En Don Bosco
Vecinos de Israel al 1500 se sienten “abandonados” y reclaman soluciones por las inundaciones
Los frentistas del barrio Don Bosco aseguran que cada vez que llueve la calle se transforma en un “río total”, además de que en muchas viviendas ingresa agua. “Se preocupan más por el turismo y no por nosotros que somos los tandilenses que vivimos acá, que pagamos y estamos al día con nuestros impuestos”, cuestionó una de las vecinas.
Vecinos de Israel al 1500, en el barrio Don Bosco, alzaron sus voces para reclamar soluciones porque la arteria se inunda cada vez que llueve y además a muchas viviendas les ingresa agua. Aseguran que tienen este problema desde siempre y que nunca el Municipio se ocupó de eso, por lo cual se sienten “abandonados”.
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María Teresa Godoy, una de las vecinas, explicó que “a mí se me inunda todo cada vez que llueve. Ya perdí varias veces los muebles, y la calle quedó intransitable ahora. Hace 32 años que vivo acá; yo soy la más vieja del barrio. Venimos reclamando que arreglen los caños que hay sobre la avenida Don Bosco, que los limpien o que hagan un entubado tipo puente para que corra el agua tranquilamente”.
“En la lluvia anterior el agua me tiró el paredón de casa, quedaron en ayudarme, todavía estoy esperando y ya pasaron 5 años”, afirmó.
Juan Perceq cuestionó que los vecinos de Don Bosco hayan realizado paredes en las zanjas de desagüe, achicando los caños por donde desagota el agua de las lluvias.
“No se pueden hacer paredes en la vereda, entonces al estar las paredes el agua pasa por el costado y al estar eso tapado, viene toda el agua para Israel, es entre Israel y Holanda que están esas paredes en las veredas. Haciendo puentes en todos lados creo que no habría problemas, correría el agua perfectamente”, señaló.
Como los caños son pequeños, cuando llueve, rebalsa el agua y va hacia Israel. Además, el frentista expuso que sucedió también que levantaron la avenida Don Bosco y quedó más alta, lo cual contribuye a que el agua vaya hacia Israel.
Un río total
Paula Escalante, otra vecina, indicó que “es un río total, no sólo calle Israel sino también Frondizi. Hace un par de años, en una de las primeras inundaciones, perdí el freezer, heladera, se me murieron mis animales. Yo tenía gallinas, perdí también mucha leña que me cuesta comprar para el invierno, y también perdí muchísima mercadería, tuve que tirar todo porque se me llenó de agua”.
“El 26 de febrero tuvimos la inundación grande, el viernes 4 de marzo otra vez. Yo como vecina me siento abandonada, porque hicimos muchos reclamos, se mandaron muchas cartas, siempre esperando respuesta del Municipio pero nadie viene, nadie se acerca. Ellos deberían acercarse y hablar con los vecinos, y que nos cuenten qué ideas tienen”, afirmó.
“Con todas las inundaciones que pasaron a ninguno se le cae una idea para empezar a solucionar los problemas, porque todos hablan bonito pero nadie da la cara, entonces necesitamos que se hagan cargo”, manifestó.
Por su lado, Haydée Molina cuestionó que “pagué todos los impuestos de este año pero ahora no voy a pagar hasta que no cumplan con nosotros. En el 91, cuando compré acá, ya pasaba esto”.
Abandonados
Paula Escalante afirmó que “las alcantarillas son un desastre, hay mugre, nunca limpian. De la rotonda del Dique para el centro de Tandil es todo muy bonito, se preocupan más por el turismo y no por nosotros que somos los tandilenses que vivimos acá, que pagamos y estamos al día con nuestros impuestos, y no es justo que nos tengan abandonados de esta forma”.
Roberto Frías, otro de los vecinos, señaló que “viene el agua de arriba de Don Bosco y de todos lados para acá, deberían abrir donde está el Boliche de Noli, para que el agua se reparta entre ambas alcantarillas”.
María Paula Domínguez afirmó que “hay cantidad de árboles brotando en el zanjón que no los sacan y cortan el paso del agua”.
Paula Escalante agregó que en la última lluvia “en mi casa todo el pasillo que va de la vereda hasta el fondo era un río, el agua me llegaba a la rodilla. Mi esposo tuvo que hacer compuertas, cansados de tantas inundaciones y de perder cosas. Ahora no nos entra tanta agua como antes adentro de la casa”.
Sin respuestas
Criticó que presentaron innumerable cantidad de cartas al Municipio pidiendo respuestas pero nadie les dio una solución.
“Ya que pagamos nuestros impuestos, mi pregunta es dónde va esa plata de nuestro sudor. Somos muchos y todos los vecinos somos personas trabajadoras. A nosotros nadie nos regala nada, no pedimos nada, pero le preguntamos al señor Luciano Lafosse de Obras Públicas cuánto tiempo más piensa que vamos a seguir esperando a que él se decida a hacer algo o al menos que se acerque a hablar con los vecinos”, afirmó.
En tanto, Graciela Saliani sostuvo que “el Municipio lo único que hace es mandar algún operario para que acomode un poco la calle de forma superficial”.
Lamentó que en varias oportunidades “coordinamos reuniones y nos quedamos esperando a los funcionarios, dos o tres veces nos pasó eso. Nos dejaron plantados”.
Además, aseguraron que los funcionarios sólo se acercaron en campaña electoral.
Por su parte, Haydée Molina afirmó que “el otro día nos inundamos cuatro en una cuadra sola, yo tenía pollitos y se me murieron, se me inundó el patio”.
A lo que Paula Escalante agregó que “los pocos muebles que uno tiene se arruinan, y cuesta sacrificio tener que empezar de nuevo a comprar las cosas que la inundación se lleva. Si no salimos en los medios, no viene nadie acá”.
“Se acercaron muchos, pero vienen siempre cuando falta poco tiempo para las elecciones, nos prometen cosas que nunca hacen. Una vez que los votaste se olvidan de vos. Nosotros somos de Tandil, primero el ciudadano, el que paga los impuestos, y el turista después, porque viene un rato y se va”, manifestó.
“Los que la pasamos mal somos nosotros día a día, se te llena de agua tu casa, perdés muebles, animales, alimentos, mercadería, y después hay que desinfectar todo por el olor y la contaminación que trae todo esto, y todo es gasto, porque el Municipio ni se acerca al barrio. Parece que de la rotonda del Dique para este lado no existe”, sostuvo.
El reclamo por el colectivo
Por otro lado, los vecinos plantearon la necesidad de contar con servicio de transporte público de manera urgente. Al respecto, Roberto Frías aseguró que tienen que manejarse al centro en remis aquellos que no tiene vehículo y les sale 500 pesos un remis de ida y otros 500 de vuelta. “Es inaguatable”, manifestó. “El micro es algo indispensable y urgente”, manifestó.
Y Paula Escalante sostuvo que “éste no es solamente un sector de cabañas, hay mucha población estable. Hay muchos chicos en edad escolar que podrían aprovechar el colectivo, y tenés que vivir llevándolos a todas sus actividades”.
Solamente hay colectivos que van hasta la rotonda, a varias cuadras del lugar, y en muy pocos horarios del día.
Saliani sostuvo que “hay muchos turistas que se quisieran acercar que andan a pie, hasta el Cristo por ejemplo y te preguntan dónde tomarse un remis para llegar, lo cual cuesta una fortuna. Si hubiera un colectivo, sería beneficioso tanto para el turismo como para la población estable”.