, se negó a hacerlo, un derecho que le asiste. No obstante lo cual, se conocieron algunas palabras, relatos del acusado, que no fueron volcadas al expediente que no hicieron más que alimentar el interrogante, no hay razones para la sinrazón para lo que hasta aquí se ha tipificado por criterio del fiscal Damián Borean como “homicidio simple”, pidiendo consecuentemente su formal detención, avalada por el Juzgado de Garantías.
Sobre la secuencias de los hechos, no surgieron más precisiones sobre lo que ya en estas páginas se detalló en la edición pasada. Hasta aquí no habría más por esclarecer más que saber por qué hizo lo que hizo el asesino. No fue robo, tampoco se conocían, ni hubo discusión previa ni durante la agresión. Nada logra explicar la sinrazón de Sánchez.
Cerca de las 6.35 del domingo, la policía recibió un alerta al 101 que informaba sobre la presencia de una mujer que yacía en la esquina de Rodríguez y Uriburu. Hasta allí se movilizaron una patrulla y una ambulancia del SAME, cuyo personal constató el fallecimiento de la joven.
Varias horas después del asesinato, ya entrada la tarde, se confirmó que la víctima era Milagros Andrea Pilar Quenaipe, de 18 años, quien vivía en González Pacheco al 900.
A través de la visualización de las imágenes almacenadas por el Centro de Monitoreo de Tandil, los investigadores lograron establecer que el autor del hecho, tras huir de la escena del crimen, había ingresado a un domicilio ubicado en Alem al 1300, frente al Hospital de Niños.
Poco después, en esa locación, la policía concretó la aprehensión de un joven de 23 años, quien quedó a disposición de la Justicia imputado por “Homicidio”.
Tras preservar la escena de la letal agresión, un amplio rastrillaje a cargo de efectivos del Grupo Táctico Operativo (GPO) permitió dar con el arma blanca que truncó la vida a Milagros Quenaipe, la misma que el asesino utilizó previamente para herir a otro joven por la espalda. El cuchillo tipo serrucho y con la punta limada, fue hallado en Uriburu Sur, en la vereda opuesta al edificio de tribunales.
La reconstrucción
Como se informó, el domingo como ayer, con la certeza del autor material del homicidio, los investigadores seguían analizando, conjeturando, en pos de establecer la hipótesis sobre las causas que llevaron a la agresión mortal.
Se ratificó que efectivamente víctima y victimario no se conocían, no tenían relación y tampoco habría mediado un conflicto previo ni durante el encuentro letal.
De acuerdo con la reconstrucción de los hechos, el crimen sorprendió a Milagros junto a otros jóvenes, en un grupo circunstancial que se había reunido tras la salida de un boliche cercano. Allí, en la esquina de Rodríguez y Uriburu, frente la plaza, había cuatro mujeres y dos varones, asistiendo a una de ellas que se encontraba descompuesta.
De manera sorpresiva, Milagros cayó al suelo y una persona escapó corriendo por Uriburu Sur, en dirección a 9 de Julio. En esos instantes de confusión, dieron el alerta para pedir ayuda.
En el marco de la investigación, en las imágenes registradas por las cámaras del Municipio, se pudo observar al agresor caminando por Uriburu Sur en dirección a Rodríguez, por la vereda de la plaza. Al llegar a la esquina, cruzó hacia un local comercial que está protegido por pilonas y muñido de un cuchillo, atacó por la espalda a un joven para luego asestarle la puñalada mortal a Milagros.
A horas de la fatalidad, los testigos directos afirmaron que no habían escuchado amenazas previas por parte del agresor, tampoco discusiones con la víctima y a priori, no se conocían entre ellos.
Todavía en estado de shock, lo único que pudieron aportar las personas que presenciaron el crimen fue que el atacante preguntó algo sobre música, pero no precisaron si se refirió a un artista en particular y tampoco si Milagros Quenaipe le ofreció una respuesta que antecediera a la violencia.
Según se confirmó a través de las cámaras, la secuencia fue muy rápida e incluso, el joven que recibió el primer puntazo por la espalda, en el momento no se dio cuenta de que había resultado agredido.
El perfil del homicida
Como se dijo, si bien el implicado se negó a prestar declaración, se confió a este Diario la improvisada versión que dio el detenido a la hora de explicar lo inexplicable una vez aprehendido, con una versión sobre el periplo realizado que a medida que se acercaba al momento de la agresión letal se sumergió en un relato confuso, contradictorio, poco creíble.
Precisamente a la hora de encontrar razones a su inexplicable accionar, se trató de trazar un perfil del homicida. Oriundo de Misiones, tuvo estadías en Sarandí y Mar del Plata hasta llegar a Tandil, donde trabajaba como obrero de la construcción en un edificio céntrico de la ciudad.
Viene de una familia muy humilde y numerosa. Nueve hermanos criados por una madre ya que el padre falleció cuando él nació. De carácter rústico, de personalidad elemental y sin antecedentes penales en su haber. Si quiera relacionado con alguna intervención en minoridad y el Fuero Penal Juvenil.
Ante el interrogante sobre su perfil, no se descarta que incluso por pedido de la defensa se le realicen peritajes que logren discernir sobre su perfil psiquiátrico, especulándose con incluso alguna ruptura vital que encuentre alguna explicación a su accionar.
Si bien se alude a la ingesta alcohólica, lo misma no reviste trascendencia a la fines de una eventual inimputabilidad.
Sobre lo que ensayó como versión de los hechos, reconoció su estadía en el boliche con amigos y una presunta pelea en la salida del local, cuando habría perdido a uno de sus amigos. Al no divisarlo, salió junto a otro a buscarlo y evidentemente en tren de venganza fue hasta el domicilio a buscar el cuchillo, mientras que el que lo acompañaba desistió de aquel objetivo. Desde allí, fue que se cruzó con estos grupos de jóvenes y emprendió la absurda agresión, dejando entrever que le habrían dicho algo ofensivo, humillante e incluso que lo amenazaron con agredir (relato nada fiable al decir del resto de la totalidad de los testigos) y que ahí asestó con el cuchillo, sin más.
¿Se confundió de personas? ¿Escuchó algo que le provocó una reacción desmedida? Nada que justifique su agresión. Nada que evite su sanción penal. Nada que explique lo trágicamente lo que hasta aquí parece absurdo, inexplicable.
La autopsia y la causa de muerte
También ayer se confirmó el resultado de la autopsia practicada en la morgue judicial de Azul. El informe de los forenses detalló que la joven murió por una herida punzocortante en el cuello que seccionó la arteria carótida y parcialmente la tráquea, provocando un shock hipovolémico agudo.