Fuente: archivo El Eco.

Autor: Juan R. Castelnuovo (1935-2022).

Aquella loma de "El Quebracho" nunca minaba de arreglarse. Finalizado un tramo- seguro y reluciente pavimento- cada lluvia dejaba para el resto, los pantanos hondos y pegadizos. Las salidas del terraplén eran una aventura que terminaba, por lo general, en una noche pasada a la intemperie.

Tandil y Mar del Plata podían estar unidas en poco tiempo, pero...

Los diarios gritaban y los años pasaban. Las entidades e instituciones locales -las autoridades inclusive- llamaban a las puertas de arriba pidiendo la terminación del camino, pero éste, a medio hacer, con el pantano entre el pavimento, mantenía lejana a la ciudad atlántica.

Se hacía la ruta, entre tanto, por Dos Naciones y Napaleofú, cuando allá por el o 34 llegó a Tandil, con 31 años de edad, Oscar Barbini.

"Algún día iremos en pocas horas y a cada rato, de noche y de día", dijo. Y nadie le creyó. La gente lo miraba como diciendo: “esa loma que no se termina nunca de abrir, esos pantanos..."

Podía salirse con un sol radiante, pero el chaparrón intempestivo del verano, ahogaba el rato de ruleta -bueno o malo- que el hombre de la aventura había tentado, para cambiar de suerte o agravarla.

Solamente Oscar Barbini tenía fe. Y la fe, do lo puede.

Más de sesenta años han transcurrido ya del día -6 de junio de aquel año 34- en que ponía en marcha la empresa de transportes “El Rápido”, que por espacio de sesenta habría de adquirir singular relevancia, no sólo en el ámbito localg, regional o provincial, sino también el país.

Concebida en base al esfuerzo y a la dedicación de la gente que él supo nuclear, la prestigiosa organización fue alcanzando sucesivas metas de progreso, con una marcha que no detuvo su impulso y que prestó inapreciables servicios a la comunidad. A tal punto que cualquier referencia que se haga sobre las comunicaciones entre Tandil y Mar del Plata, debe estar referida en primer lugar a "El Rápido".

Porque iniciado Barbini en el transporte de pasajeros entre el balneario y Balcarce, no tardó en extender el servicio a Tandil.

La Vasconia, Fulton, "El 43", almacén "El Centenario", Napaleofú y Dos Naciones, eran algunos puntos que tocaba en su recorrido, pudiendo apreciarse en cada viaje la aptitud del servicio de una empresa cuyo personal, consciente de la responsabilidad asumida, llegaba a destino sin más molestias para el pasajero que las lógicas demoras producidas por el estado barroso de los caminos que debían transitar.

Pero el aspecto vial fue progresando y paralelamente, también fue evolucionando "El Rápido", introduciendo mejoras apreciables en sus coches.

Después vinieron otras etapas, alargándose el recorrido con origen en Mar del Plata, pasando por Balcarce y Tandil en dirección a Azul y Olavarría, fijándose en Santa Rosa -La Pampa- el punto terminal del recorrido, a través de varias localidades: Bolívar, 9 de Julio, General Viamonte, Junín, Carlos Casares, Pehuajó, Trenque Lauquen y Pellegrini, entre otras.

Y también en dirección a Rauch, Las Flores, Saladillo, 25 de Mayo, Bragado, Alberdi, Chivilcoy, siguiendo por Urdampilleta, Pirovano, Daireaux y Henderson.

Expresión de esfuerzo de un grupo humano que buscó durante tanto tiempo su propia superación con el perfeccionamiento de la tarea que le tocó realizar, y con el afán de la primera hora, la empresa pudo así cumplir con un importante servicio en el transporte de pasajeros, proyectándose hacia los más altos niveles entre sus similares del interior del país.

NdlR: Esta nota fue publicada originalmente hace 25 años por El Eco de Tandil.

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