Frente a un escenario similar, hace dos décadas se creaba la Comisión de Transporte en el Deliberativo
El tránsito en la ciudad se mantiene como una de las principales problemáticas y temas que demandan acciones concretas para abordarlo. En un inicio de año marcado por la muerte de tres jóvenes motociclistas en accidentes viales, la seguidilla de siniestros no se detiene y agrega preocupación en cuanto a la estadística.
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Al crecimiento sostenido del parque automotor, se suman las medidas que no logran desalentar la circulación por determinadas zonas, como el valor del estacionamiento medido en el radio céntrico para propiciar el recambio de vehículos.
En paralelo, emerge la problemática con las motos. El propio director de Control Urbano Vehicular, Walter Villarruel, reconoció en varias oportunidades que, pese a los controles implementados, “es muy difícil” que las unidades se detengan durante los operativos que efectúa el área en distintos sectores de la ciudad, a lo largo del año.
Dos décadas atrás, y en una advertencia sobre el aumento en el nivel de siniestralidad, en la edición del martes 20 de enero de 1998 este Diario reflejaba la decisión de avanzar en la creación de una Comisión de Tránsito y Transporte en el ámbito del Concejo Deliberante.
Impulsada por el entonces concejal del Partido Justicialista, Marcos Moreno, el área fue un desprendimiento de la Comisión de Obras Públicas y estuvo motivada la gravedad y complejidad de la circulación vehicular. Con esta medida, los concejales comenzaron a abocarse a la temática en exclusivo y conocer qué sucedía en la materia.
Por entonces, el concejal de esa época vertió cifras que reflejaban el estado de situación y advirtió sobre un “aumento del 42 por ciento” en la cantidad de siniestros viales.
Lo cierto es que la gestión del sector se encontraba en manos de una empresa, Tránsito Local SRL. “Antes de la concesión había once inspectores, un solo auto y ninguna moto y no tenían equipo de audio”, había expresado el concejal mandato cumplido.
Luego de la irrupción de la firma había “30 inspectores, nueve motos, dos autos y siete handies. Y tenemos un aumento del 42 por ciento de la siniestralidad. Si tenemos todo esto que no cumple con su cometido, algo está fallando”, expresaba el edil durante la gestión del intendente Julio Zanatelli.
Desorden
El actual presidente del espacio legislativo, José Luis Labaroní (Cambiemos), reconoció su preocupación por el estado de situación del tránsito en la ciudad, la cual compartió con el jefe de Gabinete, Julio Elichiribehety, en el inicio de su gestión. En respuesta, el compromiso fue “poner en agenda” el tema ante la necesidad de efectuar un abordaje integral para “dar respuesta”.
“Veo desorden en el área”, definió con tono crítico el edil oficialista y sumó al esquema el “gran volumen de autos, un flujo vehicular que no está ordenado” y atener la problemática de las motos. “Me parece que eso requiere un abordaje integral, serio, de corto, mediano y largo plazo”, reclamó Labaroní.
Frente a una cuestión que planteó “compleja”, consideró necesario ampliar la mirada y no agotar el abordaje en la persecución de motos. “Hay que descongestionar el centro, mirar el flujo vehicular, cómo es el movimiento en todas las arterias”, sugirió.
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